Historia hecha por: anonimus maximus
El amor de una amiga y una noche de pasión llevan a un tímido joven cumplir el sueño de todos los hombres de tener un harem, mientras obtiene su amor propio y seguridad en si mismo para hacerlo.
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Madre roquera
*Nop-Nop*
Cuando Mika Jirou llegó a la puerta de su casa solo vestía una toalla y sus lentes. La habían pillado en la ducha. Cuando abrió, vio al compañero rubio de su hija, Denki Kaminari.
–¿Mmnn? ¿Se le ofrece algo, Kaminari-Kun?– preguntó ella amablemente mientras notaba la mirada del chico en su cuerpo.
Ella era una mujer hermosa y no era ajena a esas miradas. Pero, realmente no le repugnaba ni le agradaba que una adolescente hormonal se sintiera atraída por ella. Kaminari se sacudió la cabeza y salió de su estupor.
–¡Buenas tardes Jiro-Sam! ¿Está Kyoka en casa?– preguntó sonrojado y firme.
–¿Kyoka? Si, estás en casa ¡Kyoka, un amigo vino a visitarte!– gritó la madre a su hija. Sin embargo, no hubo respuesta –Que extraño, voy a buscarla, espera aquí por favor–
Cerrando la puerta al rubio, la mujer se dirigió a la habitación de su hija. Al subir las escaleras, Mika pudo escuchar el sonido de los resorts y una cama moviéndose. Mika de repente tuvo una idea de lo que estaba pasando.
"Oh, Dios mío", dijo Mika en su cabeza.
Mika nunca había pensado que su hija haría algo así a su edad. La madre empezó a pensar en todos los malos resultados que podrían pasar. Un embarazo, un aborto adolescente, ser expulsada de la UA, cada pequeña pesadilla posible entró en la mente de la madre. Mika Jirou estaba a punto de entrar a su habitación, de donde provenían los sonidos hasta que escuchó un grito.
–Te amo Izuku, te amo– gritó la voz de su hija.
"Espera ¿Izuku?" Mika recordó que Jirou mencionó a un niño llamado Izuku Midoriya.
La madre se burlaba de su hija sobre una relación entre ella o su amigo Denki Kaminari, pero ella ni siquiera pensaba que estuvieran en una relación con alguno de los dos.
"Kyoka dijo que Midoriya era un buen chico chico... tal vez debería ver si eso era cierto", pensó la MILF.
Al abrir un poco la puerta, Mika se llevó la sorpresa de su vida. Midoriya estaba tan dotado como un caballo. Pero no un caballo cualquiera, un semental dedicado a procrear garañones de raza. Esa verga monstruosa parecía estar partiendo a su hija por la mitad.
Hablando de eso, su hija estaba en una posición sexual sorprendente. Midoriya estaba sosteniendo sus piernas con Kyoka sobre su pecho. Su verga estaba golpeando el coño de la joven como un martillo perforador. También notó que Midoriya estaba lamiendo las orejas de Kyoka, Mika sabía personalmente cómo se sentía esa sensación.
–Kyoka-Chan, me voy a correr– gruño Midoriya.
–¿¡Dentro!?– Mika jadeó ante la idea de que ese joven viril bombee su esperma viril en la profundidades 'nubiles' de su amada hija. Aún peor, por la expresión del rostro de su hija se estaba excitando con eso.
