𖦹𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐗𝐈𝐈𝐈𖦹

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El aire dentro de la mansión estaba cargado de una extraña tensión, como si las paredes mismas observaran cada movimiento de Hyunjin. Felix caminaba frente a él, con la cabeza ligeramente inclinada, sus pasos resonando en el silencio como un eco distante. Hyunjin lo seguía en silencio, notando que la luz de las velas titilaba de forma inusual, proyectando sombras que se retorcían en las paredes.

Finalmente, llegaron a una habitación que Hyunjin nunca había visto antes. La puerta, de madera antigua y carcomida, estaba entreabierta, y desde su interior emanaba un resplandor débil y dorado. Felix se detuvo frente a la puerta, sin atreverse a cruzar el umbral. Su expresión era sombría, como si cada paso que había dado lo acercara a algo que temía profundamente.

“Este lugar…”, comenzó Felix, con la voz entrecortada. “Esconde los recuerdos que he intentado olvidar, aquellos que preferiría no volver a ver.”

Hyunjin sintió un escalofrío recorrerle la columna. Algo dentro de él le decía que entrar en esa habitación significaría cruzar un límite, uno del cual ya no habría retorno. Pero no podía detenerse. Ya había llegado demasiado lejos, y su curiosidad, mezclada con la necesidad de comprender lo que estaba sucediendo, lo empujaba hacia adelante.

Felix lo miró con una mezcla de tristeza y resignación. “Si decides entrar, podrías descubrir cosas que cambiarán todo lo que crees saber. Cosas que incluso yo desearía no recordar.”

Sin decir una palabra, Hyunjin extendió la mano hacia la puerta, empujándola suavemente. Al hacerlo, la madera crujió, y la luz dentro de la habitación se intensificó por un breve momento, como si la oscuridad estuviera luchando por mantener su dominio. Finalmente, la puerta se abrió del todo, revelando el interior.

La habitación estaba vacía, salvo por una antigua mesa de madera en el centro. Encima de la mesa, había una caja de metal ennegrecido, cubierta de símbolos grabados. Hyunjin se acercó lentamente, sintiendo cómo el aire se volvía más pesado con cada paso que daba. Felix permaneció en la entrada, observando con expresión rígida, como si temiera lo que estaba a punto de suceder.

“Esa caja…” La voz de Felix sonó quebrada, como si las palabras mismas le causaran dolor. “Es lo único que queda de una época que prefiero olvidar. Dentro de ella, están mis recuerdos… y los tuyos.”

Hyunjin giró bruscamente hacia Felix, sorprendido. “¿Mis recuerdos? ¿Qué estás diciendo?”

Felix cerró los ojos un instante, como si estuviera tomando fuerzas para continuar. “Cuando llegaste a este pueblo, pensé que sería fácil mantenerte alejado de la verdad. Pero con cada paso que has dado hacia mí, has reabierto heridas que estaban selladas. Y ahora, ya no puedo seguir ocultándolo.”

El silencio que siguió fue abrumador. Hyunjin no entendía del todo a qué se refería Felix, pero sentía que estaba al borde de descubrir algo que cambiaría todo. Con manos temblorosas, se acercó a la caja y, sin dudar, la abrió.

El interior estaba lleno de papeles viejos, polvorientos y amarillentos por el tiempo. Eran cartas, dibujos y fragmentos de lo que parecían ser diarios. Al tomar uno de los papeles y examinarlo más de cerca, Hyunjin se dio cuenta de que el dibujo que tenía frente a él era uno de sí mismo… pero no como era ahora. Era más joven, con una expresión que nunca había visto en el espejo, como si estuviera perdido en una oscuridad que no comprendía.

“¿Qué significa esto?” Preguntó Hyunjin, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. La confusión y la ansiedad lo estaban consumiendo.

Felix dio un paso adelante, su voz ahora apenas un susurro. “Esa es la parte de ti que fue sellada. La parte que olvidaste para poder vivir una vida tranquila. La parte que, con mi propia mano, me vi obligado a borrar… porque era la única manera de protegerte.”

Hyunjin sintió que sus piernas flaqueaban, pero se obligó a mantenerse de pie. Todo lo que Felix decía era incomprensible, y al mismo tiempo, sentía que una parte de él ya conocía esa verdad, escondida en lo más profundo de su ser.

Las velas en la habitación parpadearon, y por un instante, las sombras parecieron moverse, como figuras danzando en la oscuridad. Hyunjin no pudo evitar mirar nuevamente los papeles esparcidos en la mesa. Cada uno de ellos mostraba escenas fragmentadas de una vida que no recordaba haber vivido. Una vida que parecía estar ligada a Felix, y a esa mansión, mucho antes de lo que creía.

Felix dejó escapar un suspiro tembloroso, acercándose más a Hyunjin. “Si sigues buscando, encontrarás respuestas. Pero esas respuestas podrían destruir lo que eres ahora. ¿Estás dispuesto a asumir ese riesgo?”

La pregunta quedó flotando en el aire, sin respuesta. Hyunjin no sabía qué decir, ni qué pensar. Lo único que tenía claro era que, desde que conoció a Felix, había sentido un lazo invisible que lo unía a él, un lazo que ahora parecía mucho más antiguo y profundo de lo que jamás había imaginado.

Sin embargo, antes de que pudiera tomar una decisión, la puerta de la habitación se cerró de golpe, dejándolos atrapados en la penumbra. Las velas se apagaron de inmediato, sumiéndolos en una oscuridad absoluta. Hyunjin pudo sentir la presencia de Felix a su lado, pero también algo más. Una presencia fría y aterradora que emanaba desde las paredes, como si la mansión misma estuviera viva y furiosa.

Felix tomó la mano de Hyunjin con fuerza, su voz apenas un susurro tembloroso. “No estás solo, Hyunjin. Pase lo que pase, no te soltaré.”

Y en ese momento, mientras el frío de la oscuridad los envolvía, Hyunjin supo que lo que venía no sería fácil. Los recuerdos perdidos, las verdades enterradas, y los lazos que alguna vez los unieron a ambos… todo estaba a punto de desatarse.

吸血: 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 [𝐋𝐢𝐱𝐣𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora