iv. little star

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capítulo cuatro

Visenya estaba sentada en el alfeizar de la ventana mirando hacia la playa

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Visenya estaba sentada en el alfeizar de la ventana mirando hacia la playa. Tenía la cabeza estaba apoyada en su rodilla se una forma muy incómoda mientras pasaba distraídamente una mano por la costura de su camisón de dormir.

Se suponía que debería de estar durmiendo, luego de todo lo que sucedió en la noche su madre la había enviado a dormir a los aposentos que le habían asignado los Velaryon, lejos de sus hermanos y los problemas, pero ella no había podido dormir ni un minuto.

Su mente estaba muy alterada como para darse el lujo de poder dormir y cada vez que cerraba los ojos en lo único que podía pensar era en la sangre y las palabras dichas.

A través de la ventana, Visenya pudo ver qué el sol estaba saliendo y a los tres dragones de sus primos abandonaban Marcaderiva detrás del barco que llevaba a sus jinetes a Desembarco del Rey.

Visenya deseaba estar en la compañía de su hermano mayor, pero a la vez tampoco quería verlo. No quería ver a nadie.
Quizás solo a Luke.

Todos los demás le habían mentido...

¿Un bastardo? Ella apenas sabía lo que significaba, pero su hermano mayor si lo sabía y nunca se lo dijo.

Visenya suspiró con desilusión y miró las olas romper con la arena, no era una Velaryon, esas cosas no deberían gustarle tanto pero aún así lo hacían. La sal y el mar la llamaban, anhelaba navegar y convertirse en un pirata.. vivir las mismas aventuras que su padre y su padre antes de él.

¿Se sentiría tan agradable estar en Harrenhal como en Marcaderiva?
¿Acaso Ser Harwin Strong sabía siquiera que ellos eran sus hijos? ¿Ysi lo sabía por los había abandonado?

La puerta hizo ruido cuando alguien la abrió lentamente alentando a Visenya. No hacia falta girar para saber quién era, la niña ya conocía sus pasos muy bien.

Su padre.. Si aún lo podía llamar así, había entrado.

El se acercó en silenció y le apoyó una mano en la cabeza.

El collar de estrella marina que él le había regalado de repente se sintió muy pesado en la cuello de la niña.

—¿Por qué? —ella se atrevió a preguntar, bajando la pierna y volteando para mirarlo a los ojos.

El no había aparecido antes, pero ahora se sentó a su lado y la miró con cariño.

—¿Por qué qué, byka qēlos (estrellita)? —Laenor le preguntó con amabilidad.

¿Acaso él no lo sabía? Visenya dudo un minuto en decirlo. No había estado presente en el salón cuando Aegon y Aemond los llamaron bastardos abiertamente. ¿Su madre se lo había contado? ¿Sabía el que ninguno de sus hijos era realmente su hijo?

adore you | cregan stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora