La autodestrucción y la ayuda.

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Al día siguiente Pau fue con su abuela a su nuevo piso, porque su abuela se había mudado.

Cuando llegaron Pau se dio cuenta que su abuela vivía debajo del piso de Olsen.

Olsen vivía en el tercero y su abuela en el segundo.

-Encima mío vive un chica encantadora. No hace apenas ruido y cuando va a pasar la aspiradora o algo que haga ruido me avisa antes de usarlo. También me ayudó con mis cosas.-dijo la abuela de Pau.

-Que bien abuela.-dijo Pau.

-Sí, si no me equivoco se llama Olsen. -dijo su abuela.

-Que bien, me alegro que la vecina de arriba sea tan considerada.-dijo Pau.

-Es una buena chica, se le nota.-dijo su abuela.

-Bueno pues vamos a comer.-dijo Pau.

Después de comer Pau se marchó de casa de su abuela, pero antes decidió ir al piso de Olsen.

Pero ella no se encontraba allí, Pau se preguntaba donde se encontraría.

Después de eso Pau dio un paseo.

Pero no vio a Olsen por ningún lado, tampoco estaba metida en algún bar cerca de su casa.

Así que Pau se volvió a su casa.

Olsen se encontraba dando un paseo por ahí.

Después decidió correr un poco en vez de caminar.

Olsen iba sobria, pero claro eso no duraría mucho tiempo.

Mientras corría a Olsen se notaba tensa, sabía que necesitaba drogarse cuanto antes.

Así que se fue a un bar y pidió una cerveza, después de eso se fue al baño y allí inhaló un poco de cocaína.

Haciendo que Olsen estuviera más tranquila, salió del baño y se fue a su casa que era un largo camino.

Mientras caminaba se puso sus cascos y empezó a escuchar música.

Cuando por fin llegó a su casa lo primero que hizo fue ducharse, después de eso volvió a inhalar más cocaína y a fumarse un porro de marihuana.

Después de eso abrió las ventanas del salón para que se esfumara el olor.

Cuando ya era de noche Olsen iba ya muy colocada, pero decidió ir a un bar.

Allí se colocó aún más y se emborrachó.

Olsen estaba bailando con desconocidos, pero se lo estaba pasando muy bien.

Después de un rato Olsen decidió volver a casa, fue caminando como pudo ya que iba muy mareada por el efecto de las drogas.

En ese momento notó como alguien le sujetaba de la cintura para ayudarla a caminar.

-¿No te cansas de acosarme?-preguntó Olsen.

-¿No te cansas de drogarte?-preguntó Pau.

-No.-dijo Olsen.

-Pues esa también es mi respuesta, además no te estoy acosando. -dijo Pau.

-Entonces, ¿qué estás haciendo?-preguntó Olsen.

-Estoy ayudándote.-dijo Pau.

-Claro, me encanta que todo el mundo se meta en mi vida y me ayude. ¡Es que no sé cómo me las habría arreglado sin ti!-dijo irónicamente Olsen.

Pau miró a Olsen con paciencia.

-¿Por qué eres así?-preguntó Pau.

-¿Así como?-preguntó Olsen.

Un ángel y una adicta en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora