𝐂𝐘𝐒𝐌 | ❛ Las cicatrices emocionales pueden parecer cerradas, pero su sensibilidad persiste, lista para reabrirse cuando se tocan las fibras sensibles del corazón.❜
Escapar de los problemas sin resolverlos por completo nunca es la solución. Elowe...
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El miedo puede ser paralizante, pero... Elowen no sentía exactamente miedo. Sin embargo, no podía moverse ni reaccionar; una sensación pesada pesaba sobre ella y su cabeza giraba en un mareo inquietante. Apenas podía distinguir al chico frente a ella, ya que su visión comenzaba a nublarse, y sentía un zumbido persistente en su oído desde la última frase que él pronunció.
────Oh... parece que finalmente te diste cuenta, Wen.
Un sudor frío comenzó a recorrer su piel, aunque no sabía cuándo ni por qué, más allá de los nervios y la sorpresa. Su respiración era más que agitada; era casi superficial, y eso iba más allá de la cercanía de él. Sentía sus extremidades débiles, luchando con todas sus fuerzas para no desmoronarse.
Estaba al borde del desmayo.
────Por favor, ya no escapes de mí────, imploró Beomgyu, sosteniéndola firmemente por la cintura y notando que aún no respondía ni ejercía fuerza. Le resultó extraño, pero siguió hablando:────Solo quiero que no corras, no escapes más... por favor, Wen. N-necesito que me escuches.
Elowen apenas podía pensar con claridad y luchaba por mantenerse en pie, en gran parte gracias a que él rubio la sostenía en sus brazos. Intentó concentrarse en lo que él decía, aunque le era imposible hablar debido al fuerte mareo que estaba a punto de derribarla.
Estaba experimentando un intenso estrés emocional.
────Sé que no me esperabas aquí... y que esto no es lo mejor para ti en este momento; de hecho... estás pálida────, murmuró mientras le acariciaba la mejilla, frunciendo el ceño con preocupación. ────Eh... Uh... solo quería llamar tu atención de nuevo. Lo siento si fui un poco brusco. Sabes que no soy así...
Beomgyu sabía que debía aprovechar el tiempo que le quedaba antes de que su plan en la fiesta se desmoronara. Suspira, lleno de palabras que deseaba expresar, y revisó su bolsillo mientras se sentía cada vez más nervioso, apretando los labios para reunir valor.
────Cierra los ojos, Wen, por favor...
Con gran esfuerzo logró escucharlo. Sentía que si continuaba así, podría desmayarse en el acto; pensó que estaba sufriendo un ataque de pánico. Aún podía oír su respiración agitada y, al ver a través de una neblina los ojos suplicantes del chico, decidió seguir su consejo y cerró los ojos, a pesar de que estaba al borde del colapso. Hizo lo que él le pidió.
────Ya puedes abrirlos...
Beomgyu sacó un diminuto reloj, diseñado especialmente para ella, con la apariencia de un cronómetro que tenía un significado especial. Se lo ofreció, pero Elowen no pudo tomarlo, ya que el mareo creciente en su cabeza la mantenía paralizada, incapaz de moverse o incluso mirar con claridad. Apenas podía escuchar y enfocar su vista en él, lo que la llevó a fruncir el ceño, con el entendimiento confuso de lo que estaba sucediendo.
