𖦹 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐕𝐈 𖦹

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Ecos del Pasado

El regreso de Hyunjin al pueblo fue envuelto en un silencio perturbador. A cada paso, sentía el peso de las palabras de Felix resonando en su mente.

"Un ciclo que no se puede romper… un pacto hecho con sangre."  La noche avanzaba, y con ella, una sensación de que algo en la atmósfera había cambiado, como si el propio aire estuviera cargado de tensión.

Al llegar a su hogar, Hyunjin encendió una vela para disipar la penumbra que se arrastraba por las esquinas. Pero la pequeña luz apenas lograba mitigar la oscuridad que parecía más densa de lo normal. Se sentó en su escritorio, tomando su cuaderno de bocetos con manos temblorosas. Quería capturar lo que había visto en la cueva: los símbolos, la daga, la mirada atormentada de Felix. Sin embargo, cada vez que intentaba dibujar, las imágenes se volvían difusas en su mente.

Molesto, decidió salir de nuevo. Necesitaba aclarar sus pensamientos. El pueblo, a esas horas, estaba completamente desierto, y un escalofrío recorrió su espalda al notar la ausencia de cualquier sonido, como si todo estuviera conteniendo el aliento, esperando algo.

Se dirigió al centro del pueblo, donde se encontraba una antigua fuente de piedra. El agua, normalmente cristalina, ahora tenía un tono rojizo bajo la luz de la luna. Hyunjin frunció el ceño, preguntándose si su mente le estaba jugando una mala pasada. Pero antes de poder analizarlo más, un movimiento rápido en el borde de su visión capturó su atención.

Al volverse, vio una figura encapuchada alejarse rápidamente hacia el bosque. Sin pensar, Hyunjin la siguió, sus pies resonando sobre las piedras del camino. Cuanto más se adentraba en la espesura, más notaba que el ambiente cambiaba; las sombras parecían moverse por sí mismas, como si estuvieran vivas.

Finalmente, la figura se detuvo en un claro rodeado de árboles viejos y retorcidos. Hyunjin se escondió tras un tronco, observando con cuidado. La persona encapuchada se arrodilló en el suelo, murmurando algo en un idioma antiguo, y alzó las manos hacia el cielo. En ese momento, la luna, que hasta ahora había estado pálida, pareció teñirse lentamente de un color carmesí.

El pánico se apoderó de Hyunjin. El resplandor rojo se intensificó, proyectando sombras largas y amenazantes que parecían cobrar vida. El encapuchado se giró, y aunque su rostro estaba oculto, Hyunjin sintió que era observado con una intensidad abrumadora. Decidió retroceder lentamente, sin hacer ruido, pero tropezó con una rama, rompiendo el hechizo de silencio.

—¿Quién anda ahí? —la voz era grave, profunda, y resonó en el claro como un trueno.

Hyunjin, sin pensarlo dos veces, se dio la vuelta y corrió, pero no llegó muy lejos antes de que sintiera una mano fría como el hielo agarrarlo por la cintura. Se giró con el corazón en la garganta, esperando encontrarse con la figura encapuchada, pero para su sorpresa, era Felix.

—¡Hyunjin! —su tono era urgente, casi desesperado—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Yo… vi a alguien —balbuceó Hyunjin, sin poder apartar la mirada de la expresión alarmada de Felix—. Estaba en el bosque, haciendo algo… raro. La luna…

Felix cerró los ojos, como si intentara contener algo dentro de sí. Finalmente, tomó a Hyunjin del brazo y lo arrastró fuera del claro.

—No debiste seguirlo. Este lugar… es peligroso. Hay cosas en este bosque que es mejor no descubrir.

—¿Qué está pasando, Felix? —Hyunjin exigió respuestas, su confusión y miedo transformándose en frustración—. Cada vez que creo entender algo, aparecen más preguntas. ¿Quién era esa persona? ¿Por qué la luna se veía así?

Felix lo miró con ojos sombríos, como si librara una batalla interna sobre qué decirle.

—Este pueblo está atrapado en un ciclo de maldición, uno que comenzó mucho antes de que tú o yo llegáramos aquí. Algunas personas… han perdido sus almas en la oscuridad, y hacen lo que sea necesario para mantener el ciclo vivo.

Hyunjin sintió un nudo en la garganta. Sabía que Felix no le estaba diciendo todo, pero también entendía que había límites a lo que él mismo podría comprender sin volverse loco. Miró de nuevo hacia el claro, donde la luz de la luna ahora brillaba con una intensidad antinatural.

—No puedo quedarme al margen, Felix. No después de todo lo que he visto.

Felix suspiró, soltando a Hyunjin y volviendo la mirada hacia el cielo.

—Si sigues por este camino, Hyunjin, no habrá vuelta atrás. Estás a punto de descubrir verdades que podrían destruirte.

El silencio cayó entre ellos, interrumpido solo por el ulular de un búho en la distancia. Felix parecía haberse endurecido, como si aceptara una realidad que Hyunjin aún no podía comprender.

—Si es lo que necesito para entenderte a ti… entonces estoy dispuesto a correr ese riesgo —respondió Hyunjin con firmeza.

Felix esbozó una pequeña sonrisa, pero era una sonrisa triste.

—Entonces, prepárate. Porque la luna roja recién empieza a despertar.

吸血: 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 [𝐋𝐢𝐱𝐣𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora