~ODIO Y DESEO~

capitulo 4

Capitulo 4 : la caricia prohibida

Luego de pasar todo el día con iris. Senju vuelve a su casa, para descansar y ver algo entretenido, ya que no tenía nad más que hacer y la verdad es que solo quería estar en su casa, luego de estar con iris casi todo el día.

Al llegar a su casa se quitó su ropa, y se puso una blusa de tirantes sin sostén, y se quedó solamente con sus bragas.

Takeomi ese día no volvería a casa, ya que pasaría el día con su detestable novia por lo que estaría sola. Y sin nada interesante que hacer más que ver televisión.

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Eran las 8 de la noche y Sanzu se dirigía a la casa de Senju con una misión clara: amenazarla y advertirle que no se entrometiera en los planes de Kanto Manji. Uno de los miembros de la pandilla había sido brutalmente golpeado, y Mikey, su rey, había ordenado a Sanzu que se encargara de enviar un mensaje a Senju.

Sanzu abrió la puerta de la casa de Senju y se dirigió directamente a su habitación. Senju, que estaba sentada en su cama, lo miró sorprendida cuando Sanzu entró y cerró la puerta detrás de él.

Solo quería la amenazaría y luego se iría, no haría gran cosa.

Aunque la precencia sorprendió a senju, intento mantenerse firme y no mostrar debilidad frente a su hermano.

Sanzu se acercó a Senju, su mirada intensa y su presencia dominante. La tomó del brazo y la puso contra la pared, su rostro a centímetros del de Senju.

- Mikey me envió a advertirte - susurró Sanzu al oído de Senju, su voz ronca y amenazante. - No te metas en los asuntos de Kanto Manji, o sufrirás las consecuencias -

Senju sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero no pudo evitar sentir un destello de deseo al sentir el aliento cálido de Sanzu en su oreja. Sanzu se acercó más, su cuerpo presionando contra el de Senju.

- No puedo evitarlo - respondió Senju, su voz apenas un susurro. - Takemichi es mi amigo -.

Sanzu sonrió, su boca a centímetros de la de Senju. - Takemichi no puede protegerte de mí, - susurró. - Y tampoco puedes protegerte tú misma -.

- si puedo protegerme a mi misma...siempre lo eh hecho.- dice senju irritada.

- ¿Segura que puedes protegerte a ti misma, Senju? - Sanzu dice con una sonrisa pícara, mientras su mano se desliza entre las piernas de Senju, acariciando sus muslos internos suavemente. - Porque desde donde estoy parado, parece que estás en una posición muy vulnerable -.

Senju siente un escalofrío recorrer su cuerpo al sentir la mano de Sanzu en sus muslos internos, y su irritación se convierte ligeramente en deseo. - ¿Qué crees que estás haciendo, haruchiyo? - pregunta, intentando mantener su voz firme, pero temblando ligeramente.

Sanzu se acerca más, su aliento cálido en la oreja de Senju. - Creo que estoy mostrándote que no puedes protegerte de mí, Senju. Que puedo llegar a ti siempre que quiera -

Y con eso, Sanzu presiona su mano contra el la entrada de Senju, haciéndola sentir un placer intenso y prohibido.

- Ah, Senju... ¿Qué es lo que sientes cuando te toco aquí? - Sanzu susurra en la oreja de Senju, mientras mueve sus dedos con suavidad sobre su entrada.

Senju se muerde el labio, intentando contener un gemido de placer, mientras siente que su cuerpo se entrega a la caricia de Sanzu. - N-no... esto no está bien -  intenta decir, pero su voz es débil y temblorosa.

sanzu no dice nada, y hace sus bragas a un lado para tocar el centro de senju libremente haciéndola jadear, y lo que hace que sus dedos se muevan un poco más rápido.

Senju siente, como sanzu muerde su cuello ligeramente, haciéndola jadear - haruchiyo por favor para.- Dice con tono suplicante.

Pero sanzu en vez de detenerse, mueve sus dedos más rápido - más te vale que hayas entendido la advertencia.- susurra en su oído, para después retirar su mano y mirarla.

Senju lo mira desconcertada, mientras intenta recuperar la respiración.

- adiós princesa.-, dice sanzu, y se va de la habitación. Dejando a senju sola y llena de pensamientos contradictorios hacia el.

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Al día siguiente, tanto senju como sanzu intentaron olvidarse de lo que había sucedido, aunque estaba claro que lo que hicieron no era normal entre hermanos. Ellos se odiaban eran de pandillas distintas, no querían que esto fuera más lejos de lo que está yendo, por lo que cada uno intenta no encontrarse al otro.

Senju gruñe irritada. Y sigue prestando atención a la reunión, aunque su mente divaje por otra parte menos en la reunión.