Izuku Midoriya, un apasionado fan de All Might, encuentra una conexión inesperada en un foro en línea con "BlastKing69", un usuario anónimo que parece comprenderlo a la perfección. A medida que sus conversaciones nocturnas se vuelven más íntimas, Iz...
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Katsuki Bakugo nunca había sido una persona de medias tintas. Sabía lo que quería y siempre lo conseguía.
Desde que tenía uso de razón, había tenido claro su objetivo: ser el mejor héroe de todos los tiempos, superar incluso a All Might, el símbolo de la paz. Pero últimamente, algo lo distraía, algo lo empujaba a cuestionarse, y esa duda lo estaba volviendo loco.
Era un pensamiento recurrente, una presencia constante en su mente, como una sombra que se negaba a desaparecer. MigthyBoy. Su compañero de conversaciones nocturnas. Su confidente en un mundo virtual donde nadie lo conocía realmente.
Había llegado a una revelación de manera gradual, casi imperceptible, como el paso del tiempo. Fragmentos de conversaciones, detalles sutiles, y un día, todo encajó. "MigthyBoy" no era otro más que Izuku Midoriya, el mismo chico que llevaba años soportando su desprecio y sus constantes ataques. La ironía era amarga, pero más que eso, era desconcertante. Katsuki había llegado a apreciar a MigthyBoy de una manera que nunca había pensado posible, y saber que era Izuku lo dejaba en un estado de confusión que nunca había experimentado.
Era imposible ignorar la verdad ahora que la conocía. Cada mensaje de MigthyBoy tenía la voz de Izuku, la voz de aquel chico que siempre había creído en los héroes con una ingenuidad que Katsuki solía despreciar. Ahora, esa misma voz resonaba en su mente de una manera diferente, más profunda, más personal. Cada palabra escrita en la pantalla cobraba un nuevo significado, una nueva dimensión.
Katsuki se dejó caer en su cama, los ojos fijos en el techo de su habitación. Las palabras de MigthyBoy resonaban en su mente, como un eco persistente. "A veces es agradable pensar que a alguien le importas, aunque sea un poquito." Esas palabras habían removido algo dentro de él. Recordó el comentario de la fruta en el escritorio. Una manzana, con una nota simple. Algo tan pequeño, pero que había tenido un impacto significativo en Izuku.
Un suspiro escapó de sus labios, pesado y cargado de frustración. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué mierda le importaba tanto? Se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más. Katsuki no entendía del todo sus propios sentimientos. A veces quería proteger a MigthyBoy de todo mal, y otras quería empujarlo a ser más duro, a no depender de nadie, pero ahora que sabía quién era MigthyBoy, ese deseo de proteger y empujar se mezclaba con una culpa que no podía ignorar. Cada vez que recordaba cómo había tratado a Izuku durante todos esos años, se sentía atrapado entre su orgullo y un creciente remordimiento.
Desde la conversación de la manzana, Katsuki había sentido una punzada de celos que lo había sorprendido. ¿Por qué le molestaba que alguien más le prestara atención a Izuku? Esa jodida sensación lo había perseguido durante días, como una sombra oscura. Cada vez que veía a Izuku en la escuela, no podía evitar preguntarse quién había sido el maldito extra que habrá dejado esa estúpida manzana. La idea de que Midoriya pudiera estar recibiendo atención de alguien más le causaba una incomodidad que no podía explicar. Pero saber que Izuku era "MigthyBoy" añadía una capa extra de conflicto.
