—Era un día cualquiera en "Vida", pero a pesar de la rutina, el aire siempre parecía estar cargado de algo más. Como si el mundo, después de todo, aún respirara, a pesar de estar en ruinas. Los edificios rotos, los caminos polvorientos y las huellas de un tiempo que ya no existía. La gente intentaba seguir adelante, como si eso fuera lo único que pudiera hacerles seguir con vida.
Caminaba por las calles con paso lento, pero seguro. La gente ya me conocía, y si no lo hacían, se enteraban rápidamente de quién era la "Cazadora". No por el nombre, sino por lo que representaba. Era una líder, una sobreviviente, y había ganado el respeto de todos en la comunidad, no por la fuerza, sino por los momentos más terribles que habíamos compartido.
—Buenos días, Srta. Dixon. —La voz me hizo detenerme en seco. La reconocí al instante. Samantha, una de las mujeres más jóvenes en nuestra comunidad, pero con una sabiduría que parecía superar su edad.
—Buenos días para ti también, Samantha. ¿Cómo van con la escuela? —Respondí con una leve sonrisa, aunque mi rostro seguía siendo serio, como si esa calma que intentaba transmitir no fuera suficiente para disipar los pensamientos oscuros que siempre rondaban mi mente.
—Bien, gracias. Los niños ahora están aprendiendo a leer. Nuevamente, te agradecemos por hacer realidad lo de la escuela. —Dijo, su sonrisa cálida iluminando su rostro. Había logrado mucho más de lo que pensaba cuando propuso la idea de enseñar a los niños. —En medio del apocalipsis, la educación parecía un lujo, pero era necesario, tanto como el agua y la comida.
—Es algo necesario para los niños, incluso en tiempos como estos. Aún tenemos que enseñarles, ¿no? —Respondí, la mirada fija en el horizonte, donde el sol comenzaba a desaparecer. Aunque no lo dijera, la educación era la única esperanza que tenía para el futuro. Era algo que nunca debía abandonarse.
Samantha asintió con una sonrisa y se alejó hacia la escuela improvisada, mientras yo continuaba mi camino.
No mucho después, un rostro conocido apareció en mi camino. Piero. El moreno con su eterna sonrisa confiada. Su presencia era un poco reconfortante, aunque últimamente había algo raro entre nosotros. Algo que no podíamos ni nombrar, pero que estaba presente en el aire entre nosotros. Un beso. Solo eso, pero las cosas se habían complicado.
—¡Hey, Cazadora, ¿cómo estás? —Me saludó, su sonrisa tan brillante como siempre, aunque un toque de nerviosismo flotaba en su voz.
—Hola, Piero. Bien, ¿y tú? —Respondí, intentando sonar casual, pero mi tono delataba algo de incomodidad. El beso había cambiado todo, y ahora, no sabía cómo seguir.
—Bien... oye, ¿quisieras ir a cenar hoy? —Preguntó, esa misma inquietud en su tono. Había algo en sus palabras que me hizo sentir culpable, pero era lo único que podía hacer. Evitarlo. La situación se había vuelto incómoda. No sabía cómo actuar, ni qué decir. ¿Debía dar una oportunidad a lo que sea que estuviéramos tratando de hacer?
—Hoy hay reunión en la comunidad, lo siento, Piero. Será para otra ocasión, ¿sí? —Le dije, tratando de mantener la voz firme. Mi mirada se desvió un momento, buscando alguna excusa, pero la verdad era que no quería enfrentarme a esa tensión que había entre nosotros.
—Claro, no te preocupes. —Piero asintió, aunque su tono no escondía la decepción. Se dio la vuelta y se alejó, dejándome con una sensación extraña en el pecho.
Pensamientos —¿Por qué me siento tan vacía? —Me pregunté, mientras veía cómo Piero se alejaba. El beso, el caos que lo siguió. Ya no sabía si quería más de eso o si solo deseaba que todo desapareciera.
Esa noche, al acostarme en mi cama, la quietud de la oscuridad me envolvió, pero mi mente seguía agitada. ¿Qué había hecho? ¿Por qué me sentía tan vacía?
Los recuerdos comenzaron a invadirme, recuerdos que siempre habían estado allí, pero que a veces prefería ignorar. Mis padres. Mi historia. La historia de cómo llegué al mundo.
—El 20 de mayo, una pequeña niña nació. Se iba a llamar Destructora, porque su padre pensó que eso era lo que sería. Su madre, Leah, no se opuso, porque no había nada que hacer. Pero esa niña... esa niña sería llamada Isabel Aurora Dixon Shaw.
Leah y Daryl se conocieron en una fiesta, jóvenes e inmaduros, con el mundo entero a sus pies. Pero lo único que trajeron al mundo fue una niña que no querían. Leah había intentado abortarme, pero Daryl se opuso. Había sido una lucha, una lucha de terquedad. Y de esa terquedad nací yo.
Recuerdo lo que me contó Merle, el tío borracho que siempre tenía algo que decir. Él fue el que escogió mi nombre, no Daryl. Aunque Daryl quería llamarme "Destructora", fue Merle quien, en su ebriedad, decidió llamarme Isabel. Isabel Aurora Dixon Shaw. Un nombre que no venía de amor, sino de una decisión tomada en el caos.
—¿Quieres saber cómo llegaste al mundo? Pues escucha... tu madre no te quería, Daryl. No te lo voy a negar. Pero tu viejo luchó por ti. No de la forma en que pensabas... Fue por pura terquedad que aún estás aquí.
Y ahí estaba yo, la niña nacida del caos, con padres que nunca me amaron, pero con un padre que, a su manera, trató de darme algo de vida. Mi madre nunca me aceptó. No lo hizo entonces, ni lo haría nunca. Pero Daryl, mi padre, luchó. A su manera.
Pensamientos —No importa lo que ellos querían. Lo que importa es lo que hago con esto ahora. —Me repetí a mí misma, mirando al techo, mientras sentía una extraña paz dentro de mí.
Me levanté de la cama, mirando por la ventana. El viento movía las cortinas suavemente. Era la única compañía que tenía en esos momentos. No podía cambiar mi pasado, pero lo que sí podía cambiar era el futuro de aquellos que dependían de mí.
Tomé una respiración profunda. El destino aún no estaba escrito, pero no iba a ser yo quien lo dejara en manos de otros. Esta era mi vida, y sería quien debía ser, a pesar de todo lo que había pasado.
Pensamientos —El futuro aún tiene un hueco donde la esperanza puede florecer. Y yo voy a luchar por ello. —Decidí, mientras me preparaba para enfrentar un nuevo día, con más preguntas que respuestas, pero dispuesta a encontrar las mías.
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Holaaa se que es algo corto pero ahí está el cap 👻👻😎😎