Fluke trató de tragar saliva, pero no pudo.Se había quedado paralizado.
Ohm le estaba hablando de su madre. Estaba acusando a Della de avariciosa. ¿Por qué? ¿Cómo podía hacer una cosa así, cuando ni siquiera la conocía?
Aquello no tenía sentido.
Fluke había comprado participaciones en Finlay Travel con el dinero que sacó de una póliza de seguros.
—Cuando pienso en todo lo que hice para protegerte, más me molesta tu conducta —abrió la puerta del dormitorio y entró a por la maleta.
Salió y le puso una mano en la espalda, encaminándolo hacia la escalera de caracol, que daba a un salón muy grande.
—Dio mio... lo que tuve que pagar a tu madre para recuperarte. Incluso tuve que sobornarle para que te acogiera en su casa cuando me abandonaste.
—¿Le pagaste a mi madre? —repitió Fluke, sin creerse lo que estaba oyendo.
Ohm soltó poco a poco el aire de sus pulmones.
—Tenía que haber exigido una anulación inmediata. No me tenía que haber dejado convencer de que la anulación iba a ser un trauma para ti...
—¿Un trauma...? —repitió Fluke, cuando llegó al vestíbulo. Parecía que las piernas se le iban a doblar de un momento a otro. Gotas de sudor aparecieron en el labio superior.
—Fui un imbécil —se quejó Ohm—. Sin hacer ninguna pregunta pagué un montón de dinero para que terminaras tus estudios y tuvieras todas las comodidades. ¿Y qué me dan a cambio? Un esposo que no sabe más que balbucear italiano. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que has preferido vivir con tu amante en pecado, antes que darme mi libertad.
—Ohm... —murmuró Fluke.
—No me digas nada. ¡No quiero oír más mentiras! —lo interrumpió Ohm—. Ya me dejé engañar ayer. Incluso te pregunté si te dedicabas al negocio del turismo. ¡Dio mio, dame fuerzas! Lo que más me duele es que me dijeran que tenía que mandar dinero para pagar tu tratamiento. ¡Estoy seguro de que te casaste conmigo porque sabías que soy rico! ¡Sólo un hombre rico puede permitirse mantenerles a ti y a tu madre durante estos cinco años!
Cuando terminó, Ohm abrió la puerta de su Toyota Landcruiser que estaba en el aparcamiento, mientras Fluke se quedó mirándolo asombrado, sin saber qué responder. Lo agarró en brazos, lo levantó del suelo, lo puso en el asiento y cerró la puerta de un portazo.
Fluke empezó a respirar como si estuviera a punto de ahogarse. Se puso las manos en las sienes.
—¡Así que no me mires con esos ojos y me digas que estoy bromeando cuando digo que quiero que me den lo que es mío, porque para eso he pagado! —continuó Ohm, cuando Fluke se colocó a su lado—. ¡Una palabra más y te juro que os hundo a ti y a tu amante! Y luego denuncio a Della por todas las facturas falsas que ha presentado en tu nombre, pretendiendo que todavía seguías estudiando.
Fluke luchaba por razonar de nuevo, pero estaba tan impresionado que le parecía imposible hacerlo. No podía quitarse de la cabeza lo que le había dicho, que había pagado a su madre para que lo acogiera en su casa.
—¿Conoces a Della? —le preguntó con voz muy débil, mientras él ponía en marcha el coche.
—¿Por qué me haces esa pregunta tan estúpida?— le preguntó Ohm, frunciendo el ceño, mirando la pálida expresión en su cara—. ¡No me digas que no te ha dicho de dónde venía todo el dinero!
—A mi madre le quedó una asignación bastante generosa de su segundo matrimonio —murmuró Fluke, con voz temblorosa, mientras intentaba calmarse un poco—. De ahí es de donde procedía el dinero. Y por lo que se refiere a mis participaciones en Finlay...
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Segunda oportunidad
FanfictionFluke pensó que nunca más volvería a ver a su marido, Ohm Thitiwat, hasta que apareció otra vez en escena con noticias que lo hicieron tambalearse. Su matrimonio no había sido anulado y Ohm quería pasar con él la noche de bodas que nunca pasó. Ohm...