15 | Sexto Mes - La Verdad Según Héctor

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La verdad está cerca, cuando menos lo esperes saldrá a la luz.
El vínculo inquebrantable entre Soleil y Héctor es más fuerte que cualquier otra cosa.
Esto ya se pudo notar cuando Héctor adivinó el sexo del feto pero Pablo no.
En Héctor va surgiendo un sentido de responsabilidad hacia la pequeña y sin embargo sabe que ella no es su hija.
Poco a poco se da cuenta de que amaba a Martina y hay momentos en los que recuerda algo de aquella famosa velada.
El plan de Pablo y Candela se está desmoronando, esto influirá mucho en la historia entre Pablo y nuestra protagonista.

¿Qué pasará?Lea para descubrirlo.

Punto de vista de Martina

- ¿Qué opinas de este mono? - me pregunta Pablo, mientras me señala un mono con estampado de Minnie Mouse.

- Tómalo, me gusta - respondo tomando el asa del carrito y comenzando a empujarlo.

Comprar todo lo necesario para una niña que está por nacer está resultando bastante complicado. Ni siquiera podemos ajustar las medidas exactamente, y la idea de elegir cada pieza para un futuro aún tan lejano parece casi surrealista.

- Basta, tenemos el carrito lleno - admite Pablo, visiblemente agotado, mientras se dirige a la caja.

- Tienes razón – me río entre dientes, siguiéndolo y sintiendo el peso del día.

Una vez llegamos a casa nos tiramos en el sofá, pero al cabo de unos minutos me levanto con energía.

- Voy a estirar las piernas, ¿quieres venir? - pregunto, mientras me ato los zapatos.

- Vaya, ¿tienes duraceldas? - me pregunta Pablo, asombrado por mi energía.

- Soleil está pataleando, lamentablemente tengo que moverme - suspiro, tomando las llaves de la casa.

Pablo asiente comprensivamente.

- Hasta luego – lo saludo saliendo de la casa.

Durante el largo paseo por el barrio, me cruzo con Héctor.

- Hermosa, buenos días - dice Héctor, dándome un cariñoso beso en la mejilla.

- Ojo, ¿hay paparazzi? - pregunto alarmado.

- No te preocupes, estamos en la zona menos conocida de Barcelona. Te preocupas demasiado - Héctor ríe entre dientes, con una sonrisa tranquilizadora.

- ¿Vienes a mi casa? - pregunta señalando su villa a pocos metros de distancia.

- ¿Hacer? - Respondo un poco sorprendida.

- No puedes responder con otra pregunta, ¿entonces estás dispuesto a hacerlo? - me repite suspirando y tratando de mantener la calma.

- Me sentaré, o mejor dicho, nos sentaremos - Sonrío y Héctor abre el camino hacia su villa.

Dentro de la casa, Héctor me ofrece un poco de agua mientras me siento cómodamente en el sofá. Después de traerme una bebida, se sienta a mi lado, su rostro refleja cierta tensión.

- Martina, creo que es hora de contarte lo que mi cerebro ha metabolizado - suspira, endulzando su café con gestos lentos y pensativos.

- Cuéntamelo – respondo acariciando mi dulce barriguita con un gesto protector.

- Empezaré diciendo que no tengo certeza matemática, todo lo que digo es un recuerdo desvaído - comienza Héctor, en tono serio.

- En la habitación contigo no estaba Pablo, sino yo - continúa, con una expresión de amargura en el rostro.

-Pablo y Candela nos mintieron -añade, y yo me quedo en silencio, incapaz de formular una respuesta inmediata.

- ¿En qué sentido, Héctor? - Le pregunto sintiéndome desconcertado y confundido.

- Sí, Martina, recuerdo tu perfume. Eso me ayudó a unir las piezas", admite, dando sorbos a su bebida y tratando de mantener la calma.

- ¿Es usted, probablemente, el padre de mi hijo? - pregunto levantándome de repente y dándome cuenta de la gravedad de la situación.

- Quizás sí - suspira Héctor, con el rostro pensativo y lleno de emoción.
Sin pensarlo dos veces, dejo la taza y lo beso suavemente en los labios. Héctor no duda en corresponder, su beso es cálido y lleno de sentimiento.

- Lo sentí, mi amor. Contigo inmediatamente sentí el deseo de formar una familia - sonrío, separándome ligeramente del beso y mirándolo a los ojos.

- Por el momento no tenemos la certeza matemática de la verdad de lo que dije, pero lo espero de todo corazón - sonríe Héctor, envolviéndome en un abrazo afectuoso y protector.

Me siento envuelta por la seguridad y calidez de Héctor, y al cerrar los ojos, me dejo llevar por un sentimiento de esperanza y amor, esperando con ansias el futuro que nos espera.

¿Y Ahora? - Héctor Fort. (Versión Española)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora