Capítulo 16

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Capítulo 16: Por amor a Alá, ¿puedes dejar de ponerte en riesgo?






Siria



Él sabía que le iba a dar varios infartos un día de estos.

Es que ella, a pesar de todo, ¿cómo es posible que todavía tenga esa capacidad de meterse en problemas sin necesidad de hacer tanto esfuerzo?

Y aun así le encanta. Nunca ha dejado de hacerlo, pero la situación...

Suspiró profundo mientras cerraba un libro y lo dejó en su mesita de noche.

No había salido en casi todo el día, a diferencia de su compañero que no aparece mucho. Mejor, podía tener el cuarto en plena oscuridad, y no porque no le guste si no a lo que está destinado.

Él solo quería un mundo donde sus habitantes pudieran ser felices, pero la guerra civil la hecho estragos con sus ánimos.

Su poder es controlar las sombras y de alguna forma así se sentía, no podía hacer nada para que su gente no sufriera tanto.

La peor ola migratoria.

Y después la de Venezuela.

Se pasó la mano por la cara al pensar en ella.

No, no, no. No otra vez.

No de nuevo.

No quería agregar más grietas a ambos de las que ya tienen.

Tocan la puerta y Siria se levanta a abrirla, Rusia y China no parecían tener una buena cara. El árabe encendió las luces y sin decir nada se sentó una silla cercana a su cama.

Tenía una corazonada que cierta latinoamericana tiene que ver con su humor.

—¿Qué has descubierto de ella? —Le pregunta Rusia.

El ruso es conocido en su tierra como si fuera un tempano de hielo, muy pocas veces se molestaba en mostrar sus emociones, como si no tuviese. Siria es un caso aislado, él sentía de todo, pero no puede permitirse mostrar que tiene sentimientos, simplemente porque ser y verse estoico es mucho más fácil.

¿Y qué era lo que descubrió? Bueno, que su sangre es petróleo, que todavía tiene ese cariño hacia el imbécil de Cuba, que sus estrellas brillan según su estado de ánimo y el nivel de oscuridad que esté, que es la cosa más curiosa que ha visto.

Y sin mencionar que Venezuela se lee aproximadamente dos libros de historia dependiendo las tareas que se le asignen.

—América la mira mucho —responde Siria de manera calmada.

La cara de Rusia se ensombreció.

—Algo planea con el canadiense.

Seguro no es nada bueno.

—¿Y Venezuela qué? ¿Ha hablado con él? —Pregunta China jugando con sus dones.

Ella puede hacer figuras de humo, un pequeño dragón flota alrededor de su mano.

—Nada de cosas relevantes, cada que hablan pelean.

—Venezuela va a hacer que le mande una bomba —replica Rusia, camina hacia la ventana de su compañero—. Tengo que hacerle entender que no es ella la que puede pedir cosas y menos en esta situación.

—¿Y qué tienes pensado hacer? —Siria lo mira atento, de él puede esperar todo.

Rusia da la vuelta, lo mira y se le acerca.

—Métete en su cabeza. Y asústala.

Siria, aparte de controlar las sombras, puede entrar en la mente de las personas. Como si estuviera de un sueño. O pesadilla.

Odia esa parte de él.

Pero más odia la idea de... hacer eso. Él nunca ha tenido un control de esa parte suya. Mucha oscuridad se esconde tras él, al momento de entrar en los sueños de las personas solo hace que vean sus mayores terrores.

La mayoría moría de susto.

Pero no puede hacerle eso a ella.

No después de...

—Estás mal, no lo pienso hacer —responde el árabe levantándose de la silla—. Podría matarla de un infarto.

O de algo peor.

—No te estoy pidiendo que la mates. Te estoy pidiendo que la asustes y deje de actuar como si tuviera el control acá.

—No.

Rusia apretó los puños y Siria sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. De un movimiento rápido, él ruso tomó al árabe del cuello de su túnica asfixiándolo un poco. China solo veía todo sonriente sin hacer nada.

—¿Recuerdas lo que hablamos hace años? —murmura Rusia— ¿Si te llego a dar la espalda quién es el que va a desmoronarse hasta extinguirse?

Siria no respondió, logró zafarse del agarre desapareciendo de las sombras y apareciendo lejos de él.

—Hazlo que te digo, o tu muerte será más lenta de lo que quieres.

Los dos Countrys salen del cuarto del árabe.

Siria está indignado, ¿cómo no se pudo dar cuenta antes de la maldad que tiene? Algo en su interior le dice que aún queda atrapado en lo más fondo de su ser algo de bondad.

Pero a veces dudaba por estas razones.

—Perdóname —dice mirando a la ventada admirando el atardecer.

Y para más remordimiento la bandera de Venezuela es la protagonista.

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1. Alá: traducción literal de Dios.

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Buenas noche pipoool (tardes o días depende  de donde y cuando me leas), ¿cómo están? Amo sus comentarios, no saben la cantidad de sonrisas que me sacan.

Como se habrán dado cuenta adelanté el capítulo, y bueno esta semana empiezo con las clases intensivas de verano en la universidad y me van a quitar tiempo para escribir.

Y bueno, la próxima actualización será el viernes 30 de agosto para así darme tiempo de escribir los capítulos.

Y recuerden cuidarse, borrar conversaciones comprometedoras para evitar que los del tun tun lleguen, salgan con cuidado y no dejemos de tener fe.

Los amo a todos ustedes <3 Nos leemos en la próxima actualización.

Venezuela: La lucha por la libertad (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora