Dredge me.

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No te importaba que tan fuerte, que tan mierda te hiciera. Querías que Daniela vaciara toda esa ira contigo.

Celos, y un número telefónico triturado.

. . .

Cuando eres recepcionista en una gran, gran empresa de restaurantes, toparte con todo tipo de nombres reconocidos suele ser parte del día a día.

Pero nada quita que el nombre de Daniela - Vélez apareciera sobre el alto de la lista. Una recepción en la zona más linda, con el ventanal entero a su disposición, oh sí. Cuando Dany consentía a su chica, vaya que lo hacía bien.

Una rockstar romántica y locamente enamorada.

—Por favor— con el menú entre sus manos, el personal se aseguraba de ser complacientes con la guitarrista, llevándolas gustosos hacía su mesa. Una sonrisa se aparecía sobre tu rostro, mirando sutilmente el lugar, perfectamente decorado y es que, no esperabas menos, su aniversario; 4 años de una grandiosa relación.

—¿Y bieeen?— dijo una vez que, damosamente te brindó asiento y regaló un beso amoroso en tu mejilla. Su mano se apoyaba sobre su rostro cerrada en un puño, prestando atención a tu atuendo y maquillaje, sin duda, al notar su mirada pasearse sobre tí, entendiste que estaba encantada con ello.

—Demasiado hermoso, aunque no tanto como tú... —grr. — añadiste con sarcasmo causando una amplia sonrisa en la rubia. —¿Me gruñirás cada vez que me des cumplidos? — uuhm, lindo.— la sonrisa se intercambió, ahora eras tú quien sonreía.

Con aquella amena y corta conversación te dabas cuenta porqué cuatro años y contando de relación a su lado, valían completamente la pena.

— buen día. — susurró el mesero— ¿Puedo tomar su orden?— entusiasta abrió su pequeño cuadernillo y sacó la tinta de su bolsillo, ubicado en el lado izquierdo del pecho. Se aseguraron de leer el menú, claro está. Dany miró sobre encima del suyo alzandote las cejas para indicar que fueras primero.

—Bien, tú... sus platillos estarán listos lo antes posible. Con permiso—. Dijo el chico, regalandote una sonrisa y desvaneciéndose entre tu vista al guiñarte un ojo.

Oh oh. Daniela no estaría muy contenta con eso. Sin embargo, es un día especial lleno de cosas a festejar, ¿Que no? 4 años de relación no se festejan otra vez.

Conversaron sobre su gira; las entradas y el vino de la casa acompañaban la mesa y sus copas, ligeramente tomadas.

Aquel «fastidioso» según Dany, volvió a aparecer, con dos platos sobre las manos. Te regaló otra de esas sonrisas coquetas y pudiste observar como dejaba el tuyo en su lugar con más dificultad que el de Dany.

Un pequeño papel posaba debajo de tu rica cena. Lo tomaste con cuidado y por tu mente se paseó la idea de meterlo dentro de tu bolso.

—Dame eso, amor— amenazó con seriedad. —Solo trataba de que— ¿Por favor, tengo que decirlo otra vez?—. Te miró algo enojada, negaste y extendiste el papel, Dany lo tomó y desprendió con furia.

52-78-9... Rodó los ojos y un bulto apareció en su mejilla, su lengua empujando adentro, realmente se veía molesta.

Pero extremadamente sexy de esa forma también.

—Mi amor, bien sabes que lo que menos quise fue esconderlo, ¿cierto?— Dany asintió, ella lo sabía perfectamente.

Evitabas eso no para registrar aquel número, si no, debido a lo celosa que era tu chica. La conocías perfectamente. Sabías que esto no terminaría bien.

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