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La playlist de fondo era acompañada por los melodioso gemidos de Felix y los jadeos irregulares de ChangBin, mientras sus pieles chocaban en un mismo punto repetidas veces, dejando la piel enrojecida por el contacto brusco

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La playlist de fondo era acompañada por los melodioso gemidos de Felix y los jadeos irregulares de ChangBin, mientras sus pieles chocaban en un mismo punto repetidas veces, dejando la piel enrojecida por el contacto brusco.

Se había vuelto una costumbre.

A ninguno de los dos les costaba mucho, en realidad, no tenían intenciones de fingir desinterés por el sexo, así que lo habían vuelto algo cotidiano. Ya fuera antes o después de las sesiones de ejercicio, terminaban conociendo la desnudez de sus cuerpos durante, al menos, media hora.

Felix estaba genuinamente fascinado por lo bueno que era el pelinegro en la cama... Bien, no era necesariamente la cama, usaban cualquier lugar disponible, su sitio favorito era la isla de la cocina, ahí el calor de su cuerpo contrastaba con el frío de madera mientras era brutalmente sometido contra ella. El de ChangBin era, probablemente, el sillón de la sala o cualquier lugar en el que el menor pudiera apoyar sus rodillas.

Para Seo, era increíble lo absurdamente atado que estaba a ese tipo de relación con el rubio, era una clase de filosofía que jamás en su vida había practicado, la de ejercer una vida sexual activa con una misma persona en repetidas ocasiones, pero sin tener una relación romántica como tal. En su defensa, el chico sabía cómo moverse y dónde tocar, parecía tenerlo hechizado con su mirada acuosa cada vez que llegaba demasiado profundo, era como si le suplicase por más a cada momento, y él no se sentía con el derecho a negarse.

Estando ellos concentrados en disfrutar el calor creciente en ambos cuerpos, una llamada irrumpió en la sala, era el teléfono de Felix con el tono que había escogido particularmente para JiSung; si tan solo él supiera de la situación en ese momento, ya lo habría regañado un par de veces, tal vez tres.

— ¿Vas a responder? — preguntó ChangBin con su voz ronca, reduciendo de a poco la velocidad.

— No, le llamo después — soltó entre jadeos, aprovechando para cambiar la posición, sujetando sus piernas a la altura de su pecho —. Sigue, ¿quieres?

Retomó el ritmo que llevaba antes, el ángulo le permitía perfectamente ver cómo su miembro entraba y salía del rubio; apoyó sus manos en las piernas del chico, apretando con fuerza su piel a la vez que embestía con más fuerza.

Hasta que el sonido del teléfono volvió a sonar.

Felix murmuró un par de groserías en voz baja, haciendo reír a ChangBin, quien se separó primero para alcanzar el celular y llevárselo.

— Hola, Ji, ¿estás bien?, ¿qué pasa?

Lixie, lindo, perdón si te molesto pero, ¿puedo ir a quedarme en tu casa hoy?

Eso significaba una sola cosa: había peleado con MinHo.

— Claro, no hay problema, ¿en cuánto llegas?

Dame una media hora, voy a terminar de empacar mis cosas y me voy.

— De acuerdo, con cuidado, si necesitas algo me avisas.

Mhm, gracias.

— ¿Quieres que me vaya? — preguntó ChangBin una vez la llamada fue cortada, terminando de acomodar su ropa interior.

— No hay problema en que te quedes, no creo que a JiSung le moleste — respondió Felix, poniéndose de pie también para ordenar todo —. Además, se suponía que a esta hora debíamos estar en el entrenamiento.

— Es un entrenamiento, de resistencia — bromeó.

— Ajá, después vas a decir que practiquemos sentadilla al fallo o algo parecido — replicó riendo.

— ... De hecho, es una buena idea, la voy a anotar para nuestra próxima reunión.

— Sobre eso, no sé si podamos tener sexo en la próxima reunión — ya había terminado de vestirse, ahora se encontraba ordenando el sillón; esperaba que JiSung no se tirara a llorar ahí, aún tenía que lavarlo.

— ¿Por qué no? Es curiosidad.

— Digamos que... Cuando JiSung y su novio discuten, se separan unos días, y durante ese tiempo, Ji viene a vivir conmigo, entonces, lo más probable es que él esté aquí durante nuestras reuniones.

— Oh, entiendo. Oye, ehm, ¿puedo usar tu baño?

— Claro, siéntete como en casa. Voy a terminar de ordenar y luego continuamos con la rutina.

— De acuerdo, gracias.

Felix asintió con una sonrisa antes de que él se dirigiera al baño, se sentía confundido y un poco frustrado, es decir, ¿por qué se sentía tan decepcionado de no poder continuar con el sexo? No debería, hasta hacía un mes o algo así, él era un heterosexual en regla, algo debía estar ocurriendo en su cerebro para que él se sintiera mal por no seguir acostándose con un chico.

Pero bueno, gracias al tal JiSung, ahora tendría tiempo para enfriar su cabeza y sus hormonas, regularse y pensar las cosas con claridad.

Después de un rato, ambos se ducharon y volvieron al entrenamiento real, su conversación se limitaba a cuándo debía cambiar de posición y cuánto tiempo debía permanecer en cada una; Felix tenía que pensar en cuál podría ser el nuevo problema de la parejita, siempre eran las situaciones menos esperadas y más abstractas, una vez terminaron porque MinHo había visto una película sin esperarlo; ChangBin, por su parte, tenía un dilema que resolver en su cabeza, así que tampoco tenía muchas intenciones de platicar demasiado.

El timbre del apartamento sonó pronto, por suerte, ya casi habían terminado con lo último de la sesión que habían interrumpido para ir al sillón.

El rubio se apresuró a abrir, dejando a ChangBin en el cuarto mientras recogía su equipo y ordenaba su mochila. La imagen que vió al otro lado de la puerta fue la de JiSung, con su cabello teñido en un color castaño casi rubio, los ojos vidriosos y una mochila enorme cargada en su espalda; comenzó a sollozar apenas vió a su amigo.

— Oye, oye, no llores en el pasillo, entra, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal? — lo condujo adentro de su casa, llevándolo hasta la cocina para servirle un poco de agua, pero fue impedido cuando Han se lanzó a abrazarlo, escondiendo el rostro en su cuello.

— MinHo me terminó, Lix, me terminó en serio.


Pero Hannie, cómo así Gracias por leer, muak

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Pero Hannie, cómo así
Gracias por leer, muak

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