07: El plan de la rubia

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Juanjo removió la salsa para que esta no se quemara mientras escuchaba a Almudena teclear en su portátil.

Acaba de volver del trabajo y estaba cocinando algo de comer para su compañera de piso y él. Ya había acabado aquel día y no tenía nada que hacer, y tenía planeado adelantar un par de cosas mientras podía. Estaba perdido en sus pensamientos, organizando su tarde, cuando la granadina llamó su atención. 

"¿No vas a ver a Martin hoy?" Preguntó, despegando la vista de los gráficos de su pantalla.

El maño se giró a mirarla, viéndola observarle con los codos apoyados en la mesa del comedor. Ya se estaba acostumbrando a la chica preguntando por el menor de vez en cuando, puesto que lo había tenido muy integrado en su vida el último mes.

"No, está ocupado hoy." Respondió, apoyándose en la encimera. "Además, aún estamos intentando averiguar cómo ponernos en contacto con la siguiente persona de la lista."

Denna asintió y volvió su mirada hacia su portátil, aunque no tardó en volver a subirla hacia él.

"Y no habéis pensado en, no sé... ¿Veros fuera de vuestro plan?" Lo dejó caer como quien no quiere la cosa, pero Juanjo no pudo evitar sorprenderse un poco.

"¿Te refieres a quedar sin la intención de quedar sin la intención de buscar a mi potencial alma gemela?" Sabía que era a eso a lo que se refería la rubia, pero quiso hacerse el loco un momento más. 

¿Por qué preguntaba eso?

Y es que el caso era que sí lo había pensado. Le encantaría quedar con el vasco solo para escucharle hablar por horas, ir a dar un paseo por el parque, o simplemente ver una película. Pero el problema estaba en que desde aquella noche en la discoteca, todavía había una especie de fantasma de lo sucedido cerniéndose sobre ellos. Una especie de tensión que a pesar de que habían intentado ignorar,+- había desencadenado en aquel intenso momento en el almacén de limpieza del hotel.

Y la realidad era que al mayor le daba miedo que la cuerda se tensase lo suficiente como para estropear las cosas entre ellos. Asimismo, estaba el tema del alma gemela del chico del bigote, que no dejaba de martillearle la cabeza.

Él estaba muy seguro de su mentalidad y su posicionamiento en ese tema: estaba buscando a su alma gemela porque sería de ser un poco cabrón ignorarlo, y que mínimo que al menos conocer a la persona que estaba destinada a él. Pero con el menor era un poco más complicado, no sabía qué era lo que pensaba y no quería estarse metiendo en medio de otro lío.

Así que sí, se moría de ganas de volver a ver al contrario, pero había aprendido a apreciar tanto su amistad que no quería cagarla por no saber aguantarse las ganas, que por cierto, empezaban a ser muchas.

La granadina asintió. "Sí, como amigos." 

Vio como el maño luchaba por encontrar una respuesta, casi escuchando los engranajes girar en su cabeza. Lo miró con ojos entrecerrados.

"¿Hay algo que no me hayas contado?" Terminó preguntando.

Juanjo suspiró, la rubia podía leerle perfectamente. Desde que se conocieron, ella había sido la única capaz de entenderle a la perfección. Un poco ofuscado, decidió contarle los acontecimientos recientes a Almudena, que lo escuchó atentamente desde sus sitio.

Cuando terminó de hablar, Denna se echó para atrás en su silla, cruzando los brazos sobre su pecho. Pasaron unos segundo silenciosos hasta que dijo. "Vamos, que te gusta."

Juanjo enrojeció. "¿Qué? ¡No! O sea, me parece muy guapo y me atrae pero de ahí..."

"Ajá, claro." La granadina rodó los ojos. "Te gusta y te pone muy cachondo."

En busca de tus coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora