Tal vez el sueño más realista que tiene Oliver es poder salir y caminar de la mano con la persona que más ama en ese momento.
Aquél hombre con más experiencia que él, con demasiada carisma que es imposible no sentirse cómodo y probablemente enfermo de amor.
Aquellos ojos que brillan cómo perlas cuándo los ves más de cerca, bajo la luz del sol o de la luna. Es algo que no puede dejar de hacerlo siempre que están entrenando para los próximos partidos.
Oliver en el fondo cree que puede vencer su miedo de no poder demostrar lo que en verdad significa el amor para él, demostrarlo ante el mundo sin que hayan juicios de por medio que nunca solicitase pero que la gente siempre se encarga de declarar.
Siempre hace un lado esos pensamientos, y se enfoca en su presente. Ese presente en el que su día puede brillar de felicidad sólo porque puede ver a Luis una vez más.
Aún si hayan pasado 3 meses desde el último partido disputado con el uniforme de la selección nacional. Siempre que pisaba el suelo peruano, era como si fuera la primera vez.
Era una hermosa experiencia el tener ese estilo de vida, viviendo su día cómo si fuera la primera vez de todo.
La primera vez entrenando con sus compañeros. La primera vez entendiendo sus bromas, compartiendo risas y anécdotas.
La primera vez pateando un balón y metiendo un gol. La primera vez gritando eufóricamente su victoria y ganando la Copa de Dinamarca con su club europeo, el Silkeborg.
La primera vez que decía la frase en español: "Te amo, Luchito".
La primera vez del día en el que besaba esos labios, tan adictivos por ser la fuente de dopamina que necesita cuándo tiene que prepararse mentalmente para entrenar y jugar.
La primera vez que hicieron la travesura de no respetar el orden establecido de habitaciones en el hotel de concentración (aunque casi nadie de sus compañeros lo hacía realmente) y prefirieron dormir juntos.
La primera vez que compartieron una cama, durmieron abrazados, sintiendo el calor de sus cuerpos fundirse en uno y experimentando un nuevo nivel de paz. Simplemente preferían hacer eso, quedarse en silencio y sentir los latidos del corazón del otro mientras sus cuerpos permanecían pegados. Luis rodeaba la cintura de Oliver con sus brazos, mientras que el danés colocaba la mitad de su cuerpo sobre el de su novio, con la cabeza apoyada en su pecho, escuchando una canción de cuna basada en el ritmo de los latidos del corazón del hombre mayor y más loco que él.
Tal vez su sueño se estaba cumpliendo, dejando de importarle poco a poco lo que pasaba a su alrededor y sólo enfocándose en si mismo, en su carrera cómo futbolista, y en una relación muy nueva que experimentaba con Luis. Una especie de amor tan dulce que no podía explicar cómo no pudo haberlo conocido desde hace años.
Puede que estén viviendo en el momento más indicado de sus vidas, había sucedido algo en el universo que éste finalmente les dijo que ese hilo rojo que alguna vez existió, ahora logró su propósito de juntarlos.
"I was enchanted to meet you".
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Han pasado bastantes años, y los dos exfutbolistas han perdido la cuenta del tiempo que llevan juntos, viviendo en una casa cerca del mar en Dinamarca, lejos del ojo público.
Luis Advíncula ahora trabaja como director técnico para un club en Argentina, inspirando a jóvenes talentos y promoviendo la inclusión en el deporte. El danés de apellido Sonne decidió lanzar su propia línea de ropa deportiva con lemas y temáticas destinadas a romper estereotipos en la industria.
Han encontrado nuevas pasiones y caminos en sus vidas, pero siguen unidos por aquel amor que formaron en las canchas, amor que inmortalizaron en dos anillos de plata que llevan en sus anulares derechos y que siempre aprecian silenciosamente cuando están trabajando.
La noticia de su relación fue un boom hace años, y costó mucho que las personas en las redes sociales los aceptaran, pero tarde o temprano ocurrió. El apoyo de las personas que eran muy cercanas fue lo más importante para ellos, incluyendo a sus compañeros de la selección peruana.
A lo largo de los años, han aprendido a navegar las complejidades de la fama y la homofobia, convirtiéndose en figuras respetadas y queridas tanto dentro como fuera del campo de fútbol.
En la semana en la que ambos coincidían en sus descansos, se preparaban para dejar todo listo en su hogar y recibir las visitas de sus amigos más cercanos: Yoshimar, André y Franco, quienes coincidieron en que también estaban por Europa, lo que les ahorraría tiempo de viaje.
Oliver había aprendido a cocinar gracias a Luis, quien también había aprendido a cocinar por Yoshimar, y no quería decepcionarlo porque sabía que él era muy exigente cuando se trataba de la cocina.
La cena ya estaba casi lista, y mientras esperaban a que el temporizador del horno llegara a cero, bebían un poco del champagne que tenían guardado en el refrigerador y hablaban sobre sus mejores momentos en el fútbol, recordando con cariño esos tiempos de gloria.
La llegada de los visitantes fue solo una razón más para que pudieran reflexionar sobre cómo su amor, que alguna vez tuvo que ocultarse, ahora era una historia de orgullo y resiliencia.
Mientras escuchaban y se reían de aquellas bromas y anécdotas cómicas que los otros compartían, la mano de Luis acariciaba la mano de su esposo; ambos estaban sentados juntos en aquella larga mesa. Una mirada de Oliver, dirigida a los ojos de su compañero de vida, se podía interpretar como un:
"Gracias".
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"And ah, take me out, and take me home.
You're my, my, my, my... Lover".
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Autor: Gracias por llegar hasta aquí, fue una experiencia muy bonita el haber escrito este libro y no me imaginé en verdad el apoyo que tendría.
Me siento orgulloso y demasiado agradecido por aquello, siento que al punto en el que llegué a la historia, fue suficiente para la narrativa de la trama; explicar cómo se crea una hermosa historia de amor puede ser algo complejo y es un gran logro para mí haberlo hecho y haber tenido la compañía de ustedes en esta travesía.
Gracias y hasta pronto.
Besitos.
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Look At Me; I Love You. | Luis Advincula × Oliver Sonne.
FanfictionSólo fue esa mirada, la primera de todas. La que hizo confundir un poco al futbolista experimentado y se cuestionara muchas cosas de su vida. Ahora después de conocerse un poco más, y con la dificultad de la comunicación verbal, sólo una mirada serí...