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Capítulo 21:
"Garras, mechones y más..."

Nota mental:
Si quieren pelea, hay que darles pelea.

–¡Muy bien, Hannah! Ahora practiquemos en el aire

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–¡Muy bien, Hannah! Ahora practiquemos en el aire. Chris te impulsará, mantendrás la calma, vas a sonreír y harás un salto ruso, luego te dejarás caer de espalda para que te agarren, ¿entendido?

–Entendido, entrenadora.

Me sostengo con confianza de los hombros de Chris, quien me mira en espera de mi señal mientras acomodo mi pie en la palma de sus manos unidas. Le doy un pequeño asentimiento y en pocos segundos me encuentro en el aire sostenida únicamente por él. Sonrío con naturalidad, sacudo mis pompones para luego flexionar mis rodillas, Chris me imita y me impulsa una vez más con mayor fuerza.

Hago el salto sin ningún tipo de complicación y me dejó caer tal como había indicado la entrenadora.

–Excelente para ambos, lo incluiremos en la rutina para la inauguración –nos felicita la entrenadora. Choco los cinco con Chris y nos sentamos en las gradas con el resto del equipo.

–Lo hiciste excelente. –Rachel me aplaude con una sonrisa, la cual devuelvo rodeándola con un brazo–. Ignorando el hecho de que tu chico raro no dejó de mirarte hasta verte sana y salva en el suelo –susurra con complicidad.

Siento el calor invadir mi rostro y de manera automática mis ojos se dirigen al equipo de fútbol que calentaba en el campo. Austin estiraba sus extremidades pero su atención estaba únicamente en mí. Al notar que lo miraba, éste me sonríe de lado y me guiña el ojo antes de comenzar a trotar con el resto de sus compañeros. Siento el revoltijo en mi estómago y no hago más que sonreír.

–Wow, siento la tensión envolverme. –La miro con los ojos abiertos y el calor sube hasta mis orejas.

–Rachel –digo a regañadientes, haciéndola carcajear.

–Entrenadora. –Se escucha una voz a lo lejos, en la otra esquina de las donde Laura se sentaba ahora con sus dos nuevas amigas–. Nosotras también deberíamos tener oportunidad de ser flyers*.

–¿Y ésta le picó la luna? –murmura Rachel más para ella que para mí. Igualmente la escucho, coincidiendo con su pensamiento. La entrenadora vuelve a hablar, ignorando los murmullos del equipo.

–Laura, ¿cierto? –La mencionada asiente, cruzando sus piernas–. Cariño, sé que es tu primer campeonato con nosotros y la emoción es evidente, pero existen jerarquías en este deporte que se deben respetar.

–Solamente digo que nosotras también hemos entrenado lo suficiente para poder subir de nivel.

–Tienes razón. –Asiente–. Pero, como dije anteriormente, las jerarquías cambian dependiendo de la condición de cada atleta. –La palma de su mano se extiende, señalándonos–. Hannah, Rachel, Grace y el resto han estado en el equipo durante años, su flexibilidad y agilidad se ha construido con mucho esfuerzo.

EL CAOS QUE NOS UNIÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora