• Prólogo •

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El aturdimiento le impedía escuchar con claridad las palabras de Mikasa, Armin la miró con confusión mientras trataba de contener las lágrimas que nuevamente amenazaban por salir frente a la imagen de su mejor amiga sosteniendo la cabeza sin vida ...

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El aturdimiento le impedía escuchar con claridad las palabras de Mikasa, Armin la miró con confusión mientras trataba de contener las lágrimas que nuevamente amenazaban por salir frente a la imagen de su mejor amiga sosteniendo la cabeza sin vida de quién sería como su hermano de vida, Eren Jaeger.

- Debo irme antes de que lleguen a nosotros, temo que no nos dejen darle un entierro digno - repitió Mikasa sosteniendo la cabeza de Eren como si fuera la posesión más valiosa y frágil del mundo.

Armin solo pudo asentir, indicándole que tenía razón y era mejor que se fuera, mientras el daba la cara a los supervivientes de Marley para ganar tiempo y hacer una tregua. Lo que no sabía era como Mikasa lograría regresar a Paradis estando al otro lado del mar. Sin embargo, no había mucho tiempo para pensar, debía confiar en su amiga, después de todo sabía que haría lo imposible por cuidar lo que quedaba de Eren hasta darle una despedida digna.

- Armin, ¿estás de acuerdo? - preguntó Mikasa pero de inmediato se dió cuenta que el rubio no la había escuchado, por lo cual prosiguió - lo enterrare justo bajo del árbol en el cual le gustaba descansar, si te parece.

- Si, creo que no habría mejor lugar que ese. Debo irme. - Armin aparto su mirada de la joven, no podía contener sus lágrimas ante la imagen de Mikasa sosteniendo la cabeza del ser que ella más amaba en el mundo, no lograba entender de donde había sacado el coraje para hacerlo, sintiendose derrotado ante la idea de tener que hacer algo semejante para salvar a la humanidad. Si alguien merecía vivir en paz y armonía después de todo esto, era ella, después de todo había cargado con el peso de ese sacrificio en un acto de piedad hacia un mundo que en si mismo era cruel; era la verdadera heroína, porque al final Eren había muerto, y sería ella quien tendría que vivir con todos estos recuerdos.

Mikasa ansinto, dándose vuelta mientras pensaba en un plan para regresar a Paradise, sus manos sostenían el rostro de Eren; podía sentir la forma de la cara que tantas veces había visto. Aunque quería sentarse a llorar por horas o tal vez días, sabía que no podía detenerse, no podía permitir que le arrebataran lo único que tenía de él, ya habría tiempo para cargar con la culpa de haber cumplido con el deber de salvar a la humanidad, perdiendo a quien por mucho era el amor de su vida.

En medio del humo que rodeaba el campo de batalla, Mikasa diviso una figura femenina que se acercaba a ella. Sus instintos se activaron listos para defender a Eren de lo que fuera que quisiera impedirle regresar a casa. No obstante, su sorpresa fue ver a una forma fantasmagórica de quien sería la responsable de todos estos acontecimientos, Ymir.

- Así que eras tú en mi cabeza todo este tiempo. - afirmo en voz alta recordándo los dolores de cabeza repentinos que solia padecer.

La mujer se acercó a ella, mirándola con sus ojos blanquecinos y profundos. Para sospresa de Mikasa, fue abrazada por ella y aunque aquella figura no podía hablarle, supo que quería agradecerle por haberle permitido liberarse de las cadenas con las cuales había tenido que cargar por más de 2000 años. Ante esta muestra de gratitud Mikasa sintió que se quebraba, recordando tormentosamente la imagen que seguramente la acompañaría toda su vida; Eren siendo decapitado por ella. La culpa aparecio de inmediato mientas su conciencia le recordaba como pudo haber cambiado el rumbo de la historia si tan solo hubiese sido capaz de decirle a Eren lo que realmente sentía, aquella primera noche en Marley hacia tiempo atrás. Tal vez si hubiese sabido que ya no habría una segunda oportunidad, lo habría hecho sin miedo a su rechazo, es cierto que Paradise y la humanidad se habrían ido a mierda, pero de algo estaba segura, Eren habría vivido sus últimos años de vida en paz junto a ella. Lagrimas amargas se deslizaron a través de sus mejillas, deseando con todas sus fuerzas algún día poder mirar la situación desde la perspectiva de Eren, entendiendo que era la mejor decisión que podría haber tomado, aunque ahora solo le causara deseos de querer morir.

Ymir la miro, reflejando su imagen de tristeza y dolor, Mikasa apretó contra su pecho el rostro de Eren, recordando que ya habría tiempo para vivir su sufrimiento. - Ya puedes irte en paz Ymir - expreso con gran dificultad, intentando contener una nueva oleada de lágrimas que menzaban por rebosar sus ojos. Ymir se inclinó y aunque en un principio parecía un gesto de agradecimiento, Mikasa percibió como se acercaba a la cabeza de Eren y le susurraba palabras inaudibles mientras se desvanecía. Mientras tanto, Ymir recordó su pasado, pensando en lo diferente que habría sido el mundo si ella también hubiese sido capaz de permitir que la persona que más amaba muriera, siendo el rey Fritz la última imagen en su cabeza antes de desaparecer.

Luego de aquel encuentro, Mikasa continuo con paso firme a traves del árido desierto, viendo las imensas huellas que habían dejado los cientos de Titanes colosales en la arena. En medio de ello, fue interrumpida por una nueva figura masculina que se acercaba con prisa hacia ella.

- Espera, ¿a dónde crees que vas? - mencionó el hombre con la voz del capitán Levi, quien sintió una contracción en su pecho al ver la imagen bizarra de Mikasa sosteniendo la cabeza de Eren.

- Yo... debo regresar a Paradis, atrás está Armin con el resto tratando de dialogar con los supervivientes de Marley. Eso nos dará tiempo para escapar con Eren y darle un entierro digno. - afirmó la pelinegra empeñando todas sus fuerzas para que su voz no se quebrara ante la persona que la había ayudado sin dudar a darle el golpe mortal a Eren.

- Entonces te ayudaré - respondió Levi acercadose cojeando - después de todo también necesito regresar o moriré en este maldito lugar. - antes de reencontrarse con Mikasa, había logrado ver a todos sus compañeros y amigos de la Legion fallecidos, quienes se desvanecían en medio del humo, sosteniendo sus puños en el corazón como simbolo de entrega y dándole significado a sus sacrificios. Sin embargo, a pesar de que busco desesperadamente verla por última vez en esa imagen, no logro encontrarla, dónde diablos estaba Hange, ¿en el infierno? Necesitaba encontrarla.

- ¿Pero como volveremos? Armin no pudo idear un plan... Tu estás herido de gravedad, yo no tengo...

- Armin no es la unica persona con más de una Neurona aquí, necesitamos sacar a Eren y nuestros traseros o jamás podremos regresar. Camina, ya idearemos un plan. - Afirmó con seguridad mientras se aferraba a los hombros de quién sería la mujer más fuerte, madura y valiente que conocía, Mikasa se había ganado su respeto absoluto después de ver cómo con determinación, sobrepuso los sentimientos que la habían acompañado toda su vida, para solidarizarse con el bien de la humanidad.

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|Under The Tree| Eremika FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora