Historia hecha por: anonimus maximus
El amor de una amiga y una noche de pasión llevan a un tímido joven cumplir el sueño de todos los hombres de tener un harem, mientras obtiene su amor propio y seguridad en si mismo para hacerlo.
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Castigo a Medianoche
–¿Seguras que no quieren venir?– preguntó Hanta Sero.
Todos los chicos iban a una zona de juegos nueva. Todos menos Izuku, quien estaba sentado junto a Ochako con una manta en sus piernas, quienes a su vez tenían a Mina, Tsuyu y Kyoka a su al rededor. Momo estaba preparando té en la cocina.
–Si seguras– decía Mina restandole importancia mientras pintaba las uñas de una obligada Jiro.
La chica roquera había perdido una apuesta y ahora tenía que dejar que Ashido le hiciera una manicura o cambiar su peinado. Ella no lo admitira, pero le gusto como se veían sus uñas con pintura violeta muy oscuro.
–Bueno, nos vemos en un rato, adios– dijo Sero, cerrando la puerta.
Apenas escucharon el seguro, Toru salio de su escondite bajo la manta que compartían Deku y Uraraka. Revelando que la pareja no tenía nada en la parte inferior y que la castaña estaba haciéndole una paja a su novio.
–¡Ya era hora! ¡Me estaba sofocando ahí abajo– se quejo lindamente la Chica Invisible.
–¿Estaba tan caliente debajo de la manta? kero– preguntó adorablemente Tsuyu, con un dedo en su mentón.
–No es por la mant-¡mmkch!– decía Toru, antes de que Ochako la tomara de la nuca y la estrellara en su coño.
–¡Vamos, menos quejas y más lamer!– exigía Uraraka, mientras envolvía la cabeza de Toru entre sus piernas.
–... Ochako-chan es peligrosa– decía Asui, siendo secundada en silencio por las demás chicas. En eso llegaba Momo con una bandeja de té.
–Aqui vengo con el te chicas– decía está sonriendo, mientras se paraba de espaldas a Deku.
Está se inclino para dejar la bandeja en la mesa, revelando que bajo su falda corta no tenía nada.
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De repente, unos fuertes brazos la sujetaron de la cintura y la obligaron a sentarse en las piernas de Izuku.
–¡Midoriya!– grito está al sentirse empalada por la Diku, que sobresalía desde su abrigo a nivel de su vientre.
