Volumen 6: Variable inesperada Acto 3

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Paralelamente...

En el interior del palacio el joven Milfiore puede ver como los caballeros alados contrario a atacarlo empiezan a marcarle el camino, claramente guiándolo hacia una trampa, aun así, Iván no tenía intención alguna de desviarse de su rumbo...

Entre sus manos el joven pudo sentir como el poder divino empieza a ser drenado en la misma dirección en la que le apuntan los caballeros, evidencia de que ahí está el ídolo de Aziria.

Tras avanzar durante varios minutos, y cruzar tras unas imponentes puertas logra verlo finalmente...

Un trono de oro posicionado en la base de un árbol de hojas blancas cual plumas de ángel, no obstante, el fuerte poder divino que emanaba la habitación no salía del trono ni del árbol, había algo más oculto detrás...

—No des otro paso... —Espeta Amelia haciendo acto de presencia tras Iván.

—Al entrar pensé que te encontraría sentada en ese trono —Señala Iván.

—Ese asiento ya está ocupado...

Ante esas palabras el joven Milfiore no supo cómo interpretar sus palabras, no obstante, antes de poder decir o hacer algo, la santa se arrodilla y una imponente luz se hace presente desde el trono.

—Parece que finalmente todos los asientos se han reunido en un mismo lugar —Clama una voz que impregna toda la habitación —Admito que su papel ha sido entretenido, pero, es momento de terminar con los juegos, ¿no lo cree? Hijo de los Milfiore...

Iván no sabía cómo reaccionar, sin darse cuenta su mirada se desvió hacia el suelo, mientras sentía como alguien se le acercaba.

—Levanta la cabeza joven... —Espeta la voz —Sabes cual es mi nombre ¿no?

Inundado por el poder divino el joven no tiene más opción que obedecer mientras internamente da su mayor esfuerzo para no perder el conocimiento, no obstante, al levantar la mirada este, no puede evitar sentirse sorprendido.

El antifaz que hasta ahora había cubierto sus ojos empieza a quemarse mientras que las heridas a lo largo de ambos ojos del joven se curan, permitiéndole ver nuevamente.

Al ajustarse la luz en sus ojos, el joven pudo ver ante el a una niña de largos cabellos rubios que llegan hasta el suelo y un par de ojos dorados vistiendo un habito blanco.

—Pero que curioso resultado, pero debí esperarlo de ti... —Señala la entidad...

—Eres Aziria, ¿no es así? —Pregunta Iván —Sonara raro, pero, eres tal y como te había imaginado.

—Podría decirse que el sentimiento es mutuo... —Reclama la entidad —Pero ese no es el punto por tratar...

Con esas palabras la diosa da media vuelta y procede a sentarse en el trono de Oro al tiempo que a su lado Amelia se levanta nuevamente...

—Iván Milfiore, ha acumulado una vasta cantidad de pecados a lo largo de su estadía en este reino, me cuesta creer que posee el mismo apellido de una constelación de la facción heroica.

—¿Constelación...? — murmura.

—Pero eso es irrelevante, el revuelo que has causado ha retrasado los planes por mucho tiempo, incluso me has obligado a intervenir directamente —Señala —¿tienes algo que decir en tu defensa?

—No lo tengo, innegablemente soy responsable de todo —Responde.

—Me alegra mucho que lo admitas, ahora te pregunto, ¿Cuál crees que debería ser tu castigo? — pregunta la diosa.

El Coleccionista de lo Perturbador (Hana no Zenchō 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora