– ¿Iremos? – Consultó Genya a su esposo. Ya era de noche, Miriya dormía en su habitación mientras ellos discutían en el living.– No – Muichiro veía la carta – Ésta vez no hay un "nosotros".
– Ni hablar – Negó él – No te dejaré ir sólo, somos un equipo... somos una familia.
– La corte Real no aceptará que llevemos a Miriya, podrían...no tengo idea de qué son capaces – Muichiro suspiró con pesadez– Debes quedarte con ella aquí, la tienes que cuidar.
– ¿Y a ti quién te cuidara? – Exclamó casi alterado.
– Si vienes conmigo y nos matan, ella se quedará sola – Muichiro contestó en voz alta– Perder a uno de nosotros no importa si ella tiene al otro, pero si morimos los dos...la dejaremos sola.
Genya le tomó la mano con algo de fuerza, se notaba su ansiedad– No pienso dejarte ir...te perdí durante cuatro años, no pienso perderte por el resto de mí vida.
– ¿Y qué harás si nos matan a los dos?
– No puedes pedirme que te deje morir, es...es imposible para mí.
– Genya...
– ¡No lo permitiré! – Espetó con lágrimas en los ojos que se resistían a caer– Muichiro...tú mejor que nadie sabes cómo te amo, tú sabes cómo me destrozaría perderte...no existirá un mañana digno para mí, no podría vivir así.
– ¿Perder a Miriya no te destrozaría? – Muichiro le consultó – Si la llevamos podrían matarla...¿Prefieres que yo viva en su lugar?
– Prefiero morir yo en lugar de ambos – Contestó – Mí vida no es importante en absoluto, valgo menos que ustedes dos y he hecho peores cosas...
– Genya, todavía piensas así de ti – Muichiro lo miró con pena– ¿Sigues pensando que eres menos que el resto?
– No soy menos que nadie – Aseguró– Tú y ella simplemente son más valiosos que mí vida...ya dejé esa postura de morir en vano por cualquiera que me dé una órden, yo te amo y la amo a ella...por eso estoy dispuesto a morir. No porque sí simplemente...
– Pero no tienes que morir por nosotros ahora mismo.
– Tú no puedes morir tampoco, ¿Qué será de nosotros?
– Genya...la verdad es que – Muichiro suspiró– Estuve guardando dinero por sí acaso, yo ya suponía que un día pasaría algo cómo esto...podría pagar a cambio de mí vida y librarme de la pena de muerte pero...
– ¿Pero?
– Estaríamos algo complicados de plata por eso... probablemente deberemos trabajar un poco más...
– No importa – Dijo – No me importa trabajar sin dormir durante semanas si con eso te puedo tener aquí...no me importaría irme lejos sólo para estar seguro de que duermes en mí cama, y que estás conmigo...
– Eres... – Muichiro ahogó una carcajada vergonzosa para no llorar–...tan lindo.
– Papá – La voz de Miriya sonó en el pasillo. Pero ella no continúo, se quedó callada.
El silencio sepulcral que se instaló en el ambiente puso los pelos de punta de Genya.
– ¿Miriya? – Muichiro atendió, y se levantó para ir a ver, pronto su esposo le tomó la muñeca lo que le hizo voltear en su dirección –¿Gen?
– Quédate ahí – Genya se levantó y obligó a su esposo a sentarse nuevamente en el sofá, y caminó hasta el pasillo, dónde desde allí...
Un disparo sonó, y Genya cayó al suelo.