CAPÍTULO 12: CHIQUILLA.

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El grupo se había agrandado , se habían unido, Marcos, Héctor y Sonia a los ya mencionados Borja y Martín.

Borja le pidió a Héctor que lo volviese a repetir la historia, porque no acababa de creerlo o tal vez la información no era del todo correcta.

A toda esta , Héctor volvió a darle un sorbo a su Malibú Piña y volvió a contar lo que vió unos minutos antes, mientras todos oían con expectación.

O sea, que esa chica que está buenísima, con un susurro al oído se llevó a Yago afuera de la disco, - dijo Borja elevando la voz.

- Igual es puta, -añadió Marcos, lo digo porque como iba tan arreglado, igual pensó que sería un buen cliente.

- Y yo que pensaba que era gay, dijo Sonia. Tan bicho raro...

- Si fuera bujarra yo me habría dado cuenta, tengo un detector de maricones en mi cerebro, ninguno se me acerca.

- ¡Calla Borja!, hablas como un hijoputa, está noche cuando me tire a tu madre, le diré que te enseñe modales....

Y todos los del grupo se rieron. Pero Martín siguió dándole vueltas durante un rato, de quién sería esa chica, cuyo poder de convención era tan fuerte, para que se llevase a Yago. Fuese quien fuese , Yago siempre sería una caja de sorpresas y un misterio para ellos, pensó.

Yago acompañó a la muchacha al guardarropa, donde la atendió la hermana de Gorka y acto seguido ,una vez recogido y puesto,una chaqueta vaquera azul , ambos salieron al exterior de la discoteca.

La joven no llegaría a los diecisiete, pero parecía que llegaba a la veintena. Tenía el pelo del color castaño, una sonrisa muy bonita y unos ojos negros, que al mirarla se te clavaban como espadas.

No iba muy arreglada, debajo de la chaqueta vaquera, llevaba una sudadera gris perla con capucha. Tengo que volver a repetir que si esa noche Yago era uno de los cinco más atractivos esa noche, esa chiquilla, sin apenas arreglarse era de las tres.

Ambos salieron al exterior, era casi de noche, hacía frío , pero apenas llovía.
Se quedaron inmóviles en el porche los dos, miraron a la vez al cielo...
Ella estaba a su izquierda y él notó que ella ya no miraba hacia arriba, sino que lo miraba fijamente. No se atrevía a girar la cabeza, porque sabía que estaba bien bonita y volvería a caer ante su sonrisa.

- ¿Me acompañas a mi moto?, -más bien no era una pregunta sino una petición.

- ¿Sigues teniendo la derby Variant azul marino, que te regaló tu padre por tu cumpleaños?, preguntó Yago.

- Quiero que veas una cosa....

Y ella lo agarró de la mano y lo arrastró al parking donde había un sin fin de motos, apenas hablaron durante el trayecto sólo que Yago notaba que su mano cálida la agarraba con firmeza, imposible desprenderse de ella.

Al llegar, a Yago le volvieron montones de recuerdos a su cabeza, al ver esa moto.
El fue quien le enseñó a manejarla, la de veces que habían hecho pellas con ella, y sobre todo la primera vez que besó a alguien fue en esa moto.

- ¿Qué me querías enseñar?, preguntó Yago con curiosidad.

- Mi casco. Le respondió con esa sonrisa que Yago quería evitar.

Ella buscó en uno de sus bolsillos de su chaqueta y de ahí salió un pequeño llavero con tres llaves, una de ellas era de la moto, colgando del llavero había un chinito de la suerte color rojo, ella hizo todo lo posible para que lo viera, y él lo reconoció.

- Aún lo conservo, - dijo en voz alta, aunque a penas audible añadió, de echo conservo todo lo demás.

Con su llave abrió el portaequipajes de su moto, sacó un casco blanco y se lo lanzó despacio a Yago.

Yago con sus pocos reflejos, casi no lo consiguió atrapar, porque no se lo esperaba, pero una vez en sus manos vió o mejor dicho, reconoció en él, una frase, caso medio borrado que tienpo atrás escribió con un rotring :

EVERYONE LOVES YAGO EXCEPT DAMARIS.

y justo a los lados, dos pegatinas de los phoskitos que le regaló.

El primero porque lo tenía repe, era como una colección de miedo en el se podía leer Punk Vampire.

La otra pegatina iba con otras intenciones, era de los bollycao y en él se veía un Toi que decía: Toi Namorao:

Se quedó pasmado viendo aquella frase y aquellas pegatinas, recordaba perfectamente el día que escribió aquello, y los días que pegó a escondidas las pegatinas en el casco.

Ella lo regresó a la tierra cuando le habló seriamente mirándole a los ojos:

"Todos los días me acuerdo de tí". Se acercó a Yago y le quitó el casco de sus manos, luego le volvió a mirar profundamente y repitió:

" Todos los días, Yago".

Yago permanecía callado, no le salían las palabras, Damaris le había hecho mucho daño y no hace mucho tiempo era la persona más importante de su vida.

- ¿ Sabes que es lo que odio más de este casco?,- Yago negó con la cabeza. Damaris le contestó que era la palabra "EXCEPT", ni te imaginas la de veces que lo he intentado borrar del todo, pero no me atrevo, porque si lo hago te pierdo definitivamente.

- Dámaris, no podemos..., -interrumpió Yago

- Deja que termine, te lo tengo que contar, ¿ves el casco?, para mí nada ha cambiado, te digo esperando...

Yago vió como le empezaban a brotar lágrimas en sus ojos.

Éramos vecinos, crecimos juntos, estudiábamos juntos, te convertiste en mi mejor amigo y sin darme cuenta, día tras día sólo pensaba en tí, solo quería estar contigo..., entonces supe que me gustabas, tú pelo largo, tus blusas de colores que nunca pegaban con tus bermudas, tu forma alegre de ser ...pero cometí un error; comentárselo a mi padre.
El se enfadó y me prohibió verte más. No iba a permitir que su hija se liara con ningún chico que no fuera de la congregación.

Así que pensó que si yo quería tener pareja, la tendría, así que me buscó entre los Testigos de Jehová, a un joven que fuera educado, y de buena familia.

Por eso soy responsable Yago, no me negué, ni cuando viniste a por mí. Le tenía mucho miedo a mi padre.
Días más tarde, cuando empecé a salir con David me enteré que estabas en el hospital y que casi no sales de allí. Que te habías tomado todas esas pastillas, quise verte, porque sé que yo era la responsable. Luego vi como os mudasteis, cambiabas de instituto, de aspecto, tu forma de vestir, te cortaste el pelo, empezaste a vestir de negro, te buscaste un grupo nuevo de amigos.

Hubo días en que te tenía que ver y en la hora del recreo, te observaba desde lejos, hasta que así sin más un día dejé de hacerlo, hasta que esta noche, cosas del destino, por la autovía, me adelantó un coche, era el Opel Calibra de tu madre y al lado ibas tú...

Sentí tal cosa en el estómago, cuando te vi tan arregladito, que me quemaba por dentro al pensar que hubiera otra chica, por eso os seguí y en fin, pagué esta estúpida entrada tan solo para verte y decirte las cosas que debería haberte dicho antes.

Yago la miró, quería contarle muchas cosas, de las amenazas de su padre, lo mal que lo pasó que su única salida era el suicidio, su amor hacia ella arrebatada cuando la veía besarla otro joven, irse del vecindario y empezar otra vida para poder olvidarla... Al fin ,Yago se decidió a hablar:

Gracias por la charla, o la disculpa que haya sido esto. La nesecitaba, pero tengo a alguien que me espera ahí dentro, y ya debe de estar preocupada, aunque debo reconocer Damaris, que si me subiera en esa moto, aunque estés radiante, sería un error. Vuelve con David, que es un buen muchacho y te hará más feliz que yo.

Acto seguido, Yago se giró sin despedirse de ella y se dirigió hacia Generador, mientras ella se quedó inmóvil sentada en su moto.

Empezó a llover. No todas las veces el agua cura las heridas.



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