Maratón 3/3
Cuando volví a la posada y me recosté en la cama, las sábanas aún olían a ella. Cerré los ojos y recordé cada escena de la noche anterior, lo que me llevó a sentir un deseo arrollador. Era imposible contentarme con una sola noche, pero pensaba esperar a que ella se diera cuenta.
Tomé el celular y observé mis mensajes. Grupos sin sentido, mensajes vacíos... a eso se había reducido mi vida. Llevaba varios días fuera y era como si nada hubiese cambiado. Dejé el celular a mi lado y fijé la vista en el cielo raso, estaba un tanto adormilado cuando el sonido de una llamada me devolvió a la realidad.
—¿Hola? —saludé sin mirar quién era.
—¡Al fin! —La voz de Meli me hizo sonreír—. ¿Qué demonios, Luca? Han llamado del banco...
—¿Confirmaste la transacción?
—Sí... —respondió—. ¿Pero puedes explicármelo?
—Daniela tiene un proyecto, quiere ampliar el hogar para albergar al menos a diez niños más... Hasta ahora nadie le ha dado una respuesta favorable porque los mayores esfuerzos de la fundación recaen en la escuela, que por cierto funciona de maravillas.
—Daniela es la encargada del hogar y directora de la fundación allí, ¿no?
—Sí...
—¿Y ese trato tan personal? —preguntó porque me conocía de sobra.
—Es una gran mujer... vive por esos niños... es... es increíble todo lo que hace —dije y acaricié el espacio de mi cama que ella usó la noche anterior.
—Voy a ser muy directa, Luca. ¿Tienes un amorío con esa mujer? —preguntó mi amiga.
—¿Qué te hace pensar eso?
—El tono de voz que usas para referirte a ella. El dinero que le has dado... El hecho de que no hayas regresado de inmediato apenas acabaste con todo lo referente a la fundación.
—Pensé que querías que me tomara unos días —dije y ella sonrió con ironía.
—¿Y tú me haces caso desde cuándo? —añadió con diversión—. Vamos, Luca... ¿Qué edad tiene?
—Supongo que nuestra edad... no se lo he preguntado...
—¿Y crees que es una buena persona, Luca? ¿No se estará aprovechando?
—Es la mejor persona que he conocido en mi vida, Meli... confía en mí... No soy tan tonto como para caer en manos de chicas que solo buscan mi dinero...
—Suenas más que entusiasmado... y me gusta, lo admito, me gusta volver a escucharte así...
Sonreí.
—Me quedaré unos días más por aquí...
—¿Hasta cuándo?
—Yo te avisaré, no te preocupes... Si surge alguna reunión importante que pueda ser hecha en remoto solo avísame.
—Bien, pero no te preocupes por eso, estamos respetando tus días de vacaciones... Solo mantenme informada, Luca...
—Claro...
Nos quedamos un rato en silencio.
—¿Tienes algo con ella? —preguntó entonces.
—Define algo...
—Hmmm esa respuesta me dice más de lo que esperaba. Ve con cuidado, Luca... cuídate, ¿sí?
—Sí... gracias por preocuparte...
Cortamos la llamada y suspiré. Meli era una gran mujer y yo la había dejado ir por ser incapaz de mirar más allá de mis problemas.
Más tarde regresé al hogar, había quedado con los niños en que jugaríamos un partido así que llegué puntual y me los encontré ya listos en la canchita que tenían en el patio. Separamos los equipos y nos pusimos a jugar por un buen rato.
Cuando el partido terminó, un par de niños se acercaron a mí.
—¿Se divirtieron? —pregunté.
—Sí... Nosotros queríamos pedirte un favor.
—Díganme...
Espero hayan disfrutado de los capítulos.
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Ella, el mar y las estrellas
RomanceCuando Luca era pequeño, pedía deseos a las estrellas, hasta que estas hicieron silencio para siempre. Muchos años después, Luca deberá hacer frente a sus peores temores y deberá decidir si las estrellas aún tienen algo que decirle. TODOS LOS DEREC...