final

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Y así, con el corazón en guerra y la razón buscando paz, Laura se enfrentaba a la mayor encrucijada de su vida. Sabía que debía dejar atrás a Santiago, que el camino más sano era aceptar que, tal vez, su destino no estaba junto a él. Pero cada latido, cada recuerdo compartido, le susurraba lo contrario.

Decidida a seguir adelante, Laura decidió no buscarlo más, convencida de que el tiempo sería su mejor aliado, que las respuestas llegarían cuando fuera el momento. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, mantenía una llama encendida, la esperanza de que algún día Santiago reconociera en ella su amor verdadero, ese amor que se había dado sin miedos ni reservas.

Después de todo, él había sido su primer amor, aquel en el que su cuerpo, mente y espíritu se habían entregado por completo, aquel con quien su alma había encontrado un hogar.

Mientras tanto, Laura se comprometió a vivir su vida con la misma intensidadcon la que lo había amado, a seguir brillando, creciendo y aprendiendo. Porque a pesar de las dudas, del dolor y de los silencios, había una certeza que nadie podía arrebatarle: ella había amado de verdad, con toda la fuerza de su ser. Y eso, aunque no asegurara un final feliz, la había hecho más fuerte, más completa.

El futuro era incierto, pero Laura sabía que estaba dispuesta a enfrentarlo, con o sin Santiago. La vida continuaba, y aunque el amor por él seguía latiendo en su interior, Laura comprendió que, al final del día, el amor más importante que debía cultivar era el amor por sí misma.

Continuará...

"Aulas de silencio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora