five.

522 46 4
                                    


—¿Qué quieres decir, Damon? —Pregunte sin saber muy el porque me narraban como se convirtieron, aunque el saber que padre fue el que los mato me generaba un sentimiento de rabia y tristeza, saber que odie algo que ahora son mis hermanos por su culpa.

—Bien, pues. Yo simplemente la había dicho a Emily que para que no te largaras, teníamos otra solución en nuestras manos. —Dai se encogió de hombros nervioso, en cambio yo entrecerré los ojos sin saber muy bien la respuesta.

—Planeabas convertirla. —Murmuro Stef y lo único que pude hacer fue quedarme absolutamente quieta.

Jamás en mi vida me habría imaginado ser convertida en un vampiro, principalmente por que la mayoria de mis quince años estuve pensando que esos relatos eran solo una fantasia.

—Si. Pero eso fue frustrado por Emily. Al parecer ella ya tenía otros planes con Jane, en vez de convertirte te durmio por lo que fueron décadas; intente despertarte con todos los medios posibles, fui donde brujas y todas tenían la misma maldita respuesta, aun no era tiempo de que despertaras, al parecer eras o eres algo importante para ellas y ninguna se atrevía. 

—¿Entonces porque desperté hasta ahora? —Pregunté confundida, ahora habían millones de preguntas en mi cabeza pero el cansancio me comenzo a pasar factura por lo que ya me encontraba bostezando y mi estómago pedía comida.

—Es mejor que volvamos a casa, más tarde averiguaremos para que te querían las brujas y porque despertaste justo ahora. —Menciono Stef mientras agarraba la mano de Elena y salían del lugar.

Al llegar al mismo lugar de donde me desperté lo mire con más atención que la primera vez, se parecía a la mansión principal que teníamos, pero por los detalles te lograbas dar cuenta que no eran muy similares.

—Entonces, mis queridos hermanitos me van a comprar más ropa ¿no?, aún no me acostumbro a esta época. —Sonreí tomandolos de los brazos.

—Ugh. Va a ir Damon/Stefan —Mencionan al mismo tiempo, como cuando éramos jóvenes.

—¡Vamos a ir los tres! —Los jale a ambos hasta mi dormitorio para la típica charla de ponernos al día todos juntos.

🌘

Al día siguiente Elena volvió a nuestra casa, y en esta también se sumo Rose, la vampiro que me había secuestrado.

—Ahora deben entender que solo se lo que he escuchado durante años y no se que es cierto y que es leyenda. Es el problema con los vampiros, pero se que Klaus es real.

Es la primera ve que lo escucho, sin embargo, pareciera que lo hubiera oido un millón de veces. Algo así como que su nombre completo estaba en la punta de mi lengua, como si lo supiera pero a la vez no.

—¿Quién es Klaus? —Pregunto Elena encogiéndose de hombros.

—Uno de los originales, es una leyenda. —Respondió Damon.

—La primera generación de vampiros.

—Elijah era un conejo de pascua en comparación con Klaus.

Yo no pensaba así, si Elijah era un "conejo de pascuas" no me imagino como sera Klaus.

—¿Osea, me estas diciendo que el vampiro más viejo está persiguiéndome?

—Persiguiendonos —Corrijo yo viendo como Elena asentia mi dirección.

—Si.

—No.

—Si todo es verdad, es que es un solido tal vez.

—Tal ves es solo un cuento, menciono Stefan.

O tal vez no. Dudo que Elijah se arriesgara a llevarse dos adolecentes a un simple mito. Él era real, algo me lo decía.

Estuve la mayoría del día con Damon, Stefan se fue a su escuela. Era sorprendente como ahora nos dejaban estudiar a nosotras.

Aún era raro estar en un lugar distinto a donde crecí, es como si no perteneciera aquí, que de hecho no lo hago.

Baje las escaleras, viendo en la sala de estar como Damon y Rose estaban cerca el uno del otro.

—¿Damon? —Pregunte llamando su atención.

—Nos vamos a un lugar Jane.

Nos transportamos junto con Rose en una camioneta totalmente al llegar, baje nerviosa posicionándome detrás de Damon en todo momento porque entraria a un lugar que posiblemente estará repleto de vampiros.

—Estacionamiento, que conveniente. —Señalo Dai mirando todo el lugar.

—Que te digo no todos tenemos anillos de sol.

—¿Cómo sabes que el tal slater esta aquí? —Pregunto Dai sin pudor y yo lo único que pude hacer fue darle un codazo.

—Yo lo llame. Si esta. Siempre esta.

—Solo algo más, si esto es una trampa te arrancare el corazón y te lo hare tragar. Se me dan estas cosas. —Sonrió Dai. Imaginarme eso me dio muchisimo asco.

—Ugh. Dai no digas cosas así por favor no quiero ni imaginarmelo. —Murmure asqueada mientras Damon me ignoraba épicamente.

—Escucha a la niña. Soy más vieja que tú y más fuerte, tú no me provoques. Confía en mí. —Protesto mientras me encogía de hombros, debí de haberme quedado en nuestra casa .

Entramos a lo que parecía ser una cafetería, muy bonita a decir verdad, solo que estaba totalmente iluminada y según lo que decían los vampiros se quemaban con el sol.

—Oye, ¿que pasa con el sol? —Preguntamos Dai y yo al unísono haciendo que Rose pusiera los ojos en blanco.

—Se nota mucho que son hermanos, además es vidrio polarizado. —Menciono quitándose la chaqueta de un tirón.

Y era totalmente verdad, lo único que cambiaba entre Dai y yo era la personalidad y genero, pues físicamente éramos iguales, no habia forma de no notarlo.

—Eso y el internet gratis. —Exclamo una persona detras de Rose, me moví incomoda hacia Damon viendo la interacción cariñosa entre ellos dos.

—Larga historia, te presento a:— Rose no termina de hablar cuando la mirada entusiasta de slater se posa en nosotros.

—Damon Salvatore convertido en 1864 en Mystic Falls por Katerine Pierce alias Katerina Petrova. Y Janette Salvatore una humana bajo una maldición impuesta por Emily Bennet en 1864 o como tu apodo circula, la bella durmiente.

¿Qué? ¿Desde cuando tenia apodo y no estoy enterada?, pues me gustaba dormir pero tampoco para considerarme una bella durmiente, no soy tan bonita como lo dicen.

—Es un placer. —Extiende su mano hacia nosotro y Dai se pone protectoramente frente mío, apretando su mano en reemplazo de la mía.

Jale la chaqueta levemente de Dai para poder llamar su atención, en cuanto la obtuve le murmure algo de que iría a pedirme algo de tomar.

—Bien, ve. Te recomiendo pedir un café, son muy buenos. —Me guiño un ojo haciendo que yo solo asintiera desconfiada. 

Camine hasta la barra tranquila para pedir un tal café, no se demoro mucho en cuanto lo tuve en mis manos; había pedido uno frío y su pinta me daba desconfianza. Lleve el vaso a mis labios tomando un sorbo, el sabor amargo invadió mi boca y lo primero que hice fue una mueca de lo mal que sabia. Una risa se oyó de donde estaba sentado Dai, era él riéndose de mí.

Perdón por el Cap tan largo. Prometo acortarlos un poco más.

𝐒𝐎𝐔𝐋 ▎ 𝗞𝗹𝗮𝘂𝘀 𝗠𝗶𝗸𝗮𝗲𝗹𝘀𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora