Cuando el profesor llegó a casa esa tarde, se sintió inquieto por la actitud que había percibido en el papá de la joven. No quería que ella pensara que su encuentro había causado algún malentendido. Por eso, al llegar a casa, le envió un mensaje a la chica:
-Hola, solo quería decirte que lamento si mi presencia hizo que tu papá se molestara. No era mi intención causar ningún inconveniente. Espero que los productos estén bien y cumplan su función.
Ella, al recibir el mensaje, sonrió aliviada. Rápidamente respondió:
Hola, no te preocupes por eso. En realidad, mi papá y yo habíamos tenido una discusión antes de salir de casa. No tiene nada que ver contigo. Gracias por preocuparte y por tu amabilidad. Me alegra saber que los productos te están sirviendo.El profesor se sintió aliviado al saber que no había sido el causante de la tensión familiar. Decidió expresar su aprecio una vez más:
-Me alegra escuchar eso. Los productos que vendes son excelentes y realmente cumplen con lo que prometen.Los días pasaron con normalidad hasta que, una mañana, llegó un comunicado oficial a las escuelas. El mensaje anunciaba que, a partir de la próxima semana, sería obligatorio para todos los alumnos regresar a las clases presenciales.
La noticia se esparció rápidamente. La chica, preocupada, reflexionó sobre cómo afectaría esto a su negocio. La transición de clases virtuales a presenciales también traería nuevos desafíos y oportunidades
A pesar de la incertidumbre, estaba decidida a seguir adelante. La experiencia reciente le había enseñado la importancia de mantenerse positiva y adaptarse a las circunstancias. Sabía que, al igual que con su negocio, también tendría que enfrentar este nuevo capítulo con la misma dedicación y entusiasmo.