Capitulo 12

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Era una noche tranquila en Vida, aunque el murmullo del viento atravesaba las paredes, dando una sensación de calma inquietante. Carl dormía profundamente en la cama que compartía con Isabel, o al menos intentaba hacerlo. Ella no había vuelto aún, diciendo que estaría con sus amigas, pero él estaba demasiado cansado para esperar.

De repente, una tenue luz invadió la habitación. Carl entreabrió los ojos, algo molesto, y entonces la vio. Isabel había vuelto, y estaba frente a la pequeña lámpara encendida, quitándose la chaqueta con movimientos lentos y relajados.

Carl frunció el ceño, aún somnoliento, pero cuando vio que Isabel comenzaba a desabotonar su blusa, sus ojos se abrieron un poco más de lo que debía.

"Mierda," pensó, dándose cuenta de su error al instante. Rápidamente cerró los ojos, fingiendo estar dormido, aunque su corazón latía con fuerza.

Isabel, ajena a la situación, se quitó la blusa y la dejó sobre una silla cercana. Llevaba puesta una camiseta blanca ajustada debajo, pero Carl, sintiéndose un completo idiota, no podía evitar que su mente se quedara en los pocos segundos que había visto antes de cerrar los ojos de golpe.

Ella suspiró mientras buscaba algo en el armario, hablando consigo misma en voz baja:

—Debí haberme quedado más rato con las chicas... Pero bueno, mañana será un día largo.

Carl trataba de mantener una respiración tranquila, esforzándose por no moverse ni un milímetro, temiendo que cualquier movimiento delatara que estaba despierto.

Isabel apagó la lámpara y caminó hacia la cama. Carl escuchó sus pasos acercándose y sintió cómo el colchón se hundía a su lado.

—Espero no haberte despertado —murmuró Isabel, más para sí misma que para él, antes de acomodarse bajo las mantas.

Carl permaneció en completo silencio, aunque por dentro se sentía como si estuviera a punto de explotar. No se movió, no abrió los ojos, y mucho menos dijo una palabra.

A medida que los minutos pasaban, escuchó cómo la respiración de Isabel se volvía más pausada, indicándole que se había quedado dormida. Solo entonces, Carl dejó escapar un suspiro muy bajo y se permitió relajarse.

"Tengo que dejar de meterme en estas situaciones..." pensó, girándose suavemente para darle la espalda.

La noche avanzaba lentamente en Vida, y el frío típico de la madrugada empezaba a colarse por las paredes de la habitación. Carl, aunque había logrado dormirse tras la incómoda situación, comenzó a moverse inconscientemente en busca de algo de calor.

Isabel, por su parte, dormía profundamente, pero a medida que el frío aumentaba, su cuerpo también buscaba instintivamente refugio. Fue casi natural que ambos terminaran acercándose en medio del sueño.

Carl, sin darse cuenta, deslizó un brazo alrededor de Isabel, atrayéndola hacia él. Isabel, aún soñando, apoyó la cabeza en su pecho, acomodándose como si aquello fuera lo más natural del mundo.

Cuando el sol comenzó a filtrarse por la ventana horas más tarde, Carl despertó lentamente, sintiendo un peso cálido sobre él. Al abrir los ojos, se quedó inmóvil al darse cuenta de que Isabel estaba abrazada a él, con una pierna ligeramente sobre la suya y el rostro enterrado en su pecho.

"¿Qué demonios...?" pensó, su mente aún adormilada mientras miraba la escena. Su corazón empezó a latir con fuerza, pero no sabía si era por sorpresa, nervios o algo más que no quería admitir.

Intentó moverse ligeramente, pero Isabel hizo un pequeño ruido, como un murmullo molesto, y se apretó más contra él.

—Mmm... no te muevas... —murmuró ella en sueños, sin abrir los ojos.

Amor o Odio? 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora