Capitulo 9

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Cuando regresan a la Casa Rosada del trabajo que hicieron, muchos de ellos estaban desanimados, olían mal, hasta tenían rasguños. México y algunos latinos se reían del estado de Usa y los demás, aunque sí se miraran a ellos mismos. No están peores, pero como les tienen un odio al estadounidense, quisieron burlarse de él. Se habría armado otra pelea si no fuera porque están cansados y con hambre, por lo que al entrar fueron a darse una ducha. Eran como las 9 p. m. de la noche. Cuando terminan de ducharse, al bajar vieron a los hijos del argentino y al mismo poniendo la mesa. El aroma es tentador. Sus estómagos gruñeron y se sentaron a comer.

–Dime gorda, cómo te fue alimentando a los pavos? De seguro que fue fácil, no? Pero veo que eres un fracaso en eso. Quién lo diría tú? Estados Unidos no puedo encontrar unos pavos. Se empezó a reír.

–Te callas, salta muros, no soy el único al que le fue mal el día. Y dime padre, por qué viniste todo desanimado? Pensé que el Gallego sabía domar a los toros. Mirando a su padre e ignorando las provocaciones de México, ve como su padre pone una cara de molestia, como si recordarlo le cause malos recuerdos.

–Yo también creí eso, pero a este señor soy experto, se le ocurrió golpear a uno de los toros y por eso me viste tanto a mí como España y Fbi con tierra, raspones y moretones. Le explicó a su hijo.

Después de que Reino contase cómo fue su día, los demás empezaron a contar cómo les fue el día. Algunos les fue peor, otros les resultó difícil, los asiáticos por toda la cosecha que tuvieron que recoger y por los que tuvieron que poner un alambrado. Tanto fue que sus rostros se expresaron su disgusto. Los latinos no tardaron en burlarse de ellos por qué según ellos, son solo un poco de tierra, excremento y plumas, sin mostrar que ellos también. Se les dificultó incluso recoger, limpiar y alimentar a las gallinas. Las burlas de estos fue límite para algunos y se empezaron a armar a golpes, rompiendo en el proceso algunos platos y sillas. El argentino miró esto con indiferencia, aunque por dentro está molesto, al parecer los años siguen sin madurar.

Muchos de los países se pelean, pero hay grupos que tratan de parar la pelea, otros solo animan o solo miran la pelea con diversión (Third Reich, Imperio Japonés, Urss y Fascista).   Onu casi pierde el control, quiere arrancarse los pelos, no puede entender por qué los países no pueden comportar. Los hijos del argentino pudieron ver el despelote que armaron los países, la desesperación de la Onu, pero cuando miran en dirección de su padre se ponen tensos porque aunque no lo muestre, su padre muestra indiferencia. Muy dentro hay enojo. Ven como hace señas para que se acerquen y le susurra algo a Misiones y Santa Fe. Estos muestran una sonrisa sádica. Esto es presenciado por cuatro países (fascista, Third Reich, Imperio Japonés y Urss). Los países siguen metidos en su pelea hasta que escuchan ladridos que los asustó a todos: Misiones y Santa Fe, acompañados por perros de raza Dogo argentino, pastor alemán, Pitbull terrier y Rottweiler. Todos callan.

–Me gustaría que se calmasen, están en mi casa y encima me rompen objetos que me pertenecen. Para la próxima haré que mi hijo libere a los perros y los ataquen. No voy a soportar sus berrinches. Argentina dio aviso y se marchó a su cuarto. Los demás solo se quedan en silencio y avergonzados. Más Onu, porque fue él quien los trajo y ni siquiera puede manejarlo.

–Será mejor que limpien esto. Mínimo, pueden hacer eso? No. Se burló uno de los chicos. Los países parecen molesto por la burla, pero una mirada de Onu les impidió hacer algo.

–Lo haremos Bs. As. Limpiaremos todo, así que no se preocupe. Onu miró a todos y ellos empezaron a recoger las escobas y palas para recoger los platos rotos y vasos. Onu llama para reemplazarlos cuando terminaron y se fueron a dormir, porque mañana de seguro les tocará de vuelta trabajar.

El regreso de confederación argentina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora