Capitulo 12

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Martina vio entrar a Abril estaba a un lado dando vueltas de un lado a otro preocupada. Luego vio a dos mujeres entrar al lugar, con algo de curiosidad se levanto hacia ellas.

- ¿Ustedes son familia de Jorge Blanco? - les pregunto.

- Si, yo soy su mujer - hablo una mujer joven, estaba vestida muy normal. Nada extravagante ni que llamara la atención. Llevaba una coleta de caballo y se le veía lo preocupada que se encontraba. Abril y Martina la miraron estupefactas. Sin poder creerlo. ¿Qué es lo que está diciendo esta mujer? ¿Estaba segura de sus palabras? ¿Quién era? ¿De dónde salió?

- ¿Quién eres tú? - se adelanto Abril. Martina no sabía ni que decir o hacer. Todos sus sentimientos, sus sentidos, estaban revueltos.

- Ya lo he dicho, me llamo Daniela Cisneros, soy la mujer de Jorge Blanco. Y ella es Cecilia, su madre. - Cecilia miro nerviosa a las tres mujeres, se mordió el labio con temor. "En las que te metiste, hijo", pensó. Cecilia conocía a las tres mujeres, y a Martina por teléfono. Jorge le contaba todo a su mamá, le tenía una gran confianza. Cecilia no apoyaba a su hijo pero tampoco se metía en su vida.

- Ah, con que la mujer.- dijo Martina suavemente. - Hola señora Cecilia, yo soy Martina Stoessel, ¿me recuerda?

- Oh si, cariño. Es un placer - le estrecho la mano pero sintió algo de pena y vergüenza por ella. - ¿Cómo se encuentra mi hijo?

- No, no se preocupe... Estoy segura que su hijo está muy bien... - se dirigió a Daniela. - ¿Están casados?

- Aun no - dijo algo extrañada por la mirada y el tono de Abril y Martina. - ¿Quienes son ustedes?

- Yo soy Martina Stoessel, soy doctora y colega de Jorge... - muy colegas.

- Y yo soy Abril Aguilar. Su secretaria - dijo entre dientes. Martina miro a Abril y luego miro a Daniela y soltó una amargada risa. Ni siquiera podía creerlo. No sabía si reír o llorar. Todo en su cabeza y en su corazón estaba hecho añicos.

Ella lo sabía. Lo sabía. Jorge escondía algo. Y ese algo era ella. Daniela Cisneros. Que estúpida se sentía Martina por creer en las palabras de Jorge.

Abril estaba sentada a dos puestos de Martina, su mirada estaba perdida y estaba muy callada. Se sorprendió al verla soltar unas lágrimas y limpiárselas con rapidez. Sintió pena y lastima... Por ella... Y consigo misma.

Luego volteo la mirada hacia Daniela, que estaba parada dando vueltas como hace algunos segundos se encontraba Abril, la observo bien, era muy bonita y se veía tan ilusa.

Cecilia estaba sentada a su lado pero no le había dirigido ni una sola palabra. Se pregunto cómo se sentiría Cecilia de avergonzada. Porque ella tenía que saber toda la verdad.

Las cuatro voltearon la mirada cuando se abrió la puerta de la habitación donde se encontraba Jorge. Diego miro a Abril, luego a Daniela, luego a Martina y al final le dirigió una mirada cómplice y nerviosa a Cecilia quien también lo miraba de la misma forma.

- ¡Oh, Diego! - lo saludo Daniela, le dio un beso en la mejilla mientras nos miraba a Abril y a Martina. - ¿Como esta Jorge?

- Esta bien... - dijo dudoso.

- ¡Oh, gracias a Dios! - exclamo Ceci. Abril se levanto y se acerco a él.

- ¿Puedo hablar con él? - le pregunto, Diego no supo que responder o hacer.

- Primero tendría que hablar conmigo que soy su mujer.- soltó una carcajada inocente. Abril la volteo a ver con intensiones de decirle una barbaridad.

- ¡Hey! Nadie puede hablar con el por qué esta dormido.

- ¿Que le paso? - esta vez hablo Martina y se acerco a Diego. - ¿Lo ha mordido una mujer venenosa?

- Martina...

- ¡Voy a entrar yo! - hablo Cecilia y se acerco a la puerta y entro en ella. Diego entrecerró los ojos e iba a decir algo pero dos personas entraron en la habitación y lo interrumpieron.

- ¡Diego, hermano! - era un chico bajo, más joven que Jorge o Diego. Estaba acompañado de una castaña rubia con ojos claros, mucho más alta que el.

- Se armo - susurro Diego y Martina fue la única que pudo leer sus labios. - Christian, Reyna.

- ¿Que le ha pasado a Jorge, Diego? Dinos, ¿es algo grave? - pregunto la mujer, se veía igual que Daniela o Abri, o como Martina. Preocupada por Jorge.

- Esta bien, parece ser malestar.

- ¡Gracias, dios mío! - cerro las dos palmas en una y luego paso la vista hacia las otras mujeres quienes también la miraban.

- El señor Jorge nos ha hablado. Dijo que iba a tomar un avión si se hacía algo grave.- dijo Christian mirando hacia la misma dirección que sus hermanas, hacia las mujeres.

- ¿Quiénes son? - le pregunto Reyna bajo. Diego se llevo la mano a la cabeza con nerviosismo, no dijo nada.

- Ella es Abril, ella Daniela y yo soy Martina, ¿y tú eres?

- Me llamo Reyna, y él es mi hermano Christian... - los presento. Christian y Reyna estrecharon las manos de todas.

- Reyna es novia de Jorge - dijo Christian con una media sonrisa. Daniela abrió los ojos como platos, Abril soltó una zancada de aire y Martina volvió a reírse.

- No, no. Esto no puede ser- soltó otra carcajada. - Ya estamos todos, ¿o falta alguien más?

- ¿Como dijiste que es la señorita? - dijo Daniela incrédula y con un tono molesto.

- La mujer de Jorge- dijo Reyna dirigiéndose a la mujer. - ¿Por qué?

- No, no... ¿Estás de broma? Yo soy la mujer de Jorge Blanco.

- Bueno entonces todos estamos de broma porque yo también soy la mujer de Jorge - esta vez hablo Abril.

- Vaya, que risa – entonces Martina comenzó a reírse sin sentido, sin razón, no era una situación como para reírse.

- ¿De qué te ríes? ¿Estás loca? ¿Que no te das cuenta lo que está pasando aquí? - dijo Daniela con un tono molesto ante la risa de Martina.

- Me rio por que al parecer todas son las mujeres de Jorge Blanco.

- ¿Que carajos está pasando aquí, Diego? - hablo Christian. Diego miro a todas y suspiro.

- Vale, yo no sé nada. - no supo mas nada que decir. Christian bufo, le dieron ganas de reírse pero le dio pena por su hermana... El se lo había advertido.

- Vámonos Reyna, no tenemos nada que hacer aquí - dijo Christian. Reyna negó con la cabeza.

- No, quiero estar cuando Jorge despierte - hablo al borde de las lagrimas.

- ¡Deja de ser tan masoquista, joder!

- No es masoquismo, lárgate tu si te da la gana.

- ¡Bien, haz lo que te dé la gana! - le grito y les dio la espalda para salir de ahí.

- Diego Domínguez, ¿nos quieres explicar? - le hablo Daniela, estaba tan molesta que estaba hasta roja.

- Miren, yo lo único que se es que no sé nada.

- ¿No sabes? Estarás estúpido ¡Eres su mejor amigo! - todas voltearon a ver a Reyna, parecía una adolescente perdiendo a su primer amor. Definitivamente, ella era la más joven.

- Es que...

- ¿Es que, qué? – Abril lo miro venenosamente.

- Mejor y te largas, Domínguez - le dijo. El se mordió el labio y les dio la espalda para dirigirse a la habitación de Jorge. - Creo que nosotras somos lo suficientemente inteligentes para manejar esto ¿Verdad? - les dijo Martina, las tres mujeres asintieron.

Las mujeres de Jorge BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora