A la mañana siguiente Olsen no se levantó con mucha energía sino que estaba muy irritada.
Estaba un poco enfadada, pero no sabía por qué.
Incluso por la mañana Olsen se puso a discutir con otra chica que también estaba en el centro.
Olsen estaba muy alterada.
-Mira no me digas que hacer.-dijo la otra chica.
Olsen se rió sarcásticamente y respondió:
-¿No me digas que hacer? ¿Qué te pasa, crees que soy tu madre? Si quieres hacerte la chula, mejor vete a otra parte, que yo no tengo tiempo para tus tonterías.
Después de eso Olsen se marchó.
Olsen estaba sentada en un banco del jardín.
-¿No te apetece hacer yoga?-preguntó Agnes.
Olsen arqueó una ceja y respondió con una sonrisa irónica:
-Yoga... ¿En serio? Creo que lo único que quiero hacer ahora mismo es un ejercicio llamado sentarse en el banco y no moverse. ¿Qué te parece?
Agnes se rio.
-Deberías hacer yoga es muy buena.-dijo Agnes.
Olsen rió burlonamente y respondió:
-¿Yoga bueno? ¿Y qué sigue, me vas a decir que la meditación es lo mejor para la salud mental? Por favor, si yo quisiera hacer el ridículo, me pondría a bailar en el parque como una loca, pero no creo que la yoga sea lo mío.
-No sé cómo puedes lograr ser irónica y graciosa con la mayoría de las cosas que dices.-dijo Agnes.
Olsen sonrió maliciosamente y contestó:
-Bueno, digamos que es un don natural que tengo. Algunos nacen con el don de la música, otros con el don de las matemáticas, y yo con el don de ser irónica y graciosa en cualquier situación. ¿Qué puedo decir? Soy una artista del humor.
-¿Por casualidad no sabrás algún chiste?-preguntó Agnes.
-¿Qué pesa más una gallina que pesa 100 kilos o una piedra que pesa 100 kilos?-preguntó Olsen.
-Pesan lo mismo.-dijo Agnes.
-No, la gallina porque pesa 100 kilos y pico.-dijo Olsen.
Eso hizo que Agnes soltara una carcajada.
-¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela? Iguanita.-dijo Olsen.
Agnes se volvió a reír.
-¿Qué estrés? 2 +1-dijo Olsen.
Agnes se volvió a reír.
-Eres muy buena contando chistes.-dijo Agnes.
-Siempre se me ha dado bien hacer reír a los demás.-dijo Olsen.
Agnes rió y respondió:
-¡Sí, es cierto! Parece que eres una experta en hacer reír a la gente. ¿Cómo haces para pensar en tantos chistes en tan poco tiempo?
Olsen sonrió y respondió:
-No sé, supongo que es un don natural. Siempre he tenido un sentido del humor bastante peculiar, y creo que eso me ayuda a ser ingeniosa a la hora de contar chistes. Además, ¿qué mejor manera de hacer reír a la gente que con un chiste malo?
-Tienes razón Olsen.-dijo Agnes.
-¿Qué día es tu cumpleaños?-preguntó Olsen.
-Mi cumpleaños es el 8 de noviembre, ¿y el tuyo?-dijo Agnes.
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Un ángel y una adicta en la oscuridad.
RomanceEn un mundo donde la adversidad y la tragedia parecen prevalecer, descubre una historia de esperanza y redención en "Un ángel y una adicta en la oscuridad". Sigue a Mía Olsen, una talentosa patinadora sobre hielo cuyo pasado atormentado la ha arrast...