Valeria, tras mucho pensar, decidió reunirse con ambos. No podía seguir huyendo ni dejando que el miedo guiara sus pasos. Citó a Alejandro y Sebastián en un café cercano al campus, sabiendo que la conversación sería difícil, pero necesaria.
—He pensado mucho en todo lo que ha pasado —comenzó Valeria, mirando a ambos chicos. —Sé que lo que hicieron estuvo mal, pero también sé que las personas pueden cambiar si de verdad lo desean.
Alejandro y Sebastián la miraron expectantes, casi sin atreverse a respirar.
—Sin embargo, esta experiencia me ha enseñado algo más importante: que no necesito a nadie para sentirme completa. Ustedes me hicieron dudar de mí misma, pero también me hicieron darme cuenta de mi verdadero valor. No sé si algún día podré volver a confiar en ustedes como lo hice antes —continuó, con firmeza en su voz.
Alejandro asintió, con una expresión de dolor en su rostro. —Lo entiendo. No te pido que lo hagas. Solo quiero que sepas que lo lamento de verdad.
Sebastián, más reservado, simplemente dijo: —Lo que importa es que seas feliz, con o sin nosotros.
Valeria sonrió ligeramente. —Gracias. Ambos me hicieron aprender una lección importante. Pero por ahora, necesito tiempo para mí. Si algún día llego a perdonar por completo, será bajo mis propios términos.
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El juego del corazón
RomancePrólogo A veces, la vida universitaria puede parecer una película, llena de personajes memorables y giros inesperados. Para Valeria, una chica introvertida y amante de los libros, su mundo giraba en torno a sus estudios de física cuántica y las tard...