Capítulo 4: Soñadores

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-...-

Lucho se encontraba bebiendo agua después de haber terminado una de las rutinas de entrenamiento con el grupo. Su cuerpo empapado de sudor, su respiración muy agitada, daban a entender perfectamente que estaba un poco cansado, también por el terrible sol que hacía.

Una figura se acercaba hacia él, alguien de piel muy blanca y ojos azul cristalinos, hipnotizantes, muy habladores, con una frescura en el alma.

Era Oliver, le había pedido por favor que le abriera su botella de agua, que por estar abollada, se había vuelto difícil de abrir. El Rayo, sin poner objeciones le ayudó, le entregó la botella y el otro se la aceptó para beber sin detenerse hasta acabar la mitad del contenido.

La mirada del danés permanecía sobre el rostro de Lucho, y aunque los demás integrantes del equipo seguían a su alrededor, el muchacho se lanzó para darle un beso de forma desprevenida.

Los ojos de Lucho se abrieron de golpe, y casi da un brinco en su cama. Todo se trató de un sueño, ¿pero que clase de sueño había sído? Yoshimar le lanzó una almohada, eran las 4 de la mañana todavía y era la segunda vez que el chocolatero se levantaba en toda la noche con un espasmo y casi un quejido.

-Deja dormir oe...-

Gruñó el otro, Lucho se le quedó mirando un momento, sin dejar de sentirse confundido. Y luego le devolvió la almohada con un lanzamiento que terminó en la cara del medio campista.

Horas después, les tocaba su último entrenamiento en Lima, antes de que vayan rumbo al aeropuerto y suban a su próximo vuelo, rumbo a Chile a disputar el clásico entre países.

El entrenamiento ocurrió sin ningún problema hasta el momento, hicieron varios grupos, rotando y rotando. Y Lucho pasaba más tiempo con Yoshimar o André.

Podía ver a cierta distancia a Oliver, hablando un poco con Paolo, o haciendo dupla con Sergio. Intentó no tomarle mucha atención, pero recordaba el sueño que había tenido en la madrugada y a veces se sacaba de onda.

–Te veo cambiado, Nero. ¿Qué pasa?-

Preguntó Yotún, esperando que no sea algo que baje el desempeño de su amigo en los partidos que iban a jugar.

-Nada mano, sólo pesadillas. Debe ser el calor...-

-Pucta pero no te me apagues mano, que tenemos que estar a full el 12.-

-Ya sé mano. Ya sé.-

Volvía a mirar a Oliver. Oliver lo observaba y le mandaba un saludo con una sonrisa.

-Nada de qué preocuparse.-

Llegó el momento de subirse al bus y dirigirse al aeropuerto, los fotógrafos que los esperaban en el exterior del hotel esperaban más a Sonne quién era todo un furor. El danés sólo sonreía ante las cámaras, esperando no responder alguna pregunta sin su traductor a su lado.

Luego de un par de horas en lo que llegaban al terminal, terminaban algunos procedimientos y se dirigían a la PEA correspondiente, Lucho se acercó a preguntarle a Santiago que cuál era la aplicación con la que estaba aprendiendo inglés.

-Descargate Duolingo we, si está chingón.–

André se acercaba a los dos, dándole un fuerte apretón en el hombro a Santiago, que casi se retorcía, y mirando fijamente al chocolatero.

-¿Se te dio la gana de aprender inglés? Si vamos a ir a Chile oe.-

-No es por eso imbécil.-

Se quedó un rato pensando en que iba a decir, no quería mencionar a Oliver y levantar más sospechas, ni siquiera podía expresar exactamente qué le pasaba.

Look At Me; I Love You. | Luis Advincula × Oliver Sonne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora