Es increíble que el dueño y también presidente del hotel "Q", uno de los lugares más conocidos de la ciudad y en dónde tuve el privilegio de brindarles mi servicio de catering, quiera concretar una reunión conmigo hoy... ¡Hoy!
Dios, aun no salgo del asombro.
Al parecer, él quiere agradecerme personalmente porque no solo a sus invitados les encantó lo que preparé, sino también a su prometida que creo es algo quisquillosa (Eso me dijo Valentina). Esta es una enorme oportunidad que no puedo desperdiciar, es como si poco a poco estuviera alcanzando mi gran sueño. Si continuo de este modo, mi negocio puede llegar a ser reconocido por todo el mundo.
No lo pienso mucho cuando les doy un sí como respuesta, por lo que se concreta la reunión a las diez en punto y cuelgo.
Espera, ¿Qué hice?
—Ay, no... —me golpeo la frente— El vuelo de Sergio llega a las nueve y media. Eso significa que no me encontrará aquí, ¡¿Cómo es qué se me olvidó?!
Creo que la emoción me paso factura.
Me pongo a pensar en una solución mientras me doy un buen baño y ya ando imaginando el rostro molesto de mi marido cuando entre a la casa y no me halle por ningún lado. ¡Aj! No me queda de otra que avisarle. La sorpresa de que trabajé para una empresa grande está completamente arruinada.
Cepillo mi cabello y elijo un outfit no tan llamativo. Tampoco es que vaya a conocer al Rey de España, así que no es necesario lucir muy elegante. La blusa blanca y la falda plisada crema combinan perfectamente con mi brillo labial. La tentación de usar mi pulsera se acentúa, el único problema es que fácilmente Sergio me recogerá, por lo que es una pésima idea el de usarla. Decido guardarlo y me aplico mi perfume de lavanda, al utilizarlo siempre me hace recordar a mi enfermera favorita. Lamentablemente, perdí su teléfono y cuando fui a visitarla, me dijeron que se había traslado a otra clínica.
Ni idea en dónde se encontrará ahora.
Termino de alistar mis cosas en mi pequeño bolso y al llamado del aplicativo del taxi, salgo de mi casa.
Durante el trayecto, recibo la llamada de Valentina. Olvidé avisarle en que no podría ir a cobrar el cheque y de seguro ese es el motivo principal por el que me anda reventando el celular.
—Comunícate conmigo por la tarde. —le digo— Trataré de ir al banco con Sergio.
—Pensé que irías temprano, ya que querías pasar toda la tarde con él.
—Eso planeé, pero me salió algo importante a último momento. —la bocina no me deja hablar bien— ¿Me escuchas?
— ¿Estás yendo a recogerlo?
—No. —controlo las ganas de gritar— Estoy en camino a conocer a el dueño del hotel "Q".
— ¡¿Qué?!
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"Bajo ese mismo cielo" (Libro II)
RomanceLa cicatriz en mi pecho arde al ver esos ojos azules. No estoy divagando. Tampoco estoy soñando. Algo en mi interior me grita que esta vida no es la mía. Me llamo Clara, estoy casada con Sergio Torres y al mismo tiempo, siento una atracción fuerte h...