vi. melancholy

1.1K 211 9
                                    


      

capítulo seis

Visenya se paro sobre el borde de la ventana y miró hacia abajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Visenya se paro sobre el borde de la ventana y miró hacia abajo. Tan rápido como se inclinó unos fuertes brazos la tomaron de la cintura y la bajaron de la ventana con facilidad.

—¡¿Que crees que estás haciendo?!

Daemon la miró con una ceja en alto, sus manos se alejaron de su cintura pero el se paró frente a la ventana como si Visenya pensará en subirse de nuevo y saltar.

Ella lo miro en silencio antes de darse la venta y alejarse a paso lento.
Si de por si las personas decían que Visneya ya no hablaba mucho cuando era pequeña, ahora en el epidome de su juventud, pocos conocían su voz.

Desde que Rhaenyra se había casado con Daemon, Visenya no le dirigió nunca la palabra y no pensaba hacerlo. A el hombre nunca le molestaron las "tonterías" de la hija de su esposa, pero al parecer esto había colmado su paciencia porque la siguió por el pasillo para volver a interrogarla.

—¿Quieres morir, eh? ¿Es eso lo que buscas?

Visenya alzó los hombros. Había pensando mucho en la muerte desde que su padre murio, pero no era su deseo morir ahora. Aunque nunca se lo diría a su padrastro.

Daemon murmuró algo inentendible y la tomó del brazo sin ejercer fuerza y la llevo al salón privado de su madre.
Visenya no se recistio y permitió que su padrastro la arrastrara.

La princesa Rhaenyra se sorprendió al verlos entrar juntos, pero tan pronto como vio el rostro de su esposo supo que nada bueno saldría de esa sorpresiva reunión.

El hombre se acercó a la mesa y se lleno la copa de vino antes de tomar un largo trago. Cuando casi se lo termino, se volteó para ver a Rhaenyra y luego señaló a Visenya con su dedo índice de forma acusatoria.

—¿Que sucedió ahora? —la mujer preguntó con calma, de la misma forma que hablaba con Aegon y Joffrey cuando luchaban por un juguete.

—¡Visenya ha querido suicidarse! ¡Se ha vuelto loca y tonta como mi prima Gael!

Tan pronto como Daemon soltó aquello el rostro amable de Rhaenyra se desdibujo y se puso de pie para acercarse a su hija. Visenya dio un paso hacia atrás impidiendo que su madre pudiera tocarla.

La indiferencia de su hija entristeció a Rhaenyra, pero no le permitió alejarse más y la tomó del brazo para mirarla de cerca.

—¿Es eso verdad, dulce niña?

Daemon resoplo.

—¿Acaso crees que te mentiría?

Rhaenyra sabía que Daemon no lo haría, pero no quería creer aquello. Desde que se casó, Visenya había trazado una línea imaginaria entre ellas dividiendolas por completo, no le dirigió la palabra a Daemon y apenas le hablo a ella. Todos sus hijos habían estado enojados por el rápido casamiento pero a todos, menos a su dulce niña, se les había pasado.

adore you | cregan stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora