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Título: Sombras del Corazón Parte 10

Después del tumulto y el caos, el bar comenzó a recuperar su calma, aunque el ambiente seguía cargado de tensión. Ghost, con la cara aún enrojecida por el golpe y el orgullo herido, se frotaba la mejilla. Los efectos del golpe y la humillación eran evidentes, y a pesar de su intento de mantener una fachada dura, unas lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos.

Lo que realmente le dolía a Ghost no era tanto el golpe físico, sino la decepción que podía leer en los ojos de Soap. La mirada de Johnny, llena de desilusión y tristeza, era más dolorosa para él que cualquier golpe recibido.

Roach, que no perdía detalle de lo que ocurría a su alrededor, observó la transformación en la expresión de Ghost. Su habitual actitud de chismoso se desvaneció momentáneamente, dando paso a una sincera preocupación por su amigo. Ángela, al ver la expresión de Ghost, rápidamente se acercó con un mantel que había traído para cubrir a Ghost.

-¡Hey, Simon! -dijo Roach, intentando Llamar la atención de Ghost mientras Ángela extendía el mantel sobre él-. Ven aquí. No es el fin del mundo.

Ghost, aún con lágrimas en los ojos, aceptó el mantel con una mezcla de gratitud y vergüenza. Se lo envοινιό alrededor de los hombros mientras intentaba recomponerse.

Soap, por su parte, estaba al borde del colapso emocional. La decepción en sus ojos era evidente, y se apartó de la mesa para alejarse de la escena. No pudo soportar ver a Ghost en ese estado, ni las interacciones que estaban ocurriendo.

Miller, aún tambaleándose por el golpe recibido, intentó acercarse a Soap. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y arrepentimiento, pero Soap lo ignoró por completo. Con determinación, Johnny se levantó y se dirigió hacia la salida del bar, decidido a alejarse del conflicto y buscar un lugar tranquilo para procesar lo que había sucedido.

-¡Soap, espera! -gritó Miller, tratando de alcanzarlo, pero Soap simplemente aceleró el paso y salió por la puerta, dejándolo atrás.

Roach miró la situación con una mezcla de desdén y comprensión, sabiendo que las cosas no eran simples ni para Ghost ni para Soap. Angela, con una expresión de simpatia, se quedó cerca de Roach, observando a Ghost con el mantel aún sobre los hombros, tratando de calmarse.

-¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó Angela, mirando a Roach.

-Dejémoslos tranquilos-respondió Roach con un suspiro-. Soap necesita espacio, y Ghost necesita tiempo para procesar. No hay mucho que podamos hacer por ahora, excepto darles su espacio.

Con un último vistazo a Ghost, Roach se sentó en una mesa cercana, listo para esperar y ver cómo se desarrollaba la situación, mientras Ángela se quedaba a su lado, esperando también a ver qué sucedía a continuación.

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