Solo debes conseguir dinero para poder pagar la cirugía de tu padre, él no estuvo mucho tiempo en tu infancia, pero...Aún es tu padre, así que deberías conseguir un empleo lo antes posible, sin embargo, no eres muy buena en hacer cosas, cabe recalca...
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🍨Narradora Omnisciente🍨
Pasaron unos meses desde esos días en los que eras follada sin tu consentimiento, tu cuerpo se iba acostumbrando poco a poco a cada sensación que sentías con cada momento lujurioso, solo paso un mes y aún esperabas a Hatengu y a Nakime, quienes al parecer se quedarían más tiempo en donde estaban, aunque querías irte no podías, necesitabas si o si ese trabajo porque querías ayudar a tu padre con su cirugía.
Era de mañana, la luz solar traspasaba la ventana llegando a tu rostro, despertaste de forma lenta, con cuidado te sentaste en la cama, tu mirada se giro hacia el otro lado de la cama, viendo al ojirojo durmiendo con su típico ceño fruncido mientras apretaba ligeramente su agarre en tus caderas, queriendo que siguieras con él, sin embargo, utilizaste tu técnica para así liberarte de su agarre, usando una almohada colocándola en las manos del pelinegro sin que él lo notara. Pronto saliste del dormitorio con una bata azul claro con un moño azul pastel alrededor y unas decoraciones de círculos blancos, bajando las escaleras con unas pantuflas de Cinnamoroll, evidentemente todo eso contando con un antifaz para domir con estilo de Cinnamoroll fueron regalos de Aizetsu.
Llegaste a la cocina y, hablando de rey de roma, Aizetsu era el que hacía el desayuno preparando café, té negro y waffles, tan pronto que entraste él dejo los waffles en un plato blanco poniendo crema batida y fresas alrededor de los waffles junto al té negro poniéndolo frente a ti en la mesa, se veía muy tranquilo y tierno, no pudiste evitar soltar un susurro muy bajo diciendo 'Muchas gracias' sin embargo le añadiste un 'azulito' que lo dijiste más bajo aún, pero creeme rayita que él lo oyó perfectamente <3
Te sentaste a comer y tardaste un rato en ver que debajo de waffles que ya estabas terminando el plato tenía un dibujo de mariposa, sin embargo, era una mariposa roja, decidiste no decir nada y continuaste comiendo y bebiendo el té junto a Aizetsu, quien se veía cómodo con tu presencia. Aunque la tranquilidad fue interrumpida por la llegada de dos morenos gritando puras cosas incoherentes debido a la emoción que tenían, Aizetsu solto un suspiro algo molesto mirando fijamente al ojiamarillo y al ojiverde quienes de forma rápida se pusieron detrás de ti aún gritando y todo. Todo parecía normal para ti ya que te acostumbraste un poco a sus locuras en solo un mes, aunque notaste que el ojiazul miro molesto a sus hermanos, sin que te dieras cuenta, Karaku te había apuntado a ti y a él mismo con su dedo índice para luego hacer un gesto de estar chupando, eso no lo habías visto por el simple hecho de estar de espaldas.
—...¿A qué se debe esta emoción, chicos?—Pregunto el moreno de ojos azules bebiendo su café manteniendo su mirada en sus hermanos disimulando fácilmente su molestia.
—¡Hoy me vestiré del pato Donald en una iglesia!—Dijo Karaku felizmente.
—La última que asististe a una iglesia tratabas de ligarte a las monjas—Comento Aizetsu con seriedad.
