¿Cómo fue la vida de Oliver Sonne después del último partido al que asistió y vistió la camiseta de la selección peruana en 2023?
Muy movida, para ser sinceros.
Su vida fue una mezcla de muchas cosas, entre los partidos que tenía con su club en Dinamarca y los intensos y variados entrenamientos a los que se sometía diariamente para poder mejorar su desempeño.
También podía salir y hacer vida social con sus amigos en la ciudad de su infancia. Sólo que nunca fumaba y muy pocas veces tomaba en aquellas noches en las que estaba en grupo con otros de su misma edad o, bueno, un promedio.
Basado en las últimas experiencias que vivió en el último año, cuando estuvo buen tiempo fuera de Europa y se integró a un nuevo país casi desconocido para él, recordó la experiencia de descubrir más acerca de sí mismo y su sexualidad. Viniendo a su mente esas anécdotas graciosas y especiales que sólo una persona del equipo en el que era un novato le hizo vivir.
No encontró similitud entre esas experiencias y las que ahora vivía en Dinamarca. Sus amigos eran graciosos y siempre estaban de muy buen humor, pero les faltaba un poco más de picardía, ese ingrediente que descubrió en Perú, algo que hacía que el danés extrañara volver a aquel continente.
Había chicos y chicas de su edad que eran muy atractivos; sin embargo, no pasaba nada más que atracción física. En ellos no existía esa misma química que descubrió con su otro amigo latinoamericano.
Pero para una próxima convocatoria todavía faltaban varios meses. Oliver soltó un suspiro y sus pensamientos se desvanecieron en aquella noche de diciembre, a vísperas de Año Nuevo.
¿Seguía en comunicación con algunos de sus compañeros de Perú?
Sí, había establecido muy buenos vínculos con Yotún, Zanelatto, Quispe y Lapadula.
Pero el tiempo disponible en su agenda cada vez se acortaba, al llegarle más contratos y propuestas de entrevistas en podcasts o shows. El boom que tuvo su llegada y presencia en Perú fue también un factor que impulsó más los pequeños trabajos que tenía en el país europeo.
Se sentía agradecido y también especial, como en una extraña película autobiográfica que aún no había terminado el 50% del guion.
Pero más allá de esa vida social y laboral, tenía un compromiso consigo mismo y con el país latinoamericano: tenía que seguir aprendiendo a hablar el español-castellano.
Sus clases nunca cesaban: la pronunciación y gramática, la conjugación y variaciones que existían. El inglés parecía más fácil de aprender y dominar que el mismo español.
Fue gracias a esto, unos tragos y un poco de valentía que recorría por su espalda y llegaba hasta sus extremidades, que se animó a mandar un audio hablando en su nueva lengua a su amigo más especial.
<<Feliz Año Nuevo... Luchito. Yo sólo quierro decirte que... Este año serrá muy bueno para ti y te quierro.>>
Eso fue todo el audio. Intentó disimular un poco su ebriedad, pero su sonrisa no pudo controlarla al ver la respuesta del "Rayito", quien le dijo que apreciaba mucho su saludo y esperaba verlo pronto.
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Ya era 2024.
Los meses pasaron rápido, entre algunos partidos, contratos y entrevistas. Las personas en las redes sociales estaban expectantes ante el futuro de Oliver y su incertidumbre, pues hasta ese momento aún no había jugado en ningún partido de la selección y tenía todavía la posibilidad de jugar en Dinamarca.
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Look At Me; I Love You. | Luis Advincula × Oliver Sonne.
FanfictionSólo fue esa mirada, la primera de todas. La que hizo confundir un poco al futbolista experimentado y se cuestionara muchas cosas de su vida. Ahora después de conocerse un poco más, y con la dificultad de la comunicación verbal, sólo una mirada serí...