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Eran aproximadamente las siete y cuarenta y cinco de la mañana, Chavo junto a Quico, estaban caminando juntos a la escuela. No le tomaron importancia al hecho que se estaban yendo temprano.

Q: Una carrera hasta la escuela? -propone a lo que su amigo acepta-

C: Zas zas y que yo corría, .. y que yo ganaba y que.. zas zas! -responde emocionado y confiado de que ganará-

Q: Bien. -empezando a prepararse y colocándose en posición- En sus marcas..

C: Listos..

Q-C: Fuera!

Ambos amigos empezaron a correr rumbo a la escuela pero no contaron con que un carro se desviara del camino. Se saltaron de aquello ya que el coche frenó de golpe cosa que hizo que el conductor se golpeara fuertemente al ser sacudido.

Algo mareado salió del auto y sin pensarlo dos veces, les preguntó a los niños si estaban bien cosa que molestó a ambos.

Q: Por supuesto que no estamos bien, casi nos atropella!

Sr: Lo siento mucho, perdí el control y no pude volver a la pista.

C: Tenga más cuidado a la otra ya que no solo terminará con nuestras vidas sino que con la suya también.

Tanto Quico como el señor se quedaron boquiabierto ante ese comentario, pasando pocos minutos, los amigos siguieron rumbo a la escuela.

Q: Qué fue eso? -pregunta esperando una respuesta-

C: Qué fue qué? -pregunta confundido-

Q: Eso lo que le dijiste al señor.

C: El terminará en la cárcel, obviamente eso acabaría con la vida de uno ya que le impide ser libre.

Q: Ves, lo estás haciendo de nuevo. -recalcó-

C: Qué cosa?

Q: Dar esos comentarios, tú no era así. -comentó-

C: Pues la gente cambia.

Quico ya no volvió a hablar, solo siguieron caminando pero el ambiente se volvió tenso. Recibieron clases como de costumbre, en la hora de recreo, Quico y Chavo jugaban entre ellos ya que aún no se hablando con sus amigos.

Jugaban a los policías y ladrones pero se les hizo aburrida ya que no había la diversión suficiente. Sus amigos se a cercaron a ellos y le preguntaron si podrían jugar, poco después aquellos niños se integraron al juego porque no hubo un no por respuesta.

El profesor Jirafales, que se encontraba arrimado en la puerta del salón de clases, le daba gusto ver que sus estudiantes vuelvan a jugar juntos, parecía que todo volvería a la normalidad pero no del todo.

Si bien sus alumnos se volvieron a hablar, él no corrió con la misma suerte pues la persona que amaba no le dirigía la mirada, trataba de ignorarlo por completo, lo hacía un cero a la izquierda cada que se cruzaba con él.

Soltó un suspiro decaído mientras entraba al salón y se sentaba en la silla que estaba enfrente de su escritorio. Se quedó pensando por un buen rato acerca de que si debía olvidar y superar los sentimientos que tenía por esa mujer o seguir intentándolo.

Optó por seguir intentándolo, sabía que no lograría nada con eso pero aún tenía una pizca de esperanza.

Comenzar De Nuevo (Chavo×Quico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora