𖦹𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐗𝐈𝐈 𖦹

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El sonido de sus propios golpes resonó en la mansión vacía como un eco distante, devolviéndole un inquietante silencio. Hyunjin miró la puerta cerrada con creciente desesperación. Felix nunca había dejado de recibirlo, por extraño que fuera su comportamiento. ¿Por qué ahora?

Miró hacia los alrededores. La bruma que envolvía el bosque parecía más densa, más asfixiante, como si quisiera tragárselo. La soledad del entorno se clavaba en su pecho, creando una opresión que le hacía difícil respirar. Intentó tranquilizarse, pero cada fibra de su ser le gritaba que algo andaba muy mal.

Decidido a no regresar sin respuestas, rodeó la mansión buscando alguna señal de vida. Sus pies crujían sobre la hojarasca, el único sonido acompañándolo en la lúgubre quietud. Las ventanas, generalmente iluminadas con la cálida luz de velas, estaban ahora tan oscuras como la noche misma. No había ni un solo rastro de Felix.

De repente, un susurro débil llegó a sus oídos. Era tan tenue que pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada. Pero cuando se detuvo, el sonido volvió, un murmullo ininteligible que parecía provenir desde lo profundo del bosque.

Hyunjin sintió un escalofrío recorrerle la espalda. ¿Debería seguir ese sonido? Su instinto le decía que no, pero la curiosidad que lo había llevado hasta ese lugar venció al temor. Apretó los puños, tratando de darse valor, y comenzó a adentrarse en el bosque, siguiendo los susurros.

Los árboles, altos y retorcidos, parecían observarlo desde lo alto. Las sombras se alargaban como si quisieran atraparlo, y el susurro se volvía cada vez más claro, tomando un tono casi hipnótico. No podía distinguir qué decían las voces, pero sentía cómo su cuerpo respondía a ellas, como si lo llamaran.

Finalmente, llegó a un claro en el bosque, un lugar que parecía estar desconectado del resto del mundo. En el centro, rodeada por hierbas oscuras, había una fuente de piedra cubierta de musgo. El agua en su interior era negra como la tinta, reflejando la luna que empezaba a asomar por entre las nubes.

El susurro cesó de repente. Hyunjin miró a su alrededor, expectante, con el corazón latiéndole en los oídos. Se acercó a la fuente y, sin saber por qué, se inclinó sobre el borde. El agua en su interior estaba en calma, pero cuando la observó más de cerca, vio algo que lo hizo retroceder.

En la superficie oscura, la imagen de Felix apareció de repente, mirándolo con una expresión vacía. Sus ojos, generalmente llenos de vida, eran ahora pozos oscuros, vacíos de cualquier emoción. Hyunjin sintió un nudo formarse en su garganta. Intentó gritar, pero no salió sonido alguno de sus labios.

La imagen de Felix en el agua comenzó a moverse, alzando una mano como si quisiera alcanzarlo desde el otro lado del reflejo. "Hyunjin", susurró una voz, apenas audible. Era la voz de Felix, pero sonaba distorsionada, como si viniera desde lo más profundo de la tierra. "No te acerques más... por favor, no sigas...".

Hyunjin retrocedió un paso, su mente luchando por entender lo que estaba viendo. ¿Era una alucinación? ¿Una advertencia? Antes de que pudiera decidir qué hacer, la imagen en el agua se desvaneció, dejando solo su propio reflejo distorsionado por el movimiento del líquido.

El susurro volvió, esta vez más fuerte, más insistente. Hyunjin sintió que algo tiraba de él, empujándolo a alejarse de ese lugar. Giró sobre sus talones y corrió, dejando atrás la fuente y el claro, intentando escapar de la sensación de que no estaba solo.

Cuando por fin llegó de nuevo a la mansión, jadeando y con el corazón a punto de estallar, la puerta estaba abierta. Una tenue luz cálida se filtraba desde el interior, iluminando el umbral de la entrada. Hyunjin se detuvo en seco, sus pensamientos divididos entre entrar o escapar de una vez por todas.

Pero antes de que pudiera decidir, la figura de Felix apareció en la puerta, sus ojos clavados en los de Hyunjin. No había rastro de la vacuidad que había visto en la fuente. El Felix de siempre estaba ahí, con esa mezcla de misterio y melancolía que tanto lo atraía.

“Hyunjin…”, dijo Felix en un susurro, su voz quebrada por una emoción que no pudo identificar. “Te dije que no debías venir.”

Hyunjin dio un paso adelante, intentando no dejarse llevar por el miedo. “Felix, ¿qué está pasando? ¿Por qué siento que algo está mal cada vez que estoy aquí?”

Felix apartó la mirada, como si la pregunta lo hiriera. “Hay cosas que es mejor no saber, Hyunjin. Por tu propio bien, deberías dejar esto… y alejarte de mí.”

Pero Hyunjin no podía alejarse, no después de todo lo que había descubierto y lo que sentía. Sabía que estaba en peligro, que algo oscuro rodeaba a Felix y a este lugar, pero también sabía que ya no podía detenerse. Quería respuestas, aunque tuviera que enfrentar la oscuridad para obtenerlas.

El silencio se instaló entre ellos, roto solo por el crujido de las ramas en la lejanía. Hyunjin supo que la decisión que tomara en ese momento lo cambiaría todo, y a pesar del miedo, decidió quedarse.

吸血: 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 [𝐋𝐢𝐱𝐣𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora