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— ¡Que no tiene nada de malo! -Reclamó el pelinegro.

— Parecía que si cuando interrumpiste -Contra atacó el rubio.

Ambos chicos llevaban al rededor de media hora discutiendo la situación acontecida hace un día atrás.

Luego de esa cómoda interrupción de Choi, Mingi despidió a Wooyoung en la salida del lugar y ambos emprendieron caminos distintos.

Había pasado un día y ninguno se hablaba, Mingi no quería ver a nadie, ni siquiera a San pero este último no podía quedarse con la duda y decidió ir sin preguntar a la casa del rubio.

— ¡No dije nada malo! -Se excusó San.

— ¿Ah no? ¡Entonces que mierda fue eso! -Se levantó de su asiento pues se encontraban en el comedor- ¡Ni sibia qui ti iban lis tiis Mingi! -Imitó con enojo en su voz.

— ¡No fue así! -Imitó la acción del más alto pero Choi golpeó la mesa con sus palmas- ¡Dije que no sabía que te iban los hombres, no los tíos!

— ¡Es la misma mierda Choi!

Luego de esa pequeña discusión ambos lograron llegar a la paz y el amor, San se disculpó y a Song no le quedó más que aceptar sus disculpas a regañadientes.

— Mingi.. Es enserio, no tiene nada de malo

— ¿En serio lo crees?

— Si te soy sincero... No lo sé, es raro -Dijo encogiéndose de hombros.

Mingi suspiró cansado, no sabía como sentirse al respecto y su mejor amigo no ayudaba mucho.

— San.. -Cerró sus ojos antes de seguir- ¿Nunca te ha gustado un hombre?

-Tosió ante la pregunta— No, no soy gay bro

— Vete -Dijo abriendo sus ojos para mirar serio al pelinegro.

— Solo bromeaba, no es que alguna vez me haya gustado un chico, pero es normal, mientras no me pase a mi, todo bien -Río ante su comentario sacándole unas risas a su amigo.

Ninguno de los dos chicos alguna vez habían tocado ese tema, lo veían como si fuese una especie de tabú. Habían crecido entre las calles, donde está mal visto pertenecer a ese tipo de comunidades. Ambos sabían que no estaba mal, que era completamente normal, pero que le pasara a alguno de ellos era extraño. Ambos eran respetados en los barrios, su reputación estaba en juego, ese era el problema.

— ¿Le has hablado? -Nuevamente el pelinegro inició una conversación.

— No... No quiero

— ¿Te gusta?

— Mierda San que no lo sé... No creo que me guste, no lo conozco, pero es atractivo -Admitió mirando al piso, su rostro ardía, se sentía incómodo, quizás podía incomodar a su amigo y no buscaba eso.

— No te avergüences, es como si habláramos de chicas -Le dedicó una sonrisa- No tiene nada de malo -Recordó levantándose de su puesto y dirigiéndose hacia la puerta.

— ¿Ya te vas? -Preguntó el más alto mirando al chico de pie en el marco de su puerta.

— Si, necesitas tu espacio.

Mingi vió cerrar su puerta tras la salida de San y se permitió sollozar despacio, no sabía que le atemorizaba tanto, quizás solo eran demasiadas cosas juntas.

Pasaron unas horas y se encontró en el triángulo junto a la Kawasaki de extraña proveniencia.

Corría la pista a una velocidad prudente, solo quería distraer su mente del complejo que le había generado ese niño de labios gruesos y cabello oscuro.

Tan lindo, tan extraño, lo sentía muy lejano, como si supiera que solo lo necesitaba un rato.

¿Acaso le gustaba? No, pero había generado una extraña sensación en él, le generaba curiosidad seguir probando esos labios carnosos, viendo esos ojos oscuros y acariciando esa cintura que podía apreciar aún sobre la ropa.

Wooyoung se sentía como un deseo prohibido, como si fuese la manzana que Dios había prohibido en el Edén.

Un niño delicado, fino y atractivo es el deseo de cualquiera, Mingi podía afirmar que sin importar el género, Wooyoung te hipnotizaría, te endulza con esos ojos que parecían ver tu alma y con esa voz suave, dulce y tan calmada cada vez que le hablaba. Se sentía tocar el cielo escuchar su nombre salir de aquellos labios, quemaba sus oídos el no poder escucharlo de otra forma.

Cuando no podía parecer más gay y enamorado detuvo el motor de su Kawasaki y se dedicó a ver el atardecer.

Al pasar más horas y llegar a su hogar tomó una ducha, se vistió con su pijama favorito, se lanzó a su cama y tomó su celular antes de dormir.

Abrió su chat preferido y sin miedo texteo.

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Noster Idyllium - Woosan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora