CAPÍTULO 11: EL SENTIDO DE TU CANCIÓN.

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¡Que maravilloso era el guardarropa en una discoteca!.

Primero, antes de nada, había que hacer cola para comprar tu entrada de la discoteca para poder entrar, después tenías que hacer la cola para poder acceder, entonces, una vez conseguido, dabas tu entrada al portero y te ponían un sello en la mano.

Entonces ya te puedes meter dentro.

Una vez en el interior, tendrías que hacer una nueva cola: la del guardarropa.

Está cola era especial , al no ser en fila, todos se la saltaban, agolpaban, empujaban y aglomeraban, con ganas de soltar el abrigo y de di sfrutar del tiempo que se había pagado.

El guardarropa era un lugar de dimensiones no tan extensas y que dispone de un largo barral con perchas en el cual se colocará la ropa que la gente vaya dejando.

Era atendido por un empleado de la empresa o discoteca, quien le entregará a la persona que deja sus pertenencias un número o ticket, que luego le servirá para identificar sencillamente el abrigo. Otro número igual se asocia a la prenda guardada para después localizarla...

Daba igual, pasara lo que pasara, ocurriera lo que ocurriera, todas las noches, siempre había un extravío.

Esa noche, Martín y Yago fueron de los primeros en entrar y no tuvieron problema al llegar al guardarropa, para desprenderse, Yago de su fajín negro y Martín, de la decepción de algunos de sus amigos.

La pista estaba casi vacía y los jóvenes buscaban los mejores sitios a todo correr.

Entre estas, Martín buscaba con la mirada a Borja, mientras andaba apresuradamente, para ponerse a su lado, en todos los sitios raros y oscuros donde creyese que se pudiera poner, cuando cayó en la cuenta, en que su apresurada búsqueda, había perdido a Yago.

El primer tema con que debutaba el DJ era : "Deee-Lite - Groove is in the heart".

Yago se sorprendió al ver a la hermana de Gorka, junto con una de sus amigas trabajando en el guardarropa, por algún motivo, ella lo vió, lo reconoció y se hizo la tonta, gesto que a Yago le dolió.

En cierto modo la música que sonaba en la disco, nunca le había llamado la atención, en aquellos años.

Yago era un bicho raro, solía ir a clase vestido de negro, tenía las uñas de sus manos pintadas de negro, aún el concepto "emo" no sonaba, le molaba la música de The Cure y Culture Club. A veces se sentaba en el recreo del insti, solo en las gradas, y no le gustaba que se acercase nadie, no soportaba a la mitad de los chicos de su edad.

En clase hablaba con pocos compañeros y en las asignaturas que no les gustaban,  solía hacer dibujos de espirales o a Goku de Dragon Ball.

A lo mejor , tal vez encajaba en el grupo de amigos de Martín, por que allí podía tener el espacio que a lo mejor otros no le daban... pero aquella noche, Yago iba diferente, aquella noche no vestía enlutado y tan solo poner un pie en la disco, ya más de una le había echado el ojo.

Martín, en su busca de Borja, se encontró a varios compañeros de clase, entre ellos se encontraban ; Rafa, Benji, Gregorio, Héctor y Marcos, pero ninguno le pudo complacer o ayudar con el paradero de su amigo.

Yago mientras tanto, mientras caminaba despacio, pasó por medio de un grupo de chicas, y una de ellas le agarró del brazo tan fuertemente que Yago se volvió un poco enfadado, pero le duró poco el enfado porque la persona que le sujetaba el brazo era Vanesa.

Vanesa se encontraba no muy lejos del guardarropa, con visión cerca de la puerta de entrada de la disco, posiblemente puede que estuviera esperando la llegada de alguien. Vanesa iba con dos compañeras de Clase:  Cristina Bolaños y Cristina Ramos.

Vanesa también era diferente al resto de las alumnas del instituto, al igual que Yago, adoraba el negro, en cambio en música le flipaba el hard rock y el heavy,
y raro el día que no llevase puesto una camiseta de Iron Maden.

- ¡ Guau Yago!, estás irreconocible, creeme que me ha costado bastante reconocerte.- Añadió Vanesa.

- Pues como loco por quitármelo.

- Pues yo que tú, hoy haría un esfuerzo...hoy levantas pasiones.

Y las dos Cristinas se miraron y empezaron a reírse.

Martín, mientras tanto, se despidió de sus compañeros y se dirigió a uno de los sitios más oscuros de la disco, donde la gente normalmente elegía para enrollarse o pillar cacho.

- Bueno, chicas, me alegro veros, pero tengo que buscar a esta gente.

- ¿Has venido con Gorka?, - preguntó Vanesa.

Yago respondió negando con la cabeza.

- ¿Pero vendrá seguro,no?, -preguntó Cristina Bolaños, mientras miraba de reojo a Vanesa.

Yago se encogió de hombros y hábilmente agregó Vanesa de forma rápida:

- Es que tengo que darle algo.

Yago la miraba como si no entendiese nada, mientras las dos Cristinas, sonreían malévolamente.

Luego se giró  y se despidió de ellas con el  saludo militar. Acto seguido emprendió camino hacia la pista de baile.

Vanesa lo miró mientras se alejaba y Cristina Ramos dijo que Yago tenía algo pero no sabía exactamente el qué, que le gustaba; a la que la Bolaños complementó , "su culo".  Y las tres se reían mientras Yago se perdía entre la juventud.

Al fondo, detrás de una columna ,se encontraba Borja, se estaba liando un porro , recién comprado de los muchos pintas que dejaban pasar a la disco.

Al ver que se le acercaba Martín, Borja le dirigió la palabra diciendo:

- ¡No me vengas con sermones!.

- No, en absoluto, no soy nadie para decirte lo que tienes o no que hacer, ¿tienes otro para mí?.

Borja lo miró con extrañeza... Y le respondió que eso no estaba hecho para él.

Martín le miró a los ojos y le respondió que se iba a fumar exactamente todos los mismos que el se fumara y Borja le habló de mala manera de que era un aguafiestas, y así tiró el peta al suelo antes de encenderlo.

Yago, ya podía ver a sus dos amigos  desde la distancia, pero cuando se dirigía hacia ellos, una joven se interpuso en su camino, le paró y le dijo una cosa a su oído.

EN BUSCA DE TU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora