Corto #3

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— Zar ¿Tienes un minuto? – pregunto el alemán abriendo la puerta sin esperar a que el otro diera la afirmativa

El eslavo inmediatamente cubrió su entrepierna con la toalla que tenía en su mano. Recientemente había salido de la ducha así que estaba completamente desnudo; Second se quedó rígido en su lugar sin saber bien qué hacer, el mismo se encontraba solo en pantalones y sinceramente la vista se le hacía... tentadora.

— ¿Qué tanto miras idiota? – pregunto el eslavo sintiendo su rostro ponerse rojo — Cierra la puerta tonto ¿no ves que me estoy vistiendo?

Second pareció entrar en conciencia, miró para ambos lados antes de entrar a la habitación cerrando la puerta. Esto puso nervioso al eslavo, sintiéndose como presa al ver como su pareja se acercaba lentamente, mirándolo de arriba a abajo con una ligera sonrisa.

— Llevas... ¿un arma o solo estas feliz de verme? – cuestiono dirigiendo su mirada a los pantalones del alemán.

— ¿Por qué no palpas y lo averiguas? – contesto agarrando la toalla con la cual se estaba cubriendo el otro, quitándosela de la mano lentamente

Second sostuvo la cadera del otro, usando su otra mano para poder masturbarle. Unió sus labios en un lascivo beso, ahogando los suspiros del eslavo contra su boca; su miembro también comenzó a ser atendido, fue tocado por encima de la tela para luego quitar la prenda, teniendo al contrario masturbandolo también.

El ritmo fue aumentando y con ello los suspiros junto con los jadeos de ambos. La mano del alemán fue a dar a los glúteos del contrario, manoseándolo con ganas mientras aumentaba las caricias en la otra. Fueron segundos después en los que terminaron al tiempo, suspirando aliviados por el reciente orgasmo.

— ¡Hermano! ¿Estas ahí? ¡Necesito que me ayudes con la tarea! – se escucho al ruso menor afuera y como la manija se movía

— ¡No vayas a entrar! ¡NO VAYAS A ENTRAR!

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Por cosas como esas el seguro es indispensable v:

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Escuchando al enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora