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POV:
Wooyoung

Sentía el rugir de los motores sonar a la par de los gritos eufóricos de la gente que observaba el espectáculo. No sabía si era una especie de cábala antes de cada carrera pero se veía común.

Los dos primeros corredores estaban sobre sus motos (cada uno con una chica) mientras aceleraban y salía una especie de humo desde el tubo de escape.

Miré más detenidamente a uno de los competidores, un chico alto de pelo rubio. Me llamó la atención cómo aceleraba y cortaba corriente para que su vehículo chispeara y se viera como si botara llamas. Ah y también me llamó la atención por lindo, su perfil era perfecto a mi parecer, no llevaba casco por lo que podía ver perfectamente sus labios entre abiertos y manzana de adán. Muy lindo para perderse en este ambiente, pensé.

Seguramente su moto era carburada, sino, no podría estar haciendo tal maniobra y seguramente también, no era su moto. Alguien que le tenga un mínimo de aprecio no la estaría maniobrando así, ya que solo quemaba las pobres bujías de su linda Kawasaki.

El círculo que los rodeaba se separó dejándoles la peligrosa pista "El triángulo" para comenzar el pique.
Una chica en poca ropa, con solo un brasier, un short y botas baqueras se puso en medio de ambos para anunciar el comienzo.

— ¡Uno! — Gritó mientras levantaba sólo su brazo derecho.

— ¡Dos! —Ahora el izquierdo

— ¡Tres! — Apenas gritó se agachó con los brazos aún en alto.

No esperaba menos de los Bikers de la Zona Este, apenas la chica se agachó aceleraron sus motos y como si de Cars se tratara se perdieron de vista en unos cuantos segundos. Sin embargo noté que uno de los chicos, Johnny, si mal no recuerdo, tuvo una salida un poco más lenta, quizás había acelerado de más en cuanto empezó la carrera.

Yo quien miraba desde el capó de mi Mustang fui interrumpido por el amable y agradable "Choi San"

Tan solo.. ¿No tienes amigos? -Preguntó burlándose.

Estoy bien así -Respondí serio, ya me sacaba de quicio.

Tan linda máquina y no la corres eh -Dijo dando pasos por al rededor del lado izquierdo del Mustang, pasándole un dedo como si de una tarta se tratase.

No, con Bikers no la corro, no lo vale -Quería hacerlo enojar, que se fuera de una vez.

— ¿Y si traigo una buena competencia? -Preguntó volviendo hacia mi lado y alzando una ceja.

Difícil.

Tienes miedo, admítelo

¿De que tendría miedo? -Reí ante su comentario.

De el triángulo -Me miró y sonrió de lado.

El famoso Triángulo de Zona este era temido por todo el que lo corría. Curvas cerradas, poca iluminación, baches y grandes detalles en el suelo de la carretera. Como por ejemplo, no contaba con una buena pavimentación, por ende no era lisa, sino media rocosa. Ah y por si fuera poco, no había barreras de seguridad, no sería un problema si no estuviera en altura y un barranco te esperara cuesta abajo.

Yo no le temía, la respetaba, que es distinto.

No le temo -Dije encogiéndome de hombros con sencillez

— Entonces corrámosla -Me miró con una sonrisa maliciosa.

— No corro con Bikers.

— Lo haz dicho al menos tres veces hoy -Dijo hartándose- También corro autos, pijo.

¿Hoy? -Pregunté rindiéndome e ignorando su comentario, si el quería una carrera se la daría.

— Claro, hoy -Sonrió malicioso, sabía que tenía algo escondido, por lo que no me debía fiar mucho de él.

Lo que Choi San no sabía era que la famosa pista "El triángulo" me la sabía de memoria. La había corrido al menos unas 30 veces hace un año.

Con solo 14 años mi padre me enseñó todo lo que él sabía de autos, carreras y motos. El me había heredado lo más lindo que podía tener un Jung, el amor hacia los vehículos.

A mis 15 me regalaron mi primer auto, un Porsche 911 S/T, la T, de Touring, no de Troy.

Auto con el que corrí hasta mis 17, me habían comprado otros, que nunca corrí, solo mi Porsche me daba esa sensación libre de correr como quería y donde quería. Sin embargo lo dejé. Dejé mi auto, las carreras, los motores, esas sensaciones junto al sonido del motor y con todo ello mi pasión.

Corría una ruta peligrosa junto un amigo, como todos los viernes íbamos a correr, ese día no sería la excepción.
Salí por primera vez a una ruta que no conocía, una pista que no era el famoso triángulo. Nos dirigimos directamente a la pista NorteSur.
Para resumir el cuento y ahorrarme los sentimientos, mi amigo chocó su Ford Mustang Rojo que tanto amaba, falleció instantáneamente tras dar a parar contra un árbol que estaba allí.

Changbin manejaba más rápido que nuestras corridas normales, corría casi a unos 250 KM/H, quería ver que tanto le daba su "Dark Horse" que supuestamente llegaba hasta los 263 KM/H. Yo corría junto a él en mi Porsche de siempre, viendo cómo apenas sintió el impacto, el coche de mi mejor amigo se prendía en llamas.

Ya ha pasado un año y por fin puedo volver a manejar un auto, volver a pisar el triángulo y sin esperarlo, a correr.

Quizás desquitarme con ese amable chico de pelo negro me haría querer volver a las pistas, claro que nunca había corrido en este ambiente. Me sentía tonto por estar aquí entre tantos chicos que parecían rudos, chicos que vienen de los barrios que mamá llama "pobres" aunque solo sean una clase más baja que nosotros. Sentía que todos me observaban y ahí fue cuando el apodo que San había mencionado me enfureció.

"Pijo"

Noster Idyllium - Woosan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora