𖦹 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐗𝐈𝐗 𖦹

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El viento soplaba con una intensidad inquietante esa noche. La bruma que cubría el pueblo parecía más densa que de costumbre, envolviendo las casas y los árboles como si tratara de ocultar algo. Hyunjin caminaba por las calles empedradas, sintiendo que cada paso lo alejaba de la seguridad que alguna vez creyó tener. En su mente, la imagen de Felix persistía, nublando sus pensamientos.

Desde su último encuentro, algo había cambiado entre ellos. Felix parecía más distante, más reservado, como si cargara con un secreto que no podía compartir. Hyunjin lo había notado, pero no se atrevía a preguntarle directamente. Temía la respuesta, aunque no sabía por qué. Quizá una parte de él ya sospechaba la verdad, pero otra se resistía a aceptarla.

El sendero que conducía a la mansión se veía más sombrío bajo la luz pálida de la luna. Las sombras de los árboles se extendían como manos alargadas, y el aire estaba impregnado de una humedad que hacía que cada respiración fuera más pesada. Sin embargo, Hyunjin siguió avanzando, guiado por una fuerza invisible que lo arrastraba hacia Felix.

Al llegar a la mansión, la puerta de entrada estaba entreabierta. No era la primera vez que Felix lo recibía así, pero había algo extraño en la atmósfera esa noche. Hyunjin entró con cautela, notando que el interior de la casa estaba envuelto en un silencio sepulcral. No se escuchaba ni el más mínimo sonido. Era como si el lugar estuviera suspendido en el tiempo.

"Felix…" llamó Hyunjin, su voz resonando ligeramente en el vestíbulo vacío.

Nadie respondió.

Avanzó por los pasillos, reconociendo los cuadros antiguos que adornaban las paredes, las lámparas apagadas que colgaban del techo y los muebles cubiertos de polvo. La mansión tenía una belleza inquietante, pero esta noche parecía aún más espectral, como si estuviera conteniendo su aliento.

Finalmente, llegó a la sala principal. Las ventanas estaban cubiertas por pesadas cortinas, dejando solo unos pocos rayos de luz lunar filtrarse tímidamente. Y allí, en el centro de la habitación, estaba Felix, sentado en una silla con la mirada perdida hacia el suelo.

Hyunjin se detuvo en seco al verlo. Algo en la postura de Felix lo hizo estremecerse. Se acercó lentamente, como si temiera perturbar la quietud que reinaba en el lugar.

“Felix…” murmuró una vez más, pero esta vez su voz era más suave, casi suplicante.

Felix levantó la vista, y cuando sus ojos se encontraron con los de Hyunjin, el joven sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había algo en esa mirada, algo oscuro, pero también triste. Felix lucía como si estuviera cargando un peso enorme sobre sus hombros, y Hyunjin no podía evitar preguntarse qué era lo que lo mantenía tan atrapado en su propio dolor.

"Estás aquí", dijo Felix, su voz apenas un susurro. No era una pregunta, sino una afirmación, como si ya hubiera esperado su llegada.

Hyunjin se sentó frente a él, sintiendo la tensión en el aire como un nudo en su pecho. “No te he visto en días… ¿Qué está pasando? ¿Por qué te has estado alejando?”

Felix permaneció en silencio por un momento, sus ojos fijos en un punto indeterminado, como si estuviera luchando con sus pensamientos. Finalmente, habló, aunque con una voz tan baja que Hyunjin tuvo que inclinarse para escucharlo.

"Hay cosas que no entiendes, Hyunjin. Cosas que sería mejor que nunca supieras."

Hyunjin frunció el ceño. Esa no era la respuesta que esperaba. “¿De qué estás hablando? Cada día que pasa siento que me alejas más, que te hundes en algo que no puedo alcanzar. ¡Por favor, dímelo! No quiero perderte sin siquiera saber por qué.”

La respiración de Felix se hizo más profunda, como si estuviera debatiéndose internamente. Por un momento, pareció a punto de confesar algo, pero se detuvo. En su lugar, se puso de pie abruptamente y caminó hacia la ventana, apartando las cortinas lo suficiente para observar la luna a través del vidrio empañado.

“La luna está casi llena,” murmuró, sin dirigir su mirada hacia Hyunjin. “Cuando lo esté completamente, todo será diferente.”

Hyunjin se levantó también, sintiendo que las palabras de Felix escondían algo más de lo que él podía comprender. Dio un paso hacia él, pero Felix mantuvo la distancia, como si temiera el contacto.

“¿Qué va a cambiar con la luna llena?” preguntó Hyunjin, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que algo grande se avecinaba, pero no lograba juntar las piezas del rompecabezas.

Felix cerró los ojos y respiró hondo. "No puedo decírtelo ahora. No así. Solo quiero que sepas que... todo lo que hice fue por protegerte."

“¿Protegerme? ¿De qué?”

Felix lo miró por fin, con una mezcla de culpa y desesperación en sus ojos. “De mí mismo.”

Hyunjin abrió la boca para decir algo, pero no encontró palabras. La confusión y la frustración lo estaban consumiendo. Pero antes de que pudiera formular otra pregunta, Felix dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.

“Felix, ¡espera!” Hyunjin lo siguió, agarrándolo suavemente del brazo antes de que pudiera irse.

El contacto hizo que Felix se detuviera, aunque no se volvió hacia él. “Hyunjin… por favor, vuelve mañana. Necesito tiempo para explicártelo. Mañana, todo será claro.”

Hyunjin quería insistir, quería exigir respuestas en ese mismo momento, pero algo en el tono de Felix lo detuvo. Había una urgencia en su voz, una promesa tácita de que el día siguiente traería consigo la verdad.

"Está bien," murmuró Hyunjin, soltando el brazo de Felix a regañadientes. "Pero mañana… no me ocultes nada."

Felix asintió, y sin mirar atrás, se deslizó por la puerta, dejándolo solo en la penumbra de la sala.

Hyunjin se quedó de pie allí durante un largo rato, mirando el lugar donde Felix había estado. Su mente estaba llena de preguntas, pero el presentimiento de que algo monumental estaba por revelarse al día siguiente lo mantenía en vilo.

La luna, creciente en el cielo, iluminaba tenuemente el salón, anunciando que el momento de la verdad se acercaba, y que nada volvería a ser igual.

吸血: 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 [𝐋𝐢𝐱𝐣𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora