Samuel;
Me levanté muy temprano, como de costumbre, tenía que buscar a Mariela, no podía perder más tiempo o me tendría que casar con Charlotte y eso era lo que menos quería.
Tome el bolso con el celular de Mariela y me apresure, arrancando mi auto, en dirección a lo que indicaba su identificación.
La dirección me llevó a un edificio, salí de mi auto a toda prisa. Me adentre al edificio y pregunté al portero, por el número del departamento de Mariela Pereira o así decía la identificación, me dijo que se ubicaba en la segunda planta, número 303, a lo que agradecí.
Entre al elevador y subí la segunda planta, busque el número y al encontrarlo, toque el timbre y la puerta con desesperación, al no recibir respuesta rápida, ya que la paciencia no era de lo mío.
Al cabo de un rato de tocar, por fin abrió, estaba toda desarreglada, en pijama y con los pelos alborotados, demostrando que aún se acaba de levantar. Al verme se quedó estática, saludé y sin más entre sin tener que esperar su permiso.
Le devolví su bolso y su celular, ya que andaba un poco a la defensiva, discutimos un poco, cosas sin sentido, pero era de esperarse estaba enojada y un poco nerviosa, aunque para mí era normal, no ha de ser nada fácil tenerme ahí, en su casa.
Me hizo un par de preguntas a lo que yo le contesté igual, estaba por decirle el motivo de haber llegado a su casa, me lo pensé un poco antes de decirlo, pero no espere más y le dije que se tenía que casar conmigo, a lo que ella obviamente dijo que no, le seguí insistiendo, con muchas respuestas de negativas por parte de ella, iba volver a convencerla pero...
De repente volvieron a tocar la puerta y Mariela fue abrir, pero antes de que se diera la vuelta, note que tomo la tarjeta que yo le había dado en el bar, creo que se sintió mal por no saber aún mi nombre.
Es que era inconcebible que no supiera mi nombre, cuando todos en México y E.U.A sabían quienes eran la Familia Anderson.
Eso me hacía sentir muy mal, cómo era posible que no supiera quién era, aún que eso era algo muy bueno a mi favor, entre menos supiera, mejor, así podría lograr mi cometido.
Mariela abrió la puerta, mientras yo estaba sentado en el sillón de la sala, era muy pequeña a mi parecer ya que yo estaba acostumbrado a los mejores lugares, pero eso era lo que menos me importaba, lo que más me llamo la atención, fue quién estaba parado en la puerta. El mismo imbécil con el que me había enfrentado en el bar, me llenaba de rabia tener lo que encontrar otra vez, pero lo que más me molestaba era el hecho de que viniera a buscar a Mariela a Mí Mariela, no era mi novia de verdad, pero no quería que la buscará.
Al verme en el departamento de Mariela y en su sala se enojó, no sabe cómo me encantó su reacción. Y me gustó mucho más al cerrar le la puerta en la cara. Esta batalla con él tal Rodrigo, yo la había ganado.
Mariela ya se iba a la sala, pero la detuve, acorralando la contra la puerta, su cuerpo muy pegado al mío, tenía que convencerla de una manera u otra de que se tenía que casar conmigo. Dijo que lo pensaría, pero yo sabía que no tardaría, estaba convencido de que aceptaría.
Y lo confirme al cabo de un rato, mientras manejaba de regreso a mi casa,cuando empezó a sonar mi celular, el número no lo tenía registrado, a lo que solo descolgue.
—Bueno— Me límite a decir.
—¿Samuel?— Era la voz de una chica y continúo.— Ya te tengo una respuesta.— Dijó. Sabía que era Mariela la que me había contestado, ya que era la única chica que me tenía que dar una respuesta.
—¿Y cuál es?.— Pregunté. Muy ansioso por su respuesta.
—Si aceptó casarme contigo.— Dijo.
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Un Matrimonio En Secreto
RomanceMariela es una chica introvertida, antisocial y tímida. Se casara sin amor y en secreto de su familia.Tendrá que enfrentar a su suegra que no la quiere por su posición social. Dos enemigas que quieren destruirla a toda costa. Mariela es verá entre l...