capitulo 3

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Samuel:

—No, no me voy a casar con Charlotte mamá y bien sabes porque.— Contesté a mi madre.

—Pero hijo, ella está muy arrepentida, dice que eso no volverá a pasar, me lo juró.— Contesto mi madre.

De seguro Charlotte ya le vino a poner ojos de cocodrilo para convencerla, pero conmigo eso no funciona.

—¿Y tú le creíste? ¿No te das cuenta que te está manipulando?.

—Hijo, te aseguro de que no es así, ella en verdad se veía muy arrepentida.

—No mamá, esa boda se cancela, no me pienso casar con ella.

—Pues quieras o no, ¡lo tendrás que hacer!.— Me grito. ¿Me grito? ¿Es enserio? ¿Quiere que me case con Charlotte, a pesar de saber que ella le abrió las piernas a mi primo? No lo puedo creer.

—Pues no lo haré y ¡hazle como quieras!.— También le grite. No me duró mucho el gusto porque al instante me bofeteó.

—¡A mí no me hablas así!, ¡Soy tu madre!.— volvió a gritar.
No respondí, me di la vuelta y salí del despacho de mi padre.

Salí, todo cabreado de la casa de mis padres, tome mi auto y salí de esa maldita mansión.

Saque mi celular y le marque a mi mejor amigo Owen, a lo que devolada me contestó.

—¿Samuel?¿Que....?.— No termino de hablar por qué lo interrumpí.

—Nos vemos, en el bar de los dioses.— dije y colgué.

El ya sabía que cuando contestaba así es por que algo me había pasado.

Al cabo de un rato manejando llegué al bar, estacioné mi auto y me baje. Entre al bar en la zona VIP, obvio no podía entrar a cualquier lugar. A los 5 minutos de estar sentado en la barra, llegó Owen.

—¿Para que me querías ver?.— Pregunto mi amigo.

—¿Que no vés? ¿Que ando cabreado?

—Aaaaa, si ya lo noté.— dijo, el idiota. Y yo lo fulmine con la mirada.

—Pero ya, calmado ¿Porque andas cabreado? Ni que te fueras a casar con Charlotte.— dijo, y se hecho a reír. No estoy para sus malditas bromas.

—Eso es lo que quiere mi madre.— y se le esfumó la risa del rostro.

—¿Queeee?.— gritó. Toma la papá síguete riendo.

—Pues como lo oyes.

—Pero, ¿Porqué? Si ella misma vió cuando encontramos a Charlotte con tu primo.

—Pues sí, pero conociendo a Charlotte de seguro ya le lloriqueo a mi mamá y la termino convenciendo de que no volvería a suceder.

—¡Ja! Hasta creé que eso va a pasar, el que engaña una vez, lo hace dos veces y más.—dijo y continúo.— El día, que alguien me diga semejante cosa y yo le crea, me mató.— Nos empezamos a reír ante su comentario.

—¿Entonces que harás?.— Preguntó.

—Me casaré pasado mañana.

Un Matrimonio En SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora