4 | Malentendidos

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La velada pasa bastante rápido, mientras Héctor comienza a reflexionar profundamente sobre la fatídica velada que pasó con Martina. Para él fue una noche de intensa reflexión. El día siguiente será otro día, un nuevo día para intentar comprender mejor lo ocurrido.

- ¡Idea! - exclama Pablo a las cinco de la mañana, lo que me sobresalta.

- ¡¿A qué le gritas?! - le pregunto molesto por su repentino entusiasmo.

- ¡Tengo una idea que podría cambiar tu vida! - dice, con una sonrisa deslumbrante que deja al descubierto sus treinta y dos dientes. - ¡Descubrirás lo que hiciste aquella noche con Martina!

- Escuchemos... - Le digo iniciando su propuesta.

- Hoy saldremos con los dos. La cita está fijada para las cuatro de la tarde. Mirarás a Martina a los ojos y recordarás exactamente lo que pasó - explica Pablo, entusiasmado con su idea.

- No sé qué tan bien funcionará, pero intentémoslo - respondo sonriendo levemente, con curiosidad por ver cómo terminará.

- Buenas noches chicas - saluda Pablo en tono alegre, mientras Candela y Martina se acercan. Candela se para frente a Martina, interrumpiendo mi vista. Me muevo ligeramente y le doy una sonrisa amistosa.

- Mucho gusto, Héctor – digo extendiendo la mano para presentarme.

- Encantado de conocerte, Martina - responde él, devolviendo el apretón de manos con una sonrisa radiante. Su sonrisa es realmente magnífica y sus mejillas son tan delicadas que parecen algodón de azúcar.

- Martina, ¿con quién quieres ir en el coche? - pregunta Pablo, intentando organizar el viaje al restaurante.

- Um... Prefiero ir contigo, si no te importa. A Héctor todavía no lo conozco - murmura Martina tímidamente.

El punto de vista de Pablo

Me subo al auto con Martina, aunque hubiera preferido que fuera con Héctor a aclarar la situación tras la resaca de la noche anterior.Se hace un silencio incómodo en el coche. Después de unos minutos, decido romper el hielo.

- ¿Te gustó la noche en la discoteca? - Pregunto mirando por el espejo retrovisor y notando que el auto de Héctor nos sigue hacia el restaurante.

- Pablo, sé que tenemos... - Comienza Martina, luego se detiene, mirándome con una mirada seria. - También sé que querías abrir esta discusión para aclarar las cosas.

- ¿Qué? - pregunto, sin entender de inmediato.

- ¿Crees que tengo...? - dice, pero luego se detiene al darse cuenta de que cree que tuvo una relación conmigo, no con Héctor.

- Ah, claro, lo siento – murmuro, intentando corregir el evidente malentendido.

- Estábamos los dos borrachos, lo entiendo, no te preocupes - responde, con una ligera sonrisa, intentando disipar la tensión.

Ahora me pregunto cómo decírselo. Debe ser Héctor quien explique la situación, pues él es el verdadero protagonista de lo sucedido.

- Pasamos una velada diferente - suspira Martina, tratando de encontrarle sentido a la noche pasada entre vodka y cigarrillos.

Finalmente llegamos al restaurante. Pablo estaciona el auto y se baja sonriendo.

- Creo que te gustará - le dice Pablo a Martina, con una sonrisa de satisfacción.El restaurante es acogedor y está bien iluminado y, a medida que nos acercamos a la entrada, espero que esta noche pueda aclarar las cosas y permitir que todos encuentren una solución.

¿Y Ahora? - Héctor Fort. (Versión Española)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora