Volumen 6: Herejía Acto 4

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6 meses atrás...

—Ahora quiero que prestes atención, esto es lo último que hare por ti, si después de esto vuelven a barrer el piso contigo, no falta decir que las consecuencias serán graves —expone el hombre haciendo palidecer al joven —La herejía no es un poder natural, no es algo que se rija igual que los poderes nacidos de la verosimilitud, si pudiese describirlo de alguna manera es como multiplicar las leyes de la naturaleza por un numero negativo. Creo, que será más fácil si te lo muestro.

Tras esas palabras Werner extiende su mano manifestando aura de esta, con la cual procede a atraer una de las piedras del juego de Go, para posteriormente hacerla flotar sobre su palma.

—El aura como concepto es muy simple, solo es un tipo de energía presente en todos los seres, pero, si analizamos la naturaleza de este fenómeno, solo son moléculas moviéndose ya sea en un sentido de atracción o repulsión —Expone el hombre —Ahora te pregunto, ¿Cuál es el opuesto de la atracción y la repulsión?

—¿el opuesto?, pero ¿atracción y repulsión no son en si opuestos el uno del otro? —espeta el joven.

—Esas solo son etiquetas, al final solo son moléculas moviéndose de un sentido a otro, por lo tanto, la antítesis de eso..., sería el estado inerte...

Tras esas palabras Werner manifiesta una gota de agua desde su palma la cual toca la piedra, posteriormente aleja su mano evidenciando como está ahora flota inerte en el aire, totalmente inamovible en su posición.

—La antítesis de todas las leyes creadas por la verosimilitud, una blasfemia para las leyes de la naturaleza, eso es herejía —expone el hombre al tiempo que la piedra suspendida en el aire empieza a agrietarse.

—¿Que está pasando? — pregunta el joven.

—Eso es lo que pasa cuando obligas aun objeto de la naturaleza a hacer caso omiso de sus leyes, podrías llamarlo inercia universal, si el objeto al que le aplicas el poder de la herejía no es resistente, o está en un estado de movimiento activo, este se derrumbara...

Y así tal como Werner lo expuso, en el instante en que Mordred se cubrió a si mismo con un aura explosiva y arremetió en contra del joven Milfiore con todas sus fuerzas este se condenó a sí mismo, al igual que lo hizo Daiken en su momento.

No hubo explosión, destello o alguna onda expansiva, de un momento al otro toda la energía que Mordred había liberado implosiono hacia dentro de su cuerpo, destrozando sus músculos, rompiendo sus huesos y desgarrando sus órganos, a duras penas este seguía con vida.

—Eso se ve doloroso —Espeta el joven quien aprovecha la oportunidad para tocar al caballero.

Tras esas palabras los gusanos demoniacos empezaron a eclosionar esparciéndose a lo largo y ancho del cuerpo de Mordred, acto seguido el joven entierra el incensario en el costado del caballero mientras se completa su metamorfosis.

Sin tiempo que perder Iván empieza a inspeccionar los cuerpos de los héroes muertos hasta localizar el cadáver de Margarite, la heroína a quien había infectado con los gusanos demoniacos.

Algún tiempo después...

Dentro de la sala de reuniones los altos cardenales llenos de temor solo podían esperar que los héroes acabasen con el héroe corrupto, sabiendo que de otra forma estarían condenados...

Lamentablemente a través del agujero la única sombra que los cardenales verían seria la del joven Milfiore.

—Perdonen la tardanza, eso se alargó más de lo que había estimado, ahora, ¿han logrado llegar a un consenso? —espeta el joven.

El Coleccionista de lo Perturbador (Hana no Zenchō 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora