Satisfied (Ale's version)

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Quería verte sufrir, y sabía que no podías escaparte de eso. Esa noche, Alejandra supo cuán sumisa podía ser.

Aunque sus dedos no solo eran ágiles para tocar el bajo.

Ya se la sabe, si no querés
leer este tipo de contenido, byebye.

. . .

—No.. te detengas—. Alejandra tenía una mirada que te encantaba que tuviera, una llena de excitación y dominancia. Está vez, era ella la que tomaba ese rol.

Sua dedos penetraban tu entrada una y otra vez, sin si quiera poder contener tus gemidos, tomabas fuerte las sábanas del hotel.

Más tarde, las chicas tendrían la revisión de sonido para asegurarse de que todos sonara increíble para esa noche, aunque, para Alejandra, tus sonidos eran su música favorita en ese mismo momento.

—¿Tan rápido, amor?— preguntó con aquel tono de voz que te derretía. Podía debilitarte tanto con solo susurrar con esa voz angelical

—Mghmm.— Alejandra había aumentado la velocidad repentinamente, sabías que quería una respuesta. —Tú me haces llegar muy rápido —. Encontraste las palabras, pero tu voz se quebró al sentir el placer y sus ojos posarse sobre tu rostro, uno que imploraba correrse sobre los dedos de aquella muuyy buena bajista.

Estabas concentrada en tu orgasmo, sin embargo, pudiste escuchar como tocaban la puerta de su habitación.

Alguien estaba interrumpiendolas.

Alejandra lo ignoró al principio, manteniéndose dentro de tí mientras bajaba la velocidad progresivamente, aún así, con la sensibilidad de la zona, tuviste que cubrir aquellos jadeos con tus manos en un intento de no levantar sospechas.

—¡Aleee!— decía una Daniela alegre desde el otro lado de la puerta, aparentemente normal

Alejandra te miró, salió lentamente de tí mientras sentías como dolía el no haber sido complacida.

Alejandra abrió la puerta,  solo fue cuestión de acomodar sus camisas rápidamente para atender a las inesperadas visitas. Y en su caso, lavar sus manos.

Daniela venía acompañada con Paulina.

Traían comida y querían platicar sobre el show de más tarde con ella. Cómo solian hacerlo, además, Alejandra se perdió la hora de la comida al estar con su impaciente y necesitada novia que le pedía entre súplicas que la tocara.

Así que, vinieron a dejarle algo de comer y parecían no querer irse.

Inmediatamente fuiste al baño a acomodar todo el desastre que para ese entonces Alejandra había provocado en ti, aún sentías lo necesitada que estabas de que volviera a meter sus dedos dentro tuyo, pero no podrían seguir con su sesión de "amor".

Saliste, saludarte alegre a sus hermanas, y se sentaron en el comedor a conversar.

—Al menos pongan musica o algo...— insinuó Pau con una sonrisa cómplice mientras le regalaba un pequeño golpe de codo a su hermana mayor. Insinuando los ruidos provenientes de su habitación.

—Shh, paulina— recibió un regaño. —Al menos se divirtieron— refiriéndose a qué habían comido... otras cosas.

Alejandra y tú no pudieron evitar soltar risas apenadas.  Paulina era la que mas tomaba el tema con calma, mientras que la rubia sonrojó sus mejillas, después solo fluyó la conversación.

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