Reencuentro

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Armin estaba sentado sobre la proa, bajo el manto azul que caracteriza el cielo en primavera. El aire salado golpeaba su rostro y amenazaba con robarle su sombrero al más mínimo descuido. Aunque ya había pasado más de 1 año, no podía evitar recordar a su mejor amigo. Las gaviotas en el cielo le recordaban su último encuentro, cuánto le habría gustado poderlo convencer de tomar otras decisiones.

Ese día llegarían a Paradise y vería a Mikasa. La última vez que se habían escrito no mencionaba ninguna novedad con relación al estado de Eren. Siempre se había considerado una persona realista, pero no podía negar que esperaba con ansias ocurriera un milagro y que su amigo regresara. No obstante, ahora mismo no estaba convencido de que fuese a suceder, por lo cual, le preocupaba qué harían con él, ¿esperarían año tras año su regreso? Y si nunca despertaba, ¿qué harían entonces? Aunque sabía que Mikasa estaría dispuesta a quedarse junto a Eren hasta el fin de los tiempos, no quería imaginar su futuro de esa forma. De alguna manera, todos habían encontrado un propósito, algo por lo cual vivir y reinventarse, pero ella seguía atrapada en una situación desoladora. Deseaba hablar con ella acerca de eso, y aunque sabía que seria difícil, debía hacerle ver qué el mundo estaba abierto a sus pies, que podía salir de su encierro y encontrar su propósito. Sin embargo, sabia que ello no sería fácil, después de todo Eren no estaba muerto, por lo cual, mientras siguiera respirando y su corazón latiendo, Mikasa no podría desprenderse de él. Vaya dilema.

Tomó el gorro en sus manos y dejo que aire salado le golpeara el rostro, moviendo sus hebras doradas bajo el sol. Haría que su amiga encontrara la felicidad, costara lo que costara iba a sacarla de esa situación tormentosa.

Jean se acercó, tomando lugar a su lado, mientras miraba el horizonte, a la expectativa de que en cualquier momento aparecieran los contornos de Paradis. Armin lo notaba particularmente ansioso.

- ¿Estás bien?

- Mejor que nunca. Ya me hacía falta regresar. - soltó una sonrisa y lo miró. - ¿Cómo crees que esté Mikasa?

Así que era eso, pensó Armin. No pudo evitar sentirse mal por él, sabía que siempre se había sentido atraído hacia ella, pero le sorprendía cómo a pesar de saber que su lugar ya estaba ocupado por Eren, él conservaba la esperanza de estar con ella, de ser más que su amigo. Él no había desperdiciado el tiempo, intentando acercarse a Mikasa después del retumbar, y de alguna forma ella se mostró abierta a simpatizar con otros, haciéndose extrañamente cercanos, compartiendo una relación basada en la lectura. Jean le enviaba o traía libros a Mikasa de todos los lugares a los que iba, ella parecía haber desarrollado una pasión por leer, y así, poco a poco, él había logrado acercarse. Sin embargo, Armin sabía que Mikasa no podría ver a otro hombre de esa forma, o por lo menos no en un tiempo, pues aún no habia renunciado a Eren.

- Me pregunto lo mismo, ya quiero saber cómo ha ido todo en casa. - Dijo notando que Jean vestía un atuendo nuevo, el cual curiosamente no había usado en ninguna reunión importante durante su viaje. Definitivamente quería captar la atención de la pelinegra. La cuestión era que por mucho que se esforzara, él no lograría nada más que lastimarse. ¿Cómo se lo podía decir sin herir su determinación? A veces desearía que Mikasa viera más allá de Eren, otras posibilidades de ser amada y feliz, pero eso era casi imposible, sabía que llevaba muchos años arraigada a ese sentimiento y deseo de estar junto él.

Jean pensaba en cómo sería su encuentro con Mikasa, hacia 3 meses que no se veían, debía estar igual de hermosa, aunque no podía negar que le punzaba el corazón verla dedicada al cuidado de quien era para todos ellos un héroe, derrotado por el peso de otorgarle la paz y libertad a quienes amaba. Sabía que si Eren despertaba, él no tendría ninguna oportunidad, pero aún así, quería intentarlo, quería conquistar su corazón y de alguna forma sentía que había logrado abrirse paso en medio de la personalidad fría y tímida de Mikasa. Le preguntaría por los libros que le había enviado y también le entregaría los nuevos que había traído para ella, había uno en particular que estaba deseoso por darle, uno que le dedicaría; la personaje principal le recordaba a ella; fuerte, valiente, determinada...también tenía un poco de romance, lo cual le permitria insinuarsele de una forma sutil. Todo este tiempo su acercamiento había sido amistoso, pero Connie le había dicho que debia demostrarle un poco más sus intenciones y sentimientos, sino terminaría en la zona de amigos. Y sabía que tenía razón, solo que aún no se había atrevido porque tenía miedo a su rechazo, porque sabía que sus sentimientos por el loco suicida de Eren eran profundos, y aunque no conocía del todo los detalles, se imaginaba que venían arraigados a ella desde su infancia. Muchas veces quiso preguntarle a Armin acerca de ello, pero sabía que no era lo correcto, por más cercanos que se hubiesen vuelto en el último año siendo embajadores de paz, él siempre tendria lealtad hacia Eren. En situaciones como estás recordaba a Sasha, cuánto desearía que estuviera ahí con él, poder contar con la mirada femenina de esta situación le habría sido de gran ayuda. Si bien Annie y Pieck eran sus amigas, no se sentía lo suficientemente cercano para hablarles sobre sus sentimientos hacia Mikasa. Maldijo su suerte deseando que pudiese mejorar. Se quedarían más tiempo de lo habitual, por lo cual, procuraría aprovecharlo al máximo.

|Under The Tree| Eremika FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora